2. MARIANA: ¿AMAR ESTÁ EN MI MANO?
(continuación de ayer)
Muchas mujeres dejan pasar al hombre que Dios les ha destinado porque están esperando ese rayo que las fulmine, un enamoramiento adolescente, sin saber que dejan pasar un amor tan cierto y firme, que es mucho más hermoso, porque es verdadero
Por: P. Horacio Bojorge S.J. | Fuente: Clínica del
Buen Amor
2.- MARIANA
AMAR ¿ESTÁ EN MI MANO? 2
Mariana envió este comentario a la pregunta de
Sonia de si “amar está en mi mano”.
Estimado Padre:
He leído con mucho interés la pregunta de Sonia en el Blog del Buen Amor.
Quiero pasarle mi experiencia, pero se la mando a Ud. para que se la reenvíe,
por pudor personal no la publico en el blog, salvo que Ud. quiera hacerlo con
otro nombre si le parece que vale la pena.
Mire, luego de aquel tormentoso noviazgo con X. ¿Lo
recuerda? que fue como amor adolescente, con pasión y temblor, la
Providencia quiso que un rayo me tirara al suelo a través del dolor, dolor que
hoy bendigo tanto. Eso permitió que no quisiera, de ningún modo, volver a
enamorarme de ese modo pasional, digamos, donde el sentimiento tiraba más que
la cabeza.
Cuando apareció mi actual esposo, sentí tranquilidad, nada de rayos y truenos,
solo tranquilidad, tanta que también me preguntaba, como Sonia, si lo quería.
Muchas veces dudé, pero todas las veces recurrí a la oración, como enseña San
Ignacio, para ver qué me decía el Señor: el
silencio de la oración me decía que era la persona para mí, que era la Voluntad
de Dios. Por fuera, los sentidos, tiraban hacia aquel primer amor,
sensiblemente tiraba para ese lado, pero en la oración, todo se ordenaba y Dios
me mostraba con la certeza de una inmensa Paz que el que es ahora mi esposo,
era para mí. De algún modo, la primer decisión fue con la cabeza, fue aceptar
sus invitaciones para conocernos de forma racional, si se quiere, porque veía
de algún modo que era lo que Dios quería. Estar con él solo me traía
tranquilidad. Luego lo fui conociendo y me enamoré, y puedo decir que cuando me
casé, dos años después, me enamoré mucho más, y me sigo enamorando cada día de
una forma nueva, pareciera que nunca terminaré de conocerlo, lo bueno y lo
malo, en su conjunto, es una continua sorpresa que solo me invita a quererlo
más.
Las dudas afloraron muchas veces, hasta cerca del casamiento, pero esa paz y
certeza que veía, y sentía, en la oración, siempre me dieron la respuesta. Cuando
la cabeza y los sentidos están heridos, siempre querrán añorar aquello tan
sensible que vivieron una vez, sumado al mundo que nos rodea, donde el amor es
pasión, también tiran hacia ese lado, el incorrecto. Cuando la cabeza se ubica
en el lugar correcto, lo demás se va ordenando, aunque ya está herido de algún
modo, y algunas veces nos quiere confundir.
Muchas mujeres dejan pasar al hombre que Dios les ha destinado porque están
esperando ese rayo que las fulmine, un enamoramiento adolescente, sin saber que
dejan pasar un amor tan cierto y firme, que es mucho más hermoso, porque es
verdadero. Siempre les he dicho a mis amigas que elijan de este modo, no me
comprenden en general. Por eso me dio una gran alegría leer el testimonio de
Sonia: creo que está con quien Dios quiere para
ella.
Ojalá le sirva,
Mariana.
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