Señores socios: En esta asamblea vamos a recordar su origen, fines y el desarrollo tenido en sus gestiones en las oficinas públicas.
La
cooperativa Pampa de Ánimas fue fundada el 17 de
diciembre de 1964. Basada en la Asociación de campesinos de la campiña de
Huacho; cuyos principios sociales era sacar del minifundio a los pequeños
agricultores para un mejor estándar de vida. En sus estatutos se señala la
cantidad de 15 hectáreas por asociado. Todos
estos fundamentos sociales de desarrollo han sido incorporados a nuestra
cooperativa.
La
Cooperativa agraria y de colonización se basa y fundamenta en la irrigación de 2,000 hectáreas de tierras eriazas en la pampa
conocida como de las Ánimas, en la quebrada
de su nombre y por donde actualmente discurren afloramientos de agua de la
irrigación Santa Rosa cada día en aumento, posibilitando la irrigación de esta
pampa.
Respecto
a gestiones en las oficinas públicas: nuestro
denuncio sigue su tramitación en la Dirección de Aguas y Regadío; hemos
cancelado el derecho de hectareaje, o sea la cantidad de 20,000 soles, para que
esa dirección nos considere el derecho a las tierras; pago que como
cooperativas estamos exonerados, pero la Dirección de Aguas no quiere
reconocer, y ante el peligro de perder todo hemos optado por cancelar la suma
indicada.
Las
filtraciones siguen aumentando, las aguas se están acumulando en un lomo de
corvina, donde un enorme médano cierra esta quebrada en su zona más estrecha.
En la Dirección de Aguas de la localidad hemos denunciado el peligro que
significan para la ciudad y la campiña, igualmente lo hicimos en diarios
locales, informándonos que estábamos, sin causa alguna, alarmando a la
ciudadanía.
Lo que
habíamos previsto se cumplió. El siete de mayo del
presente se rompió el dique natural que contenían
las aguas de filtraciones de la irrigación Santa Rosa, cuyo aluvión a las nueve
de la noche causó gran alarma. Se tocaron campanas de las iglesias, los
lugareños comentaban que un huaico bajaba por Pampa
de Ánimas arrastrando todo lo que encontraba a su paso; sepultando
chacras, caballos, vacas, chanchos y también algunos ranchos en la zonas de San
Lorenzo y Amay. Las aguas siguieron hasta el puerto de Huacho desembocando en
el mar, cerca del muelle. La ciudad se salvó de milagro de ser inundada.
Ante
estos sucesos y la permanente amenaza que representaban, nos apersonamos al
Ministerio de Agricultura, dejando constancia ante el propio señor ministro Silva Ruete, que inmediatamente nuestra
cooperativa iba a realizar un camino de penetración, partiendo de la campiña de
Huacho hasta los linderos con la irrigación Santa
Rosa, por el este. Además trataríamos de desviar las aguas a la pampa
respectiva, para evitar mayores daños a la campiña.
Debo
recordar que solicitamos la ayuda a Cooperación
Popular, y se nos facilitó 4 carretillas, 24 lampas y 24 picos con los
cuales iniciamos el camino de penetración a la pampa. También la cooperación de
los asociados que poseían movilidad como tractores, tráileres y otros vehículos
aptos para atravesar esos arenales.
Señores,
hemos tenido meses de duro trabajo, primero encausando las aguas para evitar
mayores daños a los sectores de San Lorenzo y Amay; en forma particular debemos
recordar la ayuda a nuestra asociada Margarita Samanamud, donde las aguas
arrasaban su casa granja y su huerta y todas sus pertenencias. Luego, abriendo
camino entre los enormes médanos de arena acumulada en esa quebrada por los
vientos venidos de Playa Chica por miles de
años. Tal es así, que se precisó que las aguas trasportaban al mar 2,000 toneladas
de arena, cada día. Los carros avanzaban bordeando los médanos, más de uno cayó
en profundos hoyos, como la camioneta de Máximo
Vilela, pero los que veníamos en ella la levantamos en vilo en un
santiamén y uniendo la fuerza de todos la pusimos nuevamente en camino.
Hasta que
llegamos donde se produjo el aluvión. La estrechez de la quebrada no permitía
pasar a ningún carro, recuerdo que Evidio Lindo
denominó a este sitio como Pasamayito, por
los constantes deslizamientos de arena; en una zona donde antes pasaban las
aguas del riachuelo, se encontró un pase, pero eran trampas de barro movedizo;
así, en la curva que bordeaba la quebrada, se atascó el tractor de Máximo Vilela; aguas arriba, se hundió el pequeño
tractor del moreno Pedro Didrel, parecía que
el agua le iba a pasar por encima.
Lo mismo
sucedió con la máquina de Lindo, en el
inolvidable y memorable Día del padre, en que los asociados que veníamos con él
en el tráiler vencida la primera etapa, felices por haber salido a pampa
abierta dejando atrás los médanos, yendo al último de las demás máquinas. Por
acortar camino en el cruce de Pasamayito, Evidio se
bajó del tractor, dejando el mando a su hijo mayor, señalándole una nueva ruta
por un suelo que parecía firme, siendo barro movedizo por donde empezó a
hundirse la máquina.
Horas
estuvimos por salvarlo, desarmamos el tráiler y con los palos cruzados por
debajo lo arrastramos entre el barro que era una verdadera liga, hasta un
terreno firme. Luego con una marcha a pie, estuvimos en Huacho a las dos de la
mañana.
La
segunda fase de esta etapa, realizada este primer año, donde las dificultades
del momento nos impedían avanzar por la zona de la campiña los 18 kilómetros
que tiene esta pampa hasta sus linderos con Santa
Rosa; al tener conocimiento que el comandante César
Garcés representante de los terratenientes de esta irrigación, pretendía
tomar la cabecera de la pampa, abrimos un nuevo frente yendo por Río Seco al Cerro del Ahorcado, hasta llegar a
unos médanos donde empezaba la quebrada. Dejando los cerros la emprendimos a
pie lampa al hombro, llevando esteras, palos y toda clase de utensilios para
construir nuestro campamento. Siguiendo las filtraciones que bajaban de zonas
altas, llegamos, al terminar los médanos, a una limpia pampa; entre los afloramientos
de agua que emergían por distintos sitios, nuestra primera siembra fueron
gramalotes y pasto elefante, que crecieron vertiginosamente por la bondad de la
tierra y el clima caluroso que produce esa quebrada. Los gramalotes se
ramificaron elevándose como pulpos y sus ramas tenían el grosor de un dedo. Así
se sentó posesión de esta maravillosa tierra.
En un
alto montículo construimos nuestro campamento con un rótulo a grandes letras
que decía: cooperativa de colonización Pampa de
Ánimas Ltd. 116. Los domingos que concurríamos, al divisar el letrero a
gran, distancia nuestro pecho se hinchaba de emoción y orgullo. Alegres,
unidos, como una sola familