El 12 de diciembre la Iglesia celebra la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, Emperatriz de América y Patrona de México, que dejó su imagen desde ese día en una sencilla “tilma” como señal del Amor de Dios para creyentes y no creyentes.
En 2021, solo México
celebrará la fiesta el 12 de diciembre, como una concesión especial
del Vaticano por ser México el país donde se apareció la Virgen y en donde la
devoción es muy grande y especial.
En los demás países, la fiesta de la Virgen de Guadalupe pasa al día 13
porque el 12 de diciembre será el tercer Domingo de Adviento o Domingo de la
Alegría (Gaudete), por el gozo de la cercanía del nacimiento del Salvador.
Cercanos a esta gran fiesta mariana les dejamos una Novena para pedir la
intercesión de la Virgen María ante Dios.
PRIMER
DÍA DE LA NOVENA A LA VIRGEN DE GUADALUPE
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Acto de Contrición
"Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, creador y redentor
mío, por ser vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de
todo corazón haberos ofendido. Propongo enmendarme y confesarme a su
tiempo y ofrezco cuanto hiciere en satisfacción de mis pecados, y confío por
vuestra bondad y misericordia infinita, que me perdonaréis y me daréis gracia
para nunca más pecar. Así lo espero por intercesión de mi Madre, nuestra Señora
la Virgen de Guadalupe. Amén".
Primer Día
"¡Oh Santísima Señora de Guadalupe! Esa corona con que ciñes tus
sagradas sienes publica que eres Reina del Universo. Lo eres, Señora, pues como
Hija, como Madre y como Esposa del Altísimo tienes absoluto poder y justísimo
derecho sobre todas las criaturas.
Siendo esto así, yo también soy tuyo; también pertenezco a ti por mil
títulos; pero no me contento con ser tuyo por tan alta jurisdicción que tienes
sobre todos; quiero ser tuyo por otro título más, esto es, por elección de mi
voluntad.
Ved que, aquí postrado delante del trono de tu Majestad, te elijo por mi
Reina y mi Señora, y con este motivo quiero doblar el señorío y dominio que
tienes sobre mí; quiero depender de ti y quiero que los designios que tiene de
mí la Providencia divina, pasen por tus manos.
Dispón de mí como te agrade; los sucesos y lances de mi vida quiero que
todos corran por tu cuenta. Confío en tu benignidad, que todos se enderezarán
al bien de mi alma y honra y gloria de aquel Señor que tanto complace al mundo.
Amén.
Se dicen las intenciones de la novena
y se reza un Padrenuestro, un Ave María y un Gloria.
ORACIÓN DE SAN JUAN
PABLO II A LA VIRGEN DE GUADALUPE
¡Oh Virgen Inmaculada Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia! Tú,
que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que
solicitan tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimos, y
preséntala ante tu Hijo Jesús, único Redentor nuestro. Madre de misericordia,
Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a ti, que sales al encuentro de
nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todo nuestro ser y todo
nuestro amor. Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras
alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores. Da la paz, la justicia y la
prosperidad a nuestros pueblos; ya que todo lo que tenemos y somos lo ponernos
bajo tu cuidado, Señora y Madre nuestra. Queremos ser totalmente tuyos y
recorrer contigo el camino de una plena fidelidad a Jesucristo en su Iglesia: no
nos sueltes de tu mano amorosa. Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te
pedimos por todos los obispos, para que conduzcan a los fieles por senderos de
intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas. Contempla
esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda hambre de santidad en
todo el Pueblo de Dios, y otorgue abundantes vocaciones de sacerdotes y
religiosos, fuertes en la fe y celosos dispensadores de los misterios de Dios. Concede
a nuestros hogares la gracia de amar y de respetar la vida que comienza con el
mismo amor con el que concebiste en tu seno la vida del Hijo de Dios. Virgen
Santa María, Madre del Amor Hermoso, protege a nuestras familias, para que
estén siempre muy unidas, y bendice la educación de nuestros hijos. Esperanza
nuestra, míranos con compasión, enséñanos a ir continuamente a Jesús y, si
caemos, ayúdanos a levantarnos, a volver a Él, mediante la confesión de
nuestras culpas y pecados en el sacramento de la penitencia, que trae sosiego
al alma. Te suplicamos que nos concedas un amor muy grande a todos los santos sacramentos que son como las huellas que tu
Hijo nos dejó en la tierra. Así, Madre Santísima, con la paz de Dios en la
conciencia, con nuestros corazones libres de mal y de odios, podremos llevar a
todos la verdadera alegría y la verdadera paz, que vienen de tu Hijo, nuestro
Señor Jesucristo, que con Dios Padre y con el Espíritu Santo, vive y reina por
los siglos de los siglos. Amén.
