Publicamos aquí, con permiso de su autor, Pablo Muñoz Iturrieta, este excelente artículo acerca de las mentadas “tumbas” de niños en Canadá, “masacrados” por la Iglesia.
Vale la pena
difundirlo para,
Que
no te la cuenten…
¿Se acuerdan la
historia de los cientos de niños encontrados junto a las escuelas residenciales
de Canadá? Era todo
mentira, como lo explico en este nuevo video:
El Dorchester Review, una de las publicaciones
de historia más importantes de Canadá, acaba de publicar un artículo
importantísimo para aclarar una cuestión que los medios manipularon con un
propósito político, como ya lo habíamos notado en un video del 3 de junio de 2021.
Jacques Roullard, el autor del artículo y doctor en historia y profesor emérito
del departamento de historia en la Universidad de Montreal, interpela al
gobierno y los medios por la operación mediática de junio del año pasado y
dice: “Después de siete meses de recriminación y
denuncia, ¿dónde están los restos de los niños enterrados en la Escuela
Residencial Indígena Kamloops?”
The Canadian Press acaba de honrar a los niños de
las escuelas residenciales como la “Persona del Año
2021”. Pero lo que casi nadie sabe es que la historia mediática de junio
del año pasado surgió no de haber encontrado cuerpos, sino de una suposición a partir de las imágenes de escaneo con radar de parte del sitio donde funcionó la escuela
residencial de Kamloops entre 1890 y 1978. Es más, los medios estaban
replicando una historia falsa al afirmar que se habían encontrado cientos de
cuerpos de niños junto a escuelas residenciales.
El “descubrimiento”
fue reportado por primera vez el 27 de mayo de 2021 por Rosanne Casimir,
la cacique de la nación indígena Tk’emlúps, después de que la antropóloga Sarah
Beaulieu usara un radar de penetración terrestre en la búsqueda de restos de
niños que algunos alegaban supuestamente se habían enterrado esa zona. Esto los
medios jamás lo dijeron, sino que dieron como un hecho que se habían encontrado
cuerpos en fosas comunes, como inventó el The New York Times,
por ejemplo.
Los medios primero afirmaron
que se trataba de una fosa común, luego cambió la historia y la misma cacique
aclaró que se trataba supuestamente de tumbas individuales. Ahora resulta que
en realidad no habían encontrado nada, pero los
medios nunca dijeron que era una mera suposición, sino que tergiversaron la
historia para afirmar que se habían encontrado cientos de cuerpos de niños.
Todo mentira.
SE INCENDIARON 68
IGLESIAS EN CANADÁ
Y lo peor de todo es que a
partir de una mentira vandalizaron y quemaron más de
60 iglesias en Canadá (68 en total) muchas
de las cuales eran de los mismos indígenas y de comunidades de inmigrantes que
nada tuvieron que ver con las escuelas residenciales, el gobierno de Trudeau le
exigió al Papa que venga a Canadá a pedir perdón, las diócesis se
comprometieron en juntar millones de dólares para los indígenas, las Naciones
Unidas ordenó una investigación por violaciones de derechos humanos, Amnesty
International pidió que los culpables sean llevados a tribunales y el gobierno
aprobó dos leyes indigenistas. Todo esto basado en una historia que nunca
existió.
PERO VAYAMOS AL
REPORTE ORIGINAL QUE LOS MEDIOS TERGIVERSARON.
Quien hizo el escaneo con
radar fue Sarah Beaulieu,
profesora de Antropología y Sociología en la Universidad del Valle Fraser desde
2018. En su perfil oficial de la universidad Sarah Beaulieu se presenta como antropóloga especializada en
conflictos modernos, especialmente en identificar cementerios de la Primera
Guerra Mundial usando un radar de penetración de tierra. Con esa tecnología fue
a la reserva indígena donde funcionó la escuela residencial de Kamloops.
