No muchos saben que cada día de la Cuaresma, tiempo intenso de conversión en que los católicos nos preparamos para vivir la Semana Santa y celebrar la Pascua, es una oportunidad para obtener una indulgencia plenaria.
El Catecismo de la Iglesia Católica explica que la indulgencia “es la remisión ante Dios de la pena temporal por los
pecados, ya perdonados, en cuanto a la culpa, que un fiel dispuesto y
cumpliendo determinadas condiciones consigue por mediación de la Iglesia, la
cual, como administradora de la redención, distribuye y aplica con autoridad el
tesoro de las satisfacciones de Cristo y de los santos”.
Las indulgencias, que pueden ser parciales o plenarias, pueden obtenerse
para uno mismo o para el alma de un difunto.
No se puede obtener una para otra persona viva.
En la Constitución Apostólica Indulgentiarum Doctrina, el Papa San Pablo
VI aseguró que “cuando los fieles ganan las
indulgencias en sufragio de los difuntos, realizan la caridad de la forma más
eximia, y al pensar en las cosas sobrenaturales trabajan con más
rectitud en las cosas de la tierra”.
Cabe recordar que solo
se puede ganar una indulgencia plenaria por día.
LA PRIMERA FORMA DE
GANAR UNA INDULGENCIA PLENARIA ES SEGUIR EL CAMINO DEL VÍA CRUCIS
En el Vía Crucis recordamos y meditamos la Pasión y la Muerte de nuestro
Señor.
Participar del Vía Crucis junto con las tres condiciones para obtener la
indulgencia, puede llevarnos a ganarla todos los días.
En el caso de aquellos que no pudieran hacerlo físicamente, el Manual de
Indulgencias de la Santa Sede indica que "los
impedidos legítimamente pueden adquirir la misma indulgencia, si pasan algún
tiempo, por ejemplo, al menos un cuarto de hora, leyendo y meditando sobre la
Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo".
También dice que "de acuerdo con la
costumbre común, el ejercicio piadoso consiste en 14 lecturas devocionales, a
las que se agregan algunas oraciones vocales".
"Para hacer el Camino de la Cruz, sin embargo,
es suficiente meditar con devoción la Pasión y Muerte del Señor, y por lo
tanto, la reflexión sobre los misterios particulares de las estaciones
individuales no es necesaria”.
LA SEGUNDA FORMA DE
GANAR UNA INDULGENCIA PLENARIA ES A TRAVÉS DEL REZO DEL ROSARIO
Para ganar la indulgencia debemos rezarlo con devoción en una iglesia,
oratorio, en familia, en una comunidad religiosa o en una asociación de fieles,
y en general, “cuando varios de los fieles se
reúnen con algún propósito honesto”, menciona el manual.
Recordemos que rezar el rosario en familia bendice en gran medida y es
una práctica hermosa para este tiempo litúrgico.
LA TERCERA FORMA ES LA
ADORACIÓN EUCARÍSTICA POR AL MENOS MEDIA HORA
La adoración de Jesucristo, Dios y Hombre verdadero es nuestra respuesta
al amor que Dios tiene por cada uno de nosotros, así como el reconocimiento de
nuestras debilidades frente a Él.
LA CUARTA FORMA ES LEER
O ESCUCHAR LAS SAGRADAS ESCRITURAS DURANTE AL MENOS MEDIA HORA
Para ganar la indulgencia plenaria hay que cumplir además tres condiciones: confesión de los pecados,
recibir la Sagrada Comunión y orar por las intenciones del Papa.
Esta oración, indica el Vaticano, “queda a
elección de los fieles, pero se sugiere un ‘Padrenuestro’ y un ‘Avemaría’”.
El Vaticano precisa además que “es
conveniente, pero no necesario, que la confesión sacramental, y especialmente
la sagrada Comunión y la oración por las intenciones del Papa, se hagan el
mismo día en que se realiza la obra indulgenciada; pero es suficiente que estos
sagrados ritos y oraciones se realicen dentro de algunos días (unos veinte)
antes o después del acto indulgenciado”.
“Para varias indulgencias plenarias basta una
confesión sacramental, pero para cada indulgencia plenaria se requiere una
distinta Sagrada Comunión y una distinta oración según la mente del Santo
Padre”, añade.
Redacción ACI Prensa
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