No es una moda ni un capricho vano el que los artistas y los hombres de ciencia busquen, como marco más apto para sus laboratorios y estudios, las alturas vecinas de las nubes de sus buhardillas los sótanos paredaños con los cimientos.
No
es un capricho el que el hombre religioso ame el silencio y la soledad como
ambiente imprescindible para la escucha de Dios.
«Cállate mucho para tener algo que decir que merezca la pena de ser oído;
pero cállate también para oírte a ti mismo» (Lanza
del Vasto)
Luis de Barandiarán Irizar
No hay comentarios:
Publicar un comentario