SEGUNDO
DÍA DE LA NOVENA A LA VIRGEN DE GUADALUPE
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Acto de Contrición
"Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, creador y redentor
mío, por ser vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de
todo corazón haberos ofendido. Propongo enmendarme y confesarme a su
tiempo y ofrezco cuanto hiciere en satisfacción de mis pecados, y confío por
vuestra bondad y misericordia infinita, que me perdonaréis y me daréis gracia
para nunca más pecar. Así lo espero por intercesión de mi Madre, nuestra Señora
la Virgen de Guadalupe. Amén".
Segundo Día
¡Oh Santísima Virgen de
Guadalupe! ¡Qué bien se conoce que eres Abogada nuestra en el tribunal de Dios,
pues esas hermosísimas manos que jamás dejan de beneficiarnos las juntas ante
el pecho en ademán de quien suplica y ruega, dándonos con esto a ver que desde
el trono de gloria como Reina de los Ángeles y hombres haces también oficio de
abogada, rogando y procurando a favor nuestro. ¿Con qué afectos de
reconocimiento y gratitud podré pagar tanta fineza? Siendo que no hay en todo
mi corazón suficiente caudal para pagarlo. A ti recurro para que me enriquezcas
con los dones preciosos de una caridad ardiente y fervorosa, de una humildad
profunda y de una obediencia pronta al Señor. Esfuerza tus súplicas, multiplica
tus ruegos, y no ceses de pedir al Todopoderoso me haga suyo y me conceda ir a
darte las gracias por el feliz éxito de tu intermediación en la gloria. Amén
Se dicen las intenciones de la novena
y se reza un Padrenuestro, un Ave María y un Gloria.
ORACIÓN DE SAN JUAN
PABLO II A LA VIRGEN DE GUADALUPE
¡Oh Virgen Inmaculada Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia! Tú,
que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitan
tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimos, y
preséntala ante tu Hijo Jesús, único Redentor nuestro. Madre de misericordia, Maestra
del sacrificio escondido y silencioso, a ti, que sales al encuentro de nosotros,
los pecadores, te consagramos en este día todo nuestro ser y todo nuestro amor.
Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras alegrías, nuestras
enfermedades y nuestros dolores. Da la paz, la justicia y la prosperidad a
nuestros pueblos; ya que todo lo que tenemos y somos lo ponernos bajo tu
cuidado, Señora y Madre nuestra. Queremos ser totalmente tuyos y recorrer
contigo el camino de una plena fidelidad a Jesucristo en su Iglesia: no nos
sueltes de tu mano amorosa. Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te
pedimos por todos los obispos, para que conduzcan a los fieles por senderos de
intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas. Contempla
esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda hambre de santidad en
todo el Pueblo de Dios, y otorgue abundantes vocaciones de sacerdotes y
religiosos, fuertes en la fe y celosos dispensadores de los misterios de Dios. Concede
a nuestros hogares la gracia de amar y de respetar la vida que comienza. Con el
mismo amor con el que concebiste en tu seno la vida del Hijo de Dios. Virgen
Santa María, Madre del Amor Hermoso, protege a nuestras familias, para que
estén siempre muy unidas, y bendice la educación de nuestros hijos. Esperanza
nuestra, míranos con compasión, enséñanos a ir continuamente a Jesús y, si
caemos, ayúdanos a levantarnos, a volver a Él, mediante la confesión de
nuestras culpas y pecados en el sacramento de la penitencia, que trae sosiego
al alma. Te suplicamos que nos concedas un amor muy grande a todos los santos
sacramentos que son como las huellas que tu Hijo nos dejó en la tierra. Así, Madre
Santísima, con la paz de Dios en la conciencia, con nuestros corazones libres
de mal y de odios, podremos llevar a todos la verdadera alegría y la verdadera
paz, que vienen de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que con Dios Padre y con
el Espíritu Santo, vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
TERCER
DÍA DE LA NOVENA A LA VIRGEN DE GUADALUPE
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Acto de Contrición
"Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, creador y redentor
mío, por ser vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de
todo corazón haberos ofendido. Propongo enmendarme y confesarme a su
tiempo y ofrezco cuanto hiciere en satisfacción de mis pecados, y confío por
vuestra bondad y misericordia infinita, que me perdonaréis y me daréis gracia
para nunca más pecar. Así lo espero por intercesión de mi Madre, nuestra Señora
la Virgen de Guadalupe. Amén".
