En los días previos a la Navidad, en la oración de las vísperas que se recita en las tardes, la Iglesia invita a rezar las Antífonas de Adviento, llamadas también Antífonas Mayores o “Antífonas O”. Este último nombre porque en latín comienzan con esa letra.
La Enciclopedia Católica explica que, “dirigidas
a Cristo, según uno u otro de Sus títulos Escriturales, concluyen con una
petición específica al Señor”.
Estas antífonas son una de las fuentes de donde surgen los llamados “gozos” o estrofas que se cantan o rezan en la
Novena de Navidad, del 16 al 24 de diciembre.
Además, estas antífonas no solo se rezan en la Iglesia Católica, sino
que también se utilizan en las iglesias luterana y anglicana.
“Hay varias traducciones al inglés, en verso,
realizadas tanto por católicos como por no católicos, la más reciente se
encuentra en Dom Gregory Ould ‘Book of Hymns’ (Libro de Himnos de Edimburgo,
1910, no. 5) realizada por W. Rooke-Ley, en siete cuartetos con un cuarteto
refrán que incluye una traducción del versículo y su respuesta”, indica la Enciclopedia Católica.
La primera antífona, que se reza el 17 de diciembre, es “O Sapientia”
y dice así: “Oh, Sabiduría, que brotaste de
los labios del Altísimo / abarcando del uno al otro confín / y ordenándolo todo
con firmeza y suavidad: / ven y muéstranos el camino de la salvación”.
La segunda, para el 18 de diciembre, es “O Adonai” y dice: “Oh Adonai, Pastor de la casa de Israel, / que te
apareciste a Moisés en la zarza ardiente / y en el Sinaí le diste tu ley:/ ven
a librarnos con el poder de tu brazo”.
La tercera, del 19 de diciembre, es “O Radix Jesse” y dice: “Oh Raíz de Jesé, que te alzas como un signo para los
pueblos;/ ante quien los reyes enmudecen,/ y cuyo auxilio imploran las
naciones:/ ven a librarnos, no tardes más”.
La cuarta, para el 20 de diciembre, es “O Clavis David” y dice: “Oh Llave de David y Cetro de la casa de Israel;/ que
abres y nadie puede cerrar;/ cierras y nadie puede abrir:/ ven y libra a los
cautivos/ que viven en tinieblas y en sombra de muerte”.
La quinta, del 21 de diciembre, es “O Oriens” y dice: “Oh Amanecer,/ Resplandor de la luz eterna, Sol de
justicia:/ ven ahora a iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de
muerte”.
La sexta, para el 22 de diciembre, es “O Rex Gentium” y dice: “Oh Rey de las naciones y Deseado de los pueblos,/ Piedra
angular de la Iglesia, que haces de dos pueblos uno solo:/ ven y salva al
hombre,/ que formaste del barro de la tierra”.
La séptima y última, para el 23 de diciembre, es “O Emmanuel” y
dice: “Oh Emmanuel, rey y legislador nuestro,/
esperanza de las naciones y salvador de los pueblos:/ ven a salvarnos, Señor
Dios nuestro”.
La Enciclopedia Católica refiere que algunas iglesias medievales tenían
más antífonas mayores, “agregando a las anteriores
"O Rex Pacifice", "O Mundi Domina" y "O Hierusalem",
dirigidas a Nuestro Señor, Nuestra Señora y
Jerusalén, respectivamente”.
Asimismo, el texto indica que “el Rito
Parisino agregó dos antífonas ("O sancte sanctorum" y "O
pastor Israel") a las siete del Rito Romano y comenzó la recitación de
estas nueve antífonas el 15 de diciembre”.
POR WALTER SÁNCHEZ
SILVA | ACI Prensa
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