Es «francamente grotesco» querer presentarle como mentiroso
«Es francamente
grotesco querer presentar ante el mundo a un hombre como el Papa emérito
Benedicto XVI/J. Ratzinger como un mentiroso por una reunión de hace 42 años,
que sería una de las muchas cientos de reuniones de las que puede o no recordar
que participó.» Esto es lo que dice el prefecto emérito de la Congregación para la
Doctrina de la Fe, el cardenal Gerhard Müller, en una entrevista con kath.net
sobre el informe de abusos de la archidiócesis de Múnich y Freising.
(Kath.net/InfoCatólica) El cardenal Muller cree que Benedicto XVI no necesita en realidad que
le defiendan porque «acusarle de una actitud moralmente tan baja no sólo
muestra una total falta de respeto hacia una persona y un cristiano que ha sido
de lo más meritorio para la Iglesia y la sociedad, sino que es revela las
verdaderas intenciones, que se han cumplido en la campaña de difamación
inmoderadamente insensata contra él». Y añade:
«Cada
día me encuentro con muchas personas de diferentes naciones que me preguntan cómo
es posible que en Alemania se llame mentiroso a un Papa de su patria.
A la vista de estos acontecimientos, uno no puede más que avergonzarse de ser
alemán, sobre todo también porque tantas personas que son por sí
mismas de buena voluntad caen en la propaganda anticatólica».
Müller explica, en una
entrevista realizada por Lothar Rilinger,
que «en el pasado, ciertamente existía la práctica
bienintencionada de no involucrar al Ordinario en todos los detalles del
comportamiento impuro de sus clérigos y empleados laicos, porque no se quería
imponerle eso y se pensaba que se podía resolver el problema a nivel del
departamento de personal. Hoy en día, la gente es más sensible y está alerta a
los primeros signos». Pero advierte: «El
nuevo peligro es que se sospeche apresuradamente de personas inocentes o
incluso se las arroje a los medios de comunicación. Todos los indignados y
agitadores del caso del cardenal Pell, que fue absuelto de todos los cargos de
abuso sexual en última instancia, ¿han pedido perdón o al menos han pedido
disculpas a Dios en su conciencia?»
LA FARSA DEL
LIBERALISMO MORAL
EL CARDENAL ALEMÁN
RECUERDA QUE «TRAS EL CONCILIO, SE EXTENDIÓ TAMBIÉN UNA IMAGEN PROGRESISTA DE
LOS SACERDOTES CUYOS PROTAGONISTAS YA NO QUERÍAN SER TAN «ESTIRADOS» EN MATERIA
DE MORAL SEXUAL. EL EX-CARDENAL LIBERAL MCCARRICK DE LOS ESTADOS UNIDOS FUE EXCUSADO
DURANTE AÑOS EN ESTOS CÍRCULOS CON LA EXCUSA DE QUE SUS VÍCTIMAS ERAN SÓLO
(SIC) CANDIDATOS AL SACERDOCIO QUE SABÍAN LO QUE HACÍAN COMO ADULTOS».
EL PROBLEMA SIGUE
HOY:
«En esta línea
frívola siguen hoy los hipócritas «reformadores de la Iglesia» que quieren
prevenir los delitos sexuales contra los adolescentes legitimando los contactos
heterosexuales y homosexuales de los sacerdotes o empleados laicos con los
adultos. Al hacerlo, socavan la
moral revelada y la ética natural, convierten el celibato en una farsa blasfema
y profanan el matrimonio del hombre y la mujer como fundamento divino.
Lo que es pecado no lo determina el propio cristiano desde el día de su madurez
civil, es decir, desde que cumple 18 años. Como niños, jóvenes, adultos,
ancianos, sabemos que somos responsables ante Dios y su santa voluntad. Incluso
el filósofo precristiano Séneca lo reconocía: «En un reino nacemos: obedecer a
Dios es la libertad». (De la vida feliz 15:7). Tanto más creemos los cristianos
que cumpliendo los mandamientos de Dios nos hacemos libres y felices. «Porque
habéis sido llamados a la libertad... Sólo que no utilicéis la libertad como
excusa para la carne, sino servíos los unos a los otros con amor». (Gálatas
5:13)»
JUECES Y PARTE
Volviendo al tema de Benedicto XVI y los autores
del informe que le acusa de mentir, dice:
«Estos
abogados quieren ser investigadores, fiscales, defensores y jueces, todo en uno. Sólo los tribunales ordinarios del Estado son
responsables de determinar los delitos en el sentido del derecho penal. Es
ilegítimo apelar a instancias seculares sobre las acciones de gobierno de los
obispos en su oficio espiritual. Con respecto a la jurisdicción estatal, los
obispos y los sacerdotes, como todos los ciudadanos, tienen los mismos derechos
y obligaciones.
Los
que encargaron el informe deberían haber sabido que sólo el Papa, con sus
tribunales eclesiásticos romanos, administra justicia sobre los obispos según el derecho
canónico. Y, de todos modos, nadie puede dictaminar sobre Benedicto XVI
en materia eclesiástica, aunque ahora tenga la condición de Papa emérito. El objetivo de una investigación de
este tipo sólo puede ser hacer justicia a las víctimas de abusos sexuales
ahora, si no se ha hecho ya, y llevar a la jurisdicción secular o eclesiástica
a los delincuentes no reconocidos anteriormente».
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