Tercer Día
¡Oh Santísima Virgen María
de Guadalupe! ¡Qué puedo creer al verte cercada de los rayos del sol, sino que
estás íntimamente unida al Sol de la Divinidad, que no hay en tu casa ninguna
cosa que no sea luz, que no sea gracia y que no sea santidad!
¡Qué puedo creer sino que
estás anegada en el piélago de las divinas perfecciones y atributos, y que Dios
te tiene siempre en su Corazón! Sea para bien, Señora, tan alta felicidad.
Yo, entre tanto, arrebatado
del gozo que ello me causa, me presento delante del trono de tu soberanía,
suplicándote te dignes enviar uno de tus ardientes rayos hacia mi corazón:
ilumina con su luz mi entendimiento; enciende con su luz mi voluntad; haz que
acabe yo de persuadirme de que vivo engañado todo el tiempo que no empleo en
amarte ti y en amar a mi Dios: haz que acabe de persuadirme que me
engaño miserablemente cuando amo alguna cosa que no sea mi Dios y cuando no te
amo a Ti por Dios. Amén.
Se dicen las intenciones de la novena
y se reza un Padrenuestro, un Ave María y un Gloria.
ORACIÓN DE SAN JUAN
PABLO II A LA VIRGEN DE GUADALUPE
¡Oh Virgen Inmaculada Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia! Tú,
que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitan
tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimos, y
preséntala ante tu Hijo Jesús, único Redentor nuestro. Madre de misericordia,
Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a ti, que sales al encuentro de
nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todo nuestro ser y todo
nuestro amor. Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras
alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores. Da la paz, la justicia y la
prosperidad a nuestros pueblos; ya que todo lo que tenemos y somos lo ponernos
bajo tu cuidado, Señora y Madre nuestra. Queremos ser totalmente tuyos y
recorrer contigo el camino de una plena fidelidad a Jesucristo en su Iglesia: no
nos sueltes de tu mano amorosa. Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te
pedimos por todos los obispos, para que conduzcan a los fieles por senderos de
intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas. Contempla
esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda hambre de santidad en
todo el Pueblo de Dios, y otorgue abundantes vocaciones de sacerdotes y
religiosos, fuertes en la fe y celosos dispensadores de los misterios de Dios. Concede
a nuestros hogares la gracia de amar y de respetar la vida que comienza. Con el
mismo amor con el que concebiste en tu seno la vida del Hijo de Dios. Virgen
Santa María, Madre del Amor Hermoso, protege a nuestras familias, para que
estén siempre muy unidas, y bendice la educación de nuestros hijos. Esperanza
nuestra, míranos con compasión, enséñanos a ir continuamente a Jesús y, si
caemos, ayúdanos a levantarnos, a volver a Él, mediante la confesión de
nuestras culpas y pecados en el sacramento de la penitencia, que trae sosiego
al alma. Te suplicamos que nos concedas un amor muy grande a todos los santos
sacramentos que son como las huellas que tu Hijo nos dejó en la tierra. Así, Madre
Santísima, con la paz de Dios en la conciencia, con nuestros corazones libres
de mal y de odios, podremos llevar a todos la verdadera alegría y la verdadera
paz, que vienen de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que con Dios Padre y con
el Espíritu Santo, vive y reina por los siglos de los siglos. Amén
CUARTO
DÍA DE LA NOVENA A LA VIRGEN DE GUADALUPE
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Acto de Contrición
"Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, creador y redentor
mío, por ser vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de
todo corazón haberos ofendido. Propongo enmendarme y confesarme a su
tiempo y ofrezco cuanto hiciere en satisfacción de mis pecados, y confío por
vuestra bondad y misericordia infinita, que me perdonaréis y me daréis gracia
para nunca más pecar. Así lo espero por intercesión de mi Madre, nuestra Señora
la Virgen de Guadalupe. Amén".
Cuarto Día
¡Oh Santísima María de
Guadalupe! Si un ángel del cielo tiene por honra tan grande suya estar a tus
pies y que en prueba de su gozo abre los brazos y extiende las alas para formar
con ellas repisa a tu Majestad, ¿qué deberé yo hacer para manifestar mi
veneración a tu persona, no ya la cabeza, ni los brazos, sino mi corazón y mi
alma para santificándola con tus divinas plantas se haga trono digno de tu
soberanía?
