¿Cómo vivo yo y cómo transmito hoy el mensaje de Jesús en un mundo que se ha olvidado de Él?
Por: Mons. Enrique Diaz, Obispo de la Diócesis de
Irapuato |
1
Reyes 2,1-4.10-12: “Yo ya me voy por el camino de
todos los mortales. Ten valor, Salomón, y sé todo un hombre”
Salmo:
1Cr 29,10-12 : “Bendito seas, Señor, Dios nuestro”
San
Marcos 6,7-13: “Envío a los discípulos de dos en
dos”
Uno de los temas más importantes que nos narran
los evangelistas, es el envío de los discípulos que los convierte en misioneros
y portadores de la Buena Nueva. Hoy San Marcos nos recuerda las
normas y las indicaciones que Jesús da a quienes serán sus enviados. Los enviados no llevarán consigo más
que lo indispensable y contarán con la generosidad de aquellos que reciban el
mensaje. Se les capacita y se les autoriza para que usen el mismo poder de
Jesús.
Nos parecería a nosotros que les pide que no
lleven nada pero es la reducción de la vida a lo esencial, apoyada en una
absoluta confianza en el Señor, principal condición para estar al servicio de
la Palabra. Quizás estas palabras nos cuestionen a nosotros, no solamente a los
sacerdotes y religiosas, sino también a toda persona. ¿Qué necesito
realmente para hacer el camino de la vida?
De repente los medios de comunicación nos han atiborrado de necesidades
superfluas que nos causan tristeza no tenerlas, y olvidamos lo esencial que
debería haber en nuestras vidas, en nuestras familias y en la sociedad.
Recordar cómo envía Jesús a sus discípulos nos debe llevar también a nosotros a
precisar cuáles son nuestras prioridades y qué vamos cargando por el camino.
El final del pequeño pasaje nos muestra a los
discípulos predicando el arrepentimiento, expulsando demonios, ungiendo y
curando a los enfermos. La vida en su sencillez pero también en su plenitud. La tarea del discípulo que confía en el Señor. Parecería que los
discípulos no llevan nada y sin embargo son capaces de compadecerse de los
enfermos y de expulsar a los demonios. Si
queremos dar testimonio de Jesús en nuestros días tendremos que regresar a la
sencillez, generosidad y entrega de los primeros enviados. ¿Cómo vivo yo y cómo transmito hoy el mensaje de Jesús en un
mundo que se ha olvidado de Él?
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