CONOCE A SANTA INÉS: LA NIÑA MARAVILLOSA QUE ENFRENTÓ AL GOBERNADOR ROMANO PARA GUARDAR SU VIRGINIDAD
Desde joven
decidió que consagraría su virginidad a Cristo y aunque en esa época era
costumbre que las jóvenes aceptarán pretendientes desde muy niñas, ella los
rechazaba. Por ello fue asediada constantemente incluso por el juez quien la
amenazaba de muerte, ella nunca cedió y estaba dispuesta a morir por amor a su
Divino Esposo.
(GaudiumPress/InfoCatólica) Todos los 21 de enero la
Iglesia celebra el día de Santa Inés. Una santa muy joven que ofreció su vida a
Cristo.
Fue conocida por San Ambrosio
y San Agustín, quienes afirman que cuando fue martirizada era una niña de 13
años, para ese tiempo era emperador de Roma Diocleciano, quien publicó sus
edictos persecutorios en el año 303.
Desde joven decidió que
consagraría su virginidad a Cristo y aunque en esa época era costumbre que las
jóvenes aceptarán pretendientes desde muy niñas, ella los rechazaba. Por ello
fue asediada constantemente incluso por el juez quien la amenazaba de muerte,
ella nunca cedió y estaba dispuesta a morir por amor a su Divino Esposo.
El juez ordenó que fuera
llevada a un lugar de tortura que se adoraran dioses frente a ella. Cuenta la
historia que los verdugos querían obligarla a quemar incienso a los ídolos,
pero no lograban mover sus manos, sus manos solo hacían la señal de la cruz
sobre la niña.
En vista de esta situación, el
juez ordenó que fuera entregada a una casa de prostitución, ella solo confió en
que Dios la cuidaría y dijo: «Puedes manchar tu espada
con mi sangre, pero jamás podrás profanar mi cuerpo consagrado a Cristo».
Ya en el lugar, ella
resplandecía con su pureza y nadie se atrevía a acercársele, solo un hombre lo
intentó y cayó al suelo cegado por una luz celeste que no le permitió hacer
nada.
Por último, el gobernador de
la ciudad ordenó su ejecución. Inés, al saber la noticia, simplemente se
alegró. Ella fue sepultada en la Vía Nomentana, cerca de Roma. Años después la
hija de del emperador romano Constantino, erigió una basílica menor en ese
lugar.
La imagen de Santa Inés es
representada con un cordero. En la fecha de su celebración, en la basílica de
Santa Inés, se ofrecen dos corderos, con su lana se tejen los palios y se
envían a los obispos metropolitanos de Occidente, como señal de que su
jurisdicción depende de Roma.
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