Dígnate, Señora, de admitir
este obsequio; no lo desprecies por indigno a tu soberanía, pues el mérito que
le falta por mi miseria y pobreza lo recompenso con la buena voluntad y deseo
Entra a registrar mi
corazón y verás que no lo mueven otras alas sino las del deseo de ser tuyo y el
temor de ofender a tu Hijo divinísimo. Forma trono de mi corazón, y ya no se
envilecerá dándole entrada a la culpa y haciéndose esclavo del demonio. Haz que
no vivan en él sino Jesús y María. Amén.
Se dicen las intenciones de la novena
y se reza un Padrenuestro, un Ave María y un Gloria.
ORACIÓN DE SAN JUAN
PABLO II A LA VIRGEN DE GUADALUPE
¡Oh Virgen Inmaculada Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia! Tú,
que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitan
tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimos, y
preséntala ante tu Hijo Jesús, único Redentor nuestro. Madre de misericordia,
Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a ti, que sales al encuentro de
nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todo nuestro ser y todo
nuestro amor. Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras
alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores. Da la paz, la justicia y la
prosperidad a nuestros pueblos; ya que todo lo que tenemos y somos lo ponernos
bajo tu cuidado, Señora y Madre nuestra. Queremos ser totalmente tuyos y
recorrer contigo el camino de una plena fidelidad a Jesucristo en su Iglesia: no
nos sueltes de tu mano amorosa. Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te
pedimos por todos los obispos, para que conduzcan a los fieles por senderos de
intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas. Contempla
esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda hambre de santidad en
todo el Pueblo de Dios, y otorgue abundantes vocaciones de sacerdotes y
religiosos, fuertes en la fe y celosos dispensadores de los misterios de Dios. Concede
a nuestros hogares la gracia de amar y de respetar la vida que comienza. Con el
mismo amor con el que concebiste en tu seno la vida del Hijo de Dios. Virgen
Santa María, Madre del Amor Hermoso, protege a nuestras familias, para que
estén siempre muy unidas, y bendice la educación de nuestros hijos. Esperanza
nuestra, míranos con compasión, enséñanos a ir continuamente a Jesús y, si
caemos, ayúdanos a levantarnos, a volver a Él, mediante la confesión de
nuestras culpas y pecados en el sacramento de la penitencia, que trae sosiego
al alma. Te suplicamos que nos concedas un amor muy grande a todos los santos
sacramentos que son como las huellas que tu Hijo nos dejó en la tierra. Así, Madre
Santísima, con la paz de Dios en la conciencia, con nuestros corazones libres
de mal y de odios, podremos llevar a todos la verdadera alegría y la verdadera
paz, que vienen de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que con Dios Padre y con
el Espíritu Santo, vive y reina por los siglos de los siglos. Amén
QUINTO
DÍA DE LA NOVENA A LA VIRGEN DE GUADALUPE
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Acto de Contrición
"Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, creador y redentor
mío, por ser vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de
todo corazón haberos ofendido. Propongo enmendarme y confesarme a su
tiempo y ofrezco cuanto hiciere en satisfacción de mis pecados, y confío por
vuestra bondad y misericordia infinita, que me perdonaréis y me daréis gracia
para nunca más pecar. Así lo espero por intercesión de mi Madre, nuestra Señora
la Virgen de Guadalupe. Amén".
Quinto Día
¿Qué correspondía a quien
es un cielo por su hermosura, sino uno lleno de estrellas? ¿Con qué podía
adornarse una belleza toda celestial, sino con los brillos de unas virtudes tan
lúcidas y tan resplandecientes como las tuyas?
Bendita mil veces la mano
de aquel Dios que supo unir en ti hermosura tan peregrina con pureza tan
realzada, y gala tan brillante y rica con humildad tan apacible. Yo quedo,
Señora, absorto de hermosura tan amable, y quisiera que mis ojos se fijaran
siempre en ti para que mi corazón no se dejara arrastrar en otro afecto que no
sea el amor tuyo.
No podré lograr este deseo
si esos resplandecientes astros con que estás adornada no infunden una ardiente
y fervorosa caridad, para que ame de todo corazón y con todas mis fuerzas a mi
Dios, y después de mi Dios a Ti, como objeto digno de que lo amemos todos.
