No hace tantos años que una guerra entre naciones desarrolladas parecía imposible. Entre las grandes naciones desarrolladas (llamémoslas así), una guerra parecía una reliquia de tiempos pretéritos. Ya nada iba a solucionarse a cañonazos ni a tiros.
Estoy
convencido de que Rusia no invadirá Ucrania. Lo tremendo es que este episodio
claramente muestra que entramos en otra época. Ya no resulta impensable
amenazar con la lucha a naciones como China y Rusia. Si esta política se
consolida, otros países más pequeños seguirán el ejemplo.
Entramos en
una etapa más inestable, menos segura, con más incertidumbres. Una época en la
que China y Rusia apelarán a la fuerza, no al Derecho internacional. Una
pandemia que se prolonga, estas nubes de guerra, la presente crisis energética,
cada vez más gobiernos de extrema izquierda en Latinoamérica, la economía
dañada en muchos países... menudo panorama.
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Siempre
podemos refugiarnos en la belleza, escuchando por centésima vez la perfección,
la banda sonora de Un hombre para la eternidad. Una hermosa fantasía de estilo isabelino:
https://www.youtube.com/watch?v=-zuNxMCTTDc
A Putin le
he enviado la canción de 1975 titulada ¿Why
can't we be friends?
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Sí, era
posible gobernar a favor del Pueblo, a favor de todos, en contra de nadie.
Gobernar dejando libertad de expresión y abandonar el Poder cuando los
ciudadanos así lo decidiesen. Hubiera sido posible que Rusia hubiera ocupado su
lugar en la comunidad internacional como una nación más, prosperando entre
todos, respetada por todos.
Otro
camino fue posible, también para China.
¿En qué etapa entramos ahora? La de los
grandes gobernantes autócratas. Me gustaría decir “que
Dios libre a España de caer en manos del gobernante equivocado”, pero
mucho me temo de que es solo cuestión de tiempo de que nos toque algún tipo de
Pablo Iglesias.
P. FORTEA
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