Y ahora que estás por arrancar las últimas hojas al calendario te das cuenta que este año te enseñó la verdadera importancia de la vida, de los días.
Te enseñó que una silla vacía pesa mucho, que la ausencia repentina de
aquel ser querido te hacen entender que lo material se convierte en nada.
Te
enseñó la verdadera cara de tus amigos cercanos y
no tan cercanos. Te hizo darte cuenta quien realmente está incondicionalmente
para ti.
Este año
tan duro te ha hecho ser agradecida con lo
verdaderamente importante.
Ojalá te haya enseñado a abrazar fuerte, a besar en la
frente, a contar hasta 10... o 20... o 100 en esto de la paciencia, a perdonar.
Ahora que
transcurre el último mes de este año te invito a perdonarte, a tomarte ese café
que te debes a ti, a disfrutar a los tuyos y dejar de planear tanto el futuro.
Vive
hoy, un día a la vez. Vive como quieras, pero vive feliz. Vive siempre
agradecida.
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