Amén.
Se dicen las intenciones de la novena
y se reza un Padrenuestro, un Ave María y un Gloria.
ORACIÓN DE SAN JUAN
PABLO II A LA VIRGEN DE GUADALUPE
¡Oh Virgen Inmaculada Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia! Tú,
que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitan
tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimos, y
preséntala ante tu Hijo Jesús, único Redentor nuestro. Madre de misericordia,
Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a ti, que sales al encuentro de
nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todo nuestro ser y todo
nuestro amor. Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras
alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores. Da la paz, la justicia y la
prosperidad a nuestros pueblos; ya que todo lo que tenemos y somos lo ponernos
bajo tu cuidado, Señora y Madre nuestra. Queremos ser totalmente tuyos y
recorrer contigo el camino de una plena fidelidad a Jesucristo en su Iglesia: no
nos sueltes de tu mano amorosa. Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te pedimos
por todos los obispos, para que conduzcan a los fieles por senderos de intensa
vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas. Contempla
esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda hambre de santidad en
todo el Pueblo de Dios, y otorgue abundantes vocaciones de sacerdotes y
religiosos, fuertes en la fe y celosos dispensadores de los misterios de Dios. Concede
a nuestros hogares la gracia de amar y de respetar la vida que comienza. Con el
mismo amor con el que concebiste en tu seno la vida del Hijo de Dios. Virgen
Santa María, Madre del Amor Hermoso, protege a nuestras familias, para que
estén siempre muy unidas, y bendice la educación de nuestros hijos. Esperanza
nuestra, míranos con compasión, enséñanos a ir continuamente a Jesús y, si
caemos, ayúdanos a levantarnos, a volver a Él, mediante la confesión de
nuestras culpas y pecados en el sacramento de la penitencia, que trae sosiego
al alma. Te suplicamos que nos concedas un amor muy grande a todos los santos
sacramentos que son como las huellas que tu Hijo nos dejó en la tierra. Así, Madre
Santísima, con la paz de Dios en la conciencia, con nuestros corazones libres
de mal y de odios, podremos llevar a todos la verdadera alegría y la verdadera
paz, que vienen de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que con Dios Padre y con
el Espíritu Santo, vive y reina por los siglos de los siglos. Amén
SEXTO
DÍA DE LA NOVENA A LA VIRGEN DE GUADALUPE
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Acto de Contrición
"Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, creador y redentor
mío, por ser vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de
todo corazón haberos ofendido. Propongo enmendarme y confesarme a su
tiempo y ofrezco cuanto hiciere en satisfacción de mis pecados, y confío por
vuestra bondad y misericordia infinita, que me perdonaréis y me daréis gracia
para nunca más pecar. Así lo espero por intercesión de mi Madre, nuestra Señora
la Virgen de Guadalupe. Amén".
Sexto Día
¡Oh Santísima Virgen María
de Guadalupe! ¡Qué bien dice a tu soberanía ese tapete que la luna forma a tus
sagradas plantas! Hollaste con invicta planta las vanidades del mundo, y
quedando superior a todo lo creado jamás padeciste el menguante de la más
ligera imperfección: antes de tu primer instante estuviste llena de gracia.
Miserable de mí, Señora,
que no sabiéndome mantener en los propósitos que hago, no tengo estabilidad en
la virtud y sólo soy constante en mis viciosas costumbres.
Duélete de mí, Madre
amorosa y tierna; ya que soy como la luna en mi inconstancia, sea como la luna
que está a tus pies, esto es, firme siempre en tu devoción y amor, para no
padecer los menguantes de la culpa. Haz que esté yo siempre a tus plantas por
el amor y la devoción, y ya no temeré los menguantes del pecado sino que
procuraré darme de lleno a mis obligaciones, detestando de corazón todo lo que
es ofensa de mi Dios. Amén.
Se dicen las intenciones de la novena
y se reza un Padrenuestro, un Ave María y un Gloria.