Y aquí surge lo irresponsable
del reportaje que terminó en iglesias destruidas, dos leyes indigenistas que se
pasaron sin cuestionamiento, la acusación de un supuesto “genocidio cultural”, la condena del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los derechos humanos y la avalancha de
reportajes falsos que construyeron toda una historia basada en una mentira. El
informe preliminar de esta profesora se basaba no en cuerpos que se encontraron
en el sitio, sino en depresiones y anormalidades en
el suelo de un huerto de manzanos cerca
de la escuela. A partir de esas “anormalidades” la
cacique Rosanne Casimir asumió que se trataba de «niños desaparecidos» cuyas
muertes posiblemente nunca se habían reportado y que por lo tanto no estaban en
ningún documento oficial. Sin ninguna prueba, Casimir sacó un comunicado de prensa el 27 de mayo de 2021, afirmando que era un
hecho “confirmado” que se habían encontrado “los cuerpos de 215 niños” enterrados junto a la
escuela residencial de Kamloops, algunos de ellos “de
tan solo 3 años de edad”. El comunicado además anunciaba que no se iba a
permitir el ingreso de nadie al sitio mencionado.
La gran pregunta es ¿por qué mintieron en el
comunicado oficial si todo lo que encontraron fue una depresión en el suelo,
probablemente causada por las raíces de los árboles según lo admitieron ellos
mismos después? Además, esto deja de manifiesto la irresponsabilidad de
los medios, que desparramaron una noticia falsa, dieron el número concreto de
215 niños e incluso que muchos tenían 3 años… Todo mentira,
además de la irresponsabilidad del gobierno de Justin Trudeau por ni siquiera
investigar si era verdad y apresurarse a predecir que se iban a encontrar
muchos más niños a lo largo y ancho de Canadá.
Pero volvamos al relato de la
antropóloga que realizó el reporte. Primero afirmaron que se trataba de una
fosa común. Dieron el número exacto de 215 niños. Luego afirmaron que no se
trataba de una fosa común. Después ya para el 15 de julio no solo que bajaron
el número de 215 a 200, sino que ahora el relato cambió a que era “probable que se trataba de sitios de entierro”. Ahí
reconocen que no tienen absolutamente ninguna evidencia de nada y que ni
siquiera habían removido tierra, sino que el radar había detectado muchas «perturbaciones en el suelo como raíces de árboles, metal
y piedras». Es decir, la antropóloga concluyó que tal vez se trataba de
un sitio de entierros, pero que no se podía confirmar hasta que se excave.
O sea, para el 15 de julio ya
se habían incendiado decenas de iglesias, ya se habían aprobado las dos leyes
indigenistas en Canadá, pero la realidad era que todo era una mera suposición
de una antropóloga que se encontró con piedras, metales y raíces de árboles de
manzana… Tal vez por eso un portavoz de la comunidad indígena dijo que el
reporte completo “no podía” ser divulgado a
los medios. Porque sabían que todo era una gran mentira. Es más, incluso ya el
15 de julio la misma cacique Casimir especulaba que tal vez no se haga ninguna
excavación. ¿Por qué no excavar? ¿Acaso temían no
encontrarse nada, como de hecho resultó ser el caso?
Como todos sabemos, el supuesto
“descubrimiento” de Kamloops originó una
gran conmoción en Canadá y en el extranjero. Se hizo una campaña similar a la
de Black Lives Matters, solo que esta vez apuntó a quemar y vandalizar
iglesias, se creó el slogan “Every child matters”, con
todo tipo de productos a la venta y ganancias por millones de dólares de
parafernalia que oscilaban entre los $15 y $42 dólares. Es decir, el relato de
los niños enterrados se convirtió en un gran negocio como para salir a negarlo.
Por eso mejor “no poner el reporte al alcance de
los medios”… No sea que se descubra la gran mentira y se acabe el
negocio. También de repente los escalones de las iglesias que se salvaron del
fuego fueron adornados con cantidad de zapatitos de niños como una especie de “memorial” que apuntaba a la psicología colectiva
y la culpa social, como si todos hubiesen sido cómplices de un descubrimiento
que en realidad nunca ocurrió.
