martes, 9 de noviembre de 2021

REFLEXIONES Y VIVENCIAS

1- En el proceso de la fe.

La llamada de Dios no es una estrella que apareció una vez en el cielo de la vida y después…, se apagó para siempre en tu camino.

Las estrellas de Dios, como las del firmamento, se ocultan a la vista, pero no se apagan.

Lo urgente es mantener un clima habitual de silencio y recogimiento para que la estrella de Dios resplandezca en el firmamento del alma.

Que al fin y a la postre, las estrellas del medio día solo se hacen visibles en el marco recogido de las noches.

Las noches como los desiertos predisponen, desde el silencio, para las mejores cosechas de los campos y de los espíritus.

Luis de Barandiarán Irizar

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