ORACIÓN DE SAN JUAN
PABLO II A LA VIRGEN DE GUADALUPE
¡Oh Virgen Inmaculada Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia! Tú,
que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitan
tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimos, y
preséntala ante tu Hijo Jesús, único Redentor nuestro. Madre de misericordia,
Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a ti, que sales al encuentro de
nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todo nuestro ser y todo
nuestro amor. Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras
alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores. Da la paz, la justicia y la
prosperidad a nuestros pueblos; ya que todo lo que tenemos y somos lo ponernos
bajo tu cuidado, Señora y Madre nuestra. Queremos ser totalmente tuyos y
recorrer contigo el camino de una plena fidelidad a Jesucristo en su Iglesia: no
nos sueltes de tu mano amorosa. Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te
pedimos por todos los obispos, para que conduzcan a los fieles por senderos de
intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas. Contempla
esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda hambre de santidad en
todo el Pueblo de Dios, y otorgue abundantes vocaciones de sacerdotes y
religiosos, fuertes en la fe y celosos dispensadores de los misterios de Dios. Concede
a nuestros hogares la gracia de amar y de respetar la vida que comienza. Con el
mismo amor con el que concebiste en tu seno la vida del Hijo de Dios. Virgen
Santa María, Madre del Amor Hermoso, protege a nuestras familias, para que
estén siempre muy unidas, y bendice la educación de nuestros hijos. Esperanza
nuestra, míranos con compasión, enséñanos a ir continuamente a Jesús y, si
caemos, ayúdanos a levantarnos, a volver a Él, mediante la confesión de
nuestras culpas y pecados en el sacramento de la penitencia, que trae sosiego
al alma. Te suplicamos que nos concedas un amor muy grande a todos los santos
sacramentos que son como las huellas que tu Hijo nos dejó en la tierra. Así, Madre
Santísima, con la paz de Dios en la conciencia, con nuestros corazones libres
de mal y de odios, podremos llevar a todos la verdadera alegría y la verdadera
paz, que vienen de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que con Dios Padre y con
el Espíritu Santo, vive y reina por los siglos de los siglos. Amén
SÉPTIMO
DÍA DE LA NOVENA A LA VIRGEN DE GUADALUPE
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"Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, creador y redentor
mío, por ser vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de
todo corazón haberos ofendido. Propongo enmendarme y confesarme a su
tiempo y ofrezco cuanto hiciere en satisfacción de mis pecados, y confío por
vuestra bondad y misericordia infinita, que me perdonaréis y me daréis gracia
para nunca más pecar. Así lo espero por intercesión de mi Madre, nuestra Señora
la Virgen de Guadalupe. Amén".
Séptimo Día
¡Oh Santísima Virgen María
de Guadalupe! Nada, nada veo en este hermosísimo retrato que no me lleve a
conocer las perfecciones de que te dotó el Señor a tu alma inocentísima. Ese
lienzo grosero y despreciable; ese pobre pero feliz ayate en que se ve
estampada tu singular belleza, dan claro a conocer la profundísima humildad que
le sirvió de cabeza y fundamento a tu asombrosa santidad.
No te desdeñaste de tomar
la pobre tilma de Juan Diego, para que en ella estampase tu rostro, que es
encanto de los ángeles, maravilla de los hombres y admiración de todo el
universo. Pues, ¿cómo no he de esperar yo de tu benignidad, que la miseria y
pobreza de mi alma no sean embarazo para que estampes en ella tu imagen
graciosísima?
Yo te ofrezco las telas de
mi corazón. Tómalo, Señora, en tus manos y no lo dejes jamás, pues mi deseo es
que no se emplee en otra cosa que en amarte y amar a Dios. Amén.
Se dicen las intenciones de la novena
y se reza un Padrenuestro, un Ave María y un Gloria.
