El P. José Alves de Carvalho, acusado de cometer abusos sexuales contra una adolescente de 14 años, fue encontrado muerto en la casa parroquial donde vivía en Bom Jesus (Brasil), la noche del domingo 7 de noviembre.
El sacerdote de 43 años era párroco de la parroquia San Pedro Apóstol y
fue encontrado muerto alrededor de las 9 p.m.
La Policía Militar está investigando la causa de la muerte del P. Alves
de Carvalho. El velatorio y entierro del sacerdote tuvo lugar en su ciudad
natal, Monte Alegre do Piauí, este lunes 8 de noviembre.
En un comunicado, la Diócesis de Piauí señaló que “la Diócesis de Bom Jesus, entristecida por la pérdida de
uno de sus queridos hijos, se solidariza con la familia, amigos y feligreses de
San Pedro Apóstol, en Bom Jesus-PI, por la gran pérdida y pide a todos
oraciones”.
El Obispo de Bom Jesus de Gurguéia, Mons. Marcos Antonio Tavoni, emitió
el sábado 6 de noviembre un decreto de suspensión del uso de las órdenes del P.
Alves de Carvalho por tiempo indefinido, debido a las acusaciones de abuso
sexual contra una adolescente.
Asimismo, instituyó un proceso canónico para investigar la denuncia e
indicó que se comunicará oficialmente a la nunciatura apostólica “para dar seguimiento al caso y dar a conocer los
resultados”.
La prensa local informó que la Policía Civil de Bom Jesus ha abierto una
investigación sobre el caso y agregó que la denuncia fue realizada por un
familiar de la adolescente, que habría escuchado conversaciones de carácter
sexual entre la menor y el sacerdote.
La Diócesis de Bom Jesus de Gurguéia señaló el sábado 6 que el sacerdote
aún no había sido notificado por la justicia y que, por lo tanto, no tenía “conocimiento oficial de las acusaciones que, de momento,
pesan sobre él y que son publicadas por la prensa”.
“Por lo tanto, responderá en el momento oportuno a
la Corte”, afirmó.
La Diócesis agregó que Mons. Tavoni ha lamentado “mucho la repercusión de los hechos y expresó toda su solidaridad con
el sufrimiento de los involucrados” en el presunto abuso.
“Siento y sufro, con la familia involucrada, el
dolor de todos, especialmente de los padres; porque como obispo, todo sacerdote
es para mí como un verdadero hijo y ningún padre quiere que su hijo se pierda”,
señaló el Prelado.
Traducido y adaptado por Harumi
Suzuki. Publicado originalmente en ACI Digital.
Redacción ACI Prensa
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