La esperanza es la luz que puede romper las negras sombras cuando parece que todo está perdido.
Por: Ma Esther De Ariño | Fuente: Catholic.net
Hoy es jueves, Señor, y vengo con el alma en
sombras, sombras que se llegan a convertir en oscuridad si nos falta la virtud
de la Esperanza....
Cuando eso sucede hay noches en las que parece que el tiempo se ha detenido y
jamás veremos el amanecer... en ellas oímos el palpitar de nuestro corazón y
cada latido nos duele.
Noches de negrura espiritual en las que todo parece agrandarse, nuestra pena,
nuestra angustia y nuestro malestar.
Nos pesa la vida y en el silencio de esa noches nos parece que no hay pena como
nuestra pena.
PERO...SI HAY UN POCO DE ESPERANZA EN NUESTRO CORAZÓN,
ESTAMOS SALVADOS.
Sabemos de casos que esa gran "desesperanza"
ha llegado a tal límite, a tal profundidad que no se ha encontrado otra
solución que el buscar la "puerta falsa".
Es el escape, el terminar con algo que pesa demasiado y el sentirse
sumergido en las tinieblas de una noche "sin
mañana"... sin esperanza. ¡Eso fue lo
que les faltó a esas vidas, LA ESPERANZA.
La esperanza es un mañana mejor, la esperanza es la luz que puede romper
las negras sombras cuando parece que todo está perdido.
SIN ESPERANZA NO SE PUEDE VIVIR.
Cuando hay Esperanza a pesar de la desilusión y del dolor, siempre habrá otro
camino que no sea el de la desesperación y el total aniquilamiento del
verdadero yo.
Es cierto que hay situaciones en la vida que son como la más oscura de las
noches, noches en que las horas parecen no pasar...pero cuando hay fe, cuando
sabemos que tenemos un Dios Padre que sabe de nuestro sufrimiento, cuando nos
sabemos amados por El, a pesar de que nuestro sentimiento de soledad sea
inmenso, si nos dejamos arropar y abandonar en sus brazos y en los de nuestra
Madre María Santísima, la Esperanza, de saber que Dios nos ama, llegará con su
luz que sabe consolar.
QUIEN SE SIENTE AMADO NO PUEDE CAER EN LA DESESPERACIÓN
Y DIOS
NOS AMA.
La ESPERANZA, es una virtud que tenemos que
cultivar como la flor más delicada y valiosa. Tres son las virtudes teologales:
Fe, Esperanza y Caridad, cuyo objeto directo
es Dios Sin ellas es muy difícil caminar por la vida y no podemos olvidar que
la Esperanza siempre será la luz en nuestras noches cuando las penas y las
dificultades las hagan muy oscuras.
Estos momentos ante Ti, Jesús, te pedimos que nos llenes de esperanza y que
recordemos que el Papa Benedicto XVI ha dedicado una Carta encíclica «Spe salvi», para hablarnos de la esperanza: " (...) se nos ha dado la esperanza, una esperanza
fiable, gracias a la cual podemos afrontar nuestro presente: el presente,
aunque sea un presente fatigoso, se puede vivir y aceptar si lleva hacia una
meta, si podemos estar seguros de esta meta y si esta meta es tan grande que
justifique el esfuerzo del camino.
¡No dejemos de leerla y meditarla! «Spe salvi»,
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