ORACIÓN DE SAN JUAN
PABLO II A LA VIRGEN DE GUADALUPE
¡Oh Virgen Inmaculada Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia! Tú,
que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitan
tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimos, y
preséntala ante tu Hijo Jesús, único Redentor nuestro. Madre de misericordia,
Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a ti, que sales al encuentro de
nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todo nuestro ser y todo nuestro
amor. Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras
alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores. Da la paz, la justicia y la
prosperidad a nuestros pueblos; ya que todo lo que tenemos y somos lo ponernos
bajo tu cuidado, Señora y Madre nuestra. Queremos ser totalmente tuyos y
recorrer contigo el camino de una plena fidelidad a Jesucristo en su Iglesia: no
nos sueltes de tu mano amorosa. Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te
pedimos por todos los obispos, para que conduzcan a los fieles por senderos de
intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas. Contempla
esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda hambre de santidad en
todo el Pueblo de Dios, y otorgue abundantes vocaciones de sacerdotes y
religiosos, fuertes en la fe y celosos dispensadores de los misterios de Dios. Concede
a nuestros hogares la gracia de amar y de respetar la vida que comienza. Con el
mismo amor con el que concebiste en tu seno la vida del Hijo de Dios. Virgen
Santa María, Madre del Amor Hermoso, protege a nuestras familias, para que
estén siempre muy unidas, y bendice la educación de nuestros hijos. Esperanza
nuestra, míranos con compasión, enséñanos a ir continuamente a Jesús y, si
caemos, ayúdanos a levantarnos, a volver a Él, mediante la confesión de
nuestras culpas y pecados en el sacramento de la penitencia, que trae sosiego
al alma. Te suplicamos que nos concedas un amor muy grande a todos los santos
sacramentos que son como las huellas que tu Hijo nos dejó en la tierra. Así, Madre
Santísima, con la paz de Dios en la conciencia, con nuestros corazones libres
de mal y de odios, podremos llevar a todos la verdadera alegría y la verdadera
paz, que vienen de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que con Dios Padre y con
el Espíritu Santo, vive y reina por los siglos de los siglos. Amén
OCTAVO
DÍA DE LA NOVENA A LA VIRGEN DE GUADALUPE
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Acto de Contrición
"Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, creador y redentor
mío, por ser vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de
todo corazón haberos ofendido. Propongo enmendarme y confesarme a su
tiempo y ofrezco cuanto hiciere en satisfacción de mis pecados, y confío por
vuestra bondad y misericordia infinita, que me perdonaréis y me daréis gracia
para nunca más pecar. Así lo espero por intercesión de mi Madre, nuestra Señora
la Virgen de Guadalupe. Amén".
Octavo Día
¡Oh Santísima Virgen de
Guadalupe! ¡Qué misteriosa y qué acertada estuvo la mano del Artífice Supremo,
bordando tu vestido con esa orla de oro finísimo que le sirve de guarnición!
Aludió sin duda a aquel finísimo oro de la caridad y del amor de Dios con que
fueron enriquecidas tus acciones. Y ¿quién duda, Señora, que esa tu encendida
caridad y amor de Dios estuvo siempre acompañada del amor al prójimo y que no,
por verte triunfante en la patria celestial, te has olvidado de nosotros?
Abre el seno de tus
piedades a quien es tan miserable; dale la mano a quien caído te invoca para
levantarse; tráete la gloria de haber encontrado en mí una misericordia
proporcionada, más que todas, a tu compasión y misericordia. Amén.
Se dicen las intenciones de la novena
y se reza un Padrenuestro, un Ave María y un Gloria.
ORACIÓN DE SAN JUAN
PABLO II A LA VIRGEN DE GUADALUPE
¡Oh Virgen Inmaculada Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia! Tú,
que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitan
tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimos, y
preséntala ante tu Hijo Jesús, único Redentor nuestro. Madre de misericordia,
Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a ti, que sales al encuentro de
nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todo nuestro ser y todo
nuestro amor. Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras
alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores. Da la paz, la justicia y la
prosperidad a nuestros pueblos; ya que todo lo que tenemos y somos lo ponernos
bajo tu cuidado, Señora y Madre nuestra. Queremos ser totalmente tuyos y
recorrer contigo el camino de una plena fidelidad a Jesucristo en su Iglesia: no
nos sueltes de tu mano amorosa. Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te
pedimos por todos los obispos, para que conduzcan a los fieles por senderos de
intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas. Contempla
esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda hambre de santidad en
todo el Pueblo de Dios, y otorgue abundantes vocaciones de sacerdotes y
religiosos, fuertes en la fe y celosos dispensadores de los misterios de Dios. Concede
a nuestros hogares la gracia de amar y de respetar la vida que comienza. Con el
mismo amor con el que concebiste en tu seno la vida del Hijo de Dios. Virgen
Santa María, Madre del Amor Hermoso, protege a nuestras familias, para que
estén siempre muy unidas, y bendice la educación de nuestros hijos. Esperanza
nuestra, míranos con compasión, enséñanos a ir continuamente a Jesús y, si
caemos, ayúdanos a levantarnos, a volver a Él, mediante la confesión de
nuestras culpas y pecados en el sacramento de la penitencia, que trae sosiego
al alma. Te suplicamos que nos concedas un amor muy grande a todos los santos sacramentos
que son como las huellas que tu Hijo nos dejó en la tierra. Así, Madre
Santísima, con la paz de Dios en la conciencia, con nuestros corazones libres
de mal y de odios, podremos llevar a todos la verdadera alegría y la verdadera
paz, que vienen de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que con Dios Padre y con
el Espíritu Santo, vive y reina por los siglos de los siglos. Amén
NOVENO
DÍA DE LA NOVENA A LA VIRGEN DE GUADALUPE
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Acto de Contrición
"Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, creador y redentor
mío, por ser vos quien sois, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de
todo corazón haberos ofendido. Propongo enmendarme y confesarme a su
tiempo y ofrezco cuanto hiciere en satisfacción de mis pecados, y confío por
vuestra bondad y misericordia infinita, que me perdonaréis y me daréis gracia
para nunca más pecar. Así lo espero por intercesión de mi Madre, nuestra Señora
la Virgen de Guadalupe. Amén".
