«Y recorrió toda Galilea enseñando, predicando y curando» (Mt 4, 23)
El
mayor peligro que acecha a la Iglesia es el peligro de instalarse y
establecerse en organismo.
Nuestra misión consiste en no quedarse fuera de la caravana que
avanza.
«Hay
que volver de nuevo a las tiendas del Éxodo,
a los sermones predicados sobre la hierba y al reparto fraternal de los
chicles, los panes y los peces» (Javier Iturgaitz)
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