Tras romper el vitral, los asaltantes entraron en la iglesia de Saint-Pierre de Bondy / Diócesis de Saint-Denis
Una nueva oleada de
profanaciones de iglesias católicas en Francia, en este caso en la región de París, vuelve
a mostrar lo que los obispos vienen ya tiempo
denunciando. No son meros actos de vandalismo sino
anticristianos. En los últimos años se han producido cientos de ataques a
iglesias, robos, profanaciones e incluso se han llegado a ver arder iglesias.
En menos de una semana tres iglesias cerca de la capital de París fueron profanadas, y sin contar el grave ataque en la basílica de
Saint-Denis en la que un hombre atacó con una barra
metálica varias estatuas y una vitrina antes de ser detenido.
Según informa Famille Chretienne,
dos iglesias fueron escenario de robos y profanaciones en la noche del 9 al 10
de enero. Se trata de las iglesias de Saint-Pierre
en Bondy y la iglesia de Saint-Germain-l'Auxerrois en Romainville, ambas
pertenecientes a la diócesis de Saint-Denis. Cerca de allí
también fue profanada la noche del 6 al 7 denero, con el robo de hostias
incluido, la iglesia de Saint-Germain en Vitry-sur-Seine (diócesis
de Créteil en Val de Marne).
El propio ministro del Interior,
Gérald Darmanin, ha querido manifestarse ante esta nueva oleada de
profanaciones. “Apoyo a los católicos de
nuestro país tras los actos de vandalismo que han afectado a varios lugares de
culto en los últimos días”,
ha afirmado a través de Twitter, para añadir además que espera que “las investigaciones abiertas permitan identificar a los
autores de estos actos inaceptables”.
En Bondi, el sacerdote Jocelyn
Petitfils fue el que descubrió la magnitud de los daños producidos en su
parroquia. Él mismo la había cerrado la tarde del domingo. El religioso explica
que los asaltantes “rompieron un vitral para
ingresar en la iglesia, rompieron la cerradura de la puerta principal, se
llevaron un ordenador y un cáliz muy valioso… Y más dramático aún: forzaron el sagrario y se llevaron el copón con cien
hostias y el viril de la custodia”.
Precisamente, este es el punto
más doloroso para la comunidad parroquial. El sacerdote se lamenta: “tocaron el cuerpo de Cristo, objeto de nuestra fe y de nuestra
veneración, es el acto supremo de profanación”.
“Estamos
consternados, muchos feligreses están conmocionados, hay mucha rabia”, confirma el padre Petitfils. Y es que es la segunda vez en seis meses
que en esta ciudad la comunidad católica sufre una profanación. Este
verano en la iglesia de Pavillon-sous-bois prendieron fuego
al altar, pintaron la cabeza de Cristo y rotularon las paredes con pintadas
como “muerte a los católicos”, “fascistas”
e incluso “poder negro” con una cruz invertida.
También hay gran consternación en
la parroquia de Romainville. "Estoy profundamente
conmocionado y molesto por dentro",
confiesa el párroco, el padre Serge Nzuzi, que recibió "muchos
mensajes de fieles angustiados" tras la tragedia en la iglesia de
Saint-Germain-l'Auxerrois.
El párroco confirma que han
encontrado “la iglesia patas arriba”, pues “los ladrones irrumpieron por una ventana alta en la
parte trasera de la iglesia, después de quitar la cerca, rompieron el vidrio y
una barra pegada a la pared. Encontré muchos rastros de sangre en la
iglesia, se deben haber cortado”.
En el interior, los ladrones “forzaron la puerta del sagrario y se llevaron el copón,
dejando caer las hostias, y se llevaron el viril de la custodia con el
cuerpo de Cristo. Se llevaron también todos los jarrones de oro que
resplandecían en la sacristía, tres copones, dos cálices, pero también la pila
de agua bendita y todo el equipo de sonido”.
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