Noveno Día
¡Oh Santísima Virgen de
Guadalupe! ¿Qué cosa habrá imposible para ti, cuando multiplicando los
prodigios, ni la tosquedad ni la grosería del ayate le sirven de embarazo para
formar tan primoroso tu retrato, ni la voracidad del tiempo en más de cuatro
siglos ha sido capaz de destrozarle ni borrarle?
¡Qué motivo tan fuerte es
este para alentar mi confianza y suplicarte que abriendo el seno de tus
piedades, acordándote del amplio poder que te dio la Divina
Omnipotencia del Señor, para favorecer a los mortales, te dignes estampar en mi
alma la imagen del Altísimo que han borrado mis culpas!
No embarco a tu piedad la
grosería de mis perversas costumbres, dígnate sólo mirarme, y ya con esto
alentaré mis esperanzas; porque yo no puedo creer que si me miras no se
conmuevan tus entrañas sobre el miserable de mí. Mi única esperanza, después de
Jesús, eres tú, Sagrada Virgen María. Amén.
Se dicen las intenciones de la novena
y se reza un Padrenuestro, un Ave María y un Gloria.
ORACIÓN DE SAN JUAN
PABLO II A LA VIRGEN DE GUADALUPE
¡Oh Virgen Inmaculada Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia! Tú,
que desde este lugar manifiestas tu clemencia y tu compasión a todos los que solicitan
tu amparo; escucha la oración que con filial confianza te dirigimos, y
preséntala ante tu Hijo Jesús, único Redentor nuestro. Madre de misericordia,
Maestra del sacrificio escondido y silencioso, a ti, que sales al encuentro de
nosotros, los pecadores, te consagramos en este día todo nuestro ser y todo
nuestro amor. Te consagramos también nuestra vida, nuestros trabajos, nuestras
alegrías, nuestras enfermedades y nuestros dolores. Da la paz, la justicia y la
prosperidad a nuestros pueblos; ya que todo lo que tenemos y somos lo ponernos
bajo tu cuidado, Señora y Madre nuestra. Queremos ser totalmente tuyos y
recorrer contigo el camino de una plena fidelidad a Jesucristo en su Iglesia: no
nos sueltes de tu mano amorosa. Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas, te
pedimos por todos los obispos, para que conduzcan a los fieles por senderos de
intensa vida cristiana, de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas. Contempla
esta inmensa mies, e intercede para que el Señor infunda hambre de santidad en
todo el Pueblo de Dios, y otorgue abundantes vocaciones de sacerdotes y
religiosos, fuertes en la fe y celosos dispensadores de los misterios de Dios. Concede
a nuestros hogares la gracia de amar y de respetar la vida que comienza. Con el
mismo amor con el que concebiste en tu seno la vida del Hijo de Dios. Virgen
Santa María, Madre del Amor Hermoso, protege a nuestras familias, para que
estén siempre muy unidas, y bendice la educación de nuestros hijos. Esperanza
nuestra, míranos con compasión, enséñanos a ir continuamente a Jesús y, si
caemos, ayúdanos a levantarnos, a volver a Él, mediante la confesión de
nuestras culpas y pecados en el sacramento de la penitencia, que trae sosiego
al alma. Te suplicamos que nos concedas un amor muy grande a todos los santos sacramentos
que son como las huellas que tu Hijo nos dejó en la tierra. Así, Madre
Santísima, con la paz de Dios en la conciencia, con nuestros corazones libres
de mal y de odios, podremos llevar a todos la verdadera alegría y la verdadera
paz, que vienen de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que con Dios Padre y con
el Espíritu Santo, vive y reina por los siglos de los siglos. Amén
Redacción ACI
Prensa
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