Luego a los días salió la
historia de que nuevamente en otra escuela residencial, la de Marieval, habían
encontrado 751 tumbas. Era la misma táctica. Se usó el mismo radar y nunca se
excavó nada para confirmar el supuesto hallazgo, además de que el lugar estaba
de hecho registrado como un cementerio y con el paso del tiempo las cruces se
habían deteriorado. Es decir, estaban armando otro escándalo mediático sin
fundamento, ya que en el mismo anuncio afirmaron que no se sabía si se trataba
de estudiantes, cuando de hecho se trataba del cementerio para toda el área
circundante y de hecho los datos de cada tumba se encuentran en el acta de
defunciones y entierros, que incluye a abuelos, adultos, niños, estudiantes y
quien sea que falleció en la zona durante décadas…
Mientras tanto, Justin
Trudeau, sin ningún tipo de evidencia más que el discurso de los medios, fue
inmediatamente a Twitter para
referirse a “un capítulo oscuro y vergonzoso” en
la historia de Canadá. El gobierno federal bajó todas las banderas a media asta
para honrar a los niños “desaparecidos” y
prometió $27 millones de dólares en asistencia para las comunidades indígenas. ¿Por qué este circo mediático? Porque el 23 de
junio de 2021 se vencía el plazo para aprobar dos leyes indigenistas del
gobierno Liberal de Trudeau. Como Trudeau tiene solo una minoría en el
Parlamento Canadiense, era necesario presionar mediáticamente para que ningún
otro partido se opusiera a estas leyes. Y obviamente el supuestamente encontrar
cientos de niños en fosas comunes iba a tener el efecto deseado por el
gobierno…
Esas dos leyes eran la Ley C-15, que sometió a la ley canadiense a la declaración de
la ONU sobre los derechos de las personas indígenas, y la Ley C-5 por la que se
creó un nuevo feriado para políticos y trabajadores federales con motivo de la
Reconciliación con los pueblos indígenas. Es decir, los políticos canadienses
declararon un día feriado que aplicaba solo al gobierno, no a empresas
privadas, y recibir sueldo por el mismo.
Además, sabemos que Trudeau le
exigió al Papa que venga a Canadá a pedir perdón por las tumbas encontradas y
el mismo Papa creyó en la falsa historia al mencionar el hecho en el mes de
junio.
Ahora que sabemos que todo
esto fue armado en base a una mentira, queda más que claro que el propósito de
todo esto fue usar psicológica, política e ideológicamente a la población por
distintos motivos. El gobierno para implementar su agenda indigenista. Los
abogados para robarle más plata al gobierno y a la iglesia en casos de “reparación histórica” y los activistas para
incendiar iglesias.
¿Qué tenemos que
aprender de todo esto? Que nuevamente se confirma que los medios son un gran instrumento de
manipulación, que no tienen problema en fabricar historias para poder afectar
psicológicamente a la población y así imponer una cierta agenda política.
A la historia hay que tratarla
con la mayor objetividad posible, limitándose a los hechos y con muchísimo
cuidado de no imponerle nuestro modo de ver actual. El estudio sobre la escuela
residencial de Kamloops que acaba de ser publicado en el Dorchester Review nos
informa que dicha escuela fue fundada por el cacique Louis Clexlixqen en 1890,
quien llevó a los padres oblatos para que eduquen a los niños indígenas. En
total, desde 1915 hasta 1964, fallecieron 49 estudiantes según el reporte de la
comisión para las escuelas residenciales de Canadá. De estos estudiantes, 17
fallecieron en el hospital y 8 en sus respectivas reservas indígenas. Con
respecto a la causa de muerte de los otros 24 estudiantes todavía se deben
encontrar los certificados de defunción que se guardan en la Agencia de
Estadísticas de Vida de British Columbia. En cuanto al lugar de entierro de los
49 estudiantes, solo 4 están enterrados en el cementerio de la escuela
residencial de Kamloops porque sus familias residían en esa reserva indígena, y
el resto fueron enterrados en cementerios de sus propias reservas. Por eso el
informe que acaba de ser publicado es lapidario contra la versión de los medios
de que se ocultaban las muertes de estudiantes o que sus familias no eran
informadas. Eso es mentira porque de hecho la mayoría de los estudiantes eran
enterrados en su lugar de procedencia.
Muchos cayeron en este engaño,
algunos replicando noticias falsas, otros simplemente creyendo lo que
escuchaban. Sinceramente espero que quienes replicaron esta mentira tengan la
valentía y el honor de rectificarse y de pedir perdón y espero que este video
llegue a todos aquellos que tal vez fueron confundidos y merecen saber la
verdad. Muchas gracias.
Por Pablo Muñoz
Iturrieta
Fuente:
Javier Olivera
Ravasi
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