Hoy día, hace más de 1,675 años falleció un santo muy milagroso, de los que defendieron el dogma de la divinidad de Jesucristo, él es San Nicolás de Bari, Santa Claus o Papa Noel por su imagen caricaturesca.
Era
turco, fue obispo de Myra y es patrón de Rusia. Al morir sus padres entregó su
heredad a los pobres. Se cuenta que resucitó a tres niños que cayeron de lo
alto de un árbol y murieron, a otros tres niños salvó de que fueran muertos por
dar de comer a gente hambrienta.
Siendo de
la primera iglesia cristiana, los romanos lo apresaron y quemaron su barba; fue
liberado por Constantino (emperador y santo).
Santa
Claus era muy preocupado por los demás, dice una leyenda que un padre de
familia desquiciado por su ruina, puso a sus hijas en la prostitución, cuando
el santo se enteró hizo que por la chimenea cayeran monedas de oro y llenaran
las medias de lana de las mujeres, pues ellas las habían puesto a secar cerca
del fuego.
Para
combatir los errores utilizaba una dulzura exquisita, logrando grandes y sinceras
conversiones.
Hizo
milagros a militares y marineros, a estos se les apareció y salvó en una
tormenta de alta mar.
San Nicolás, ruega por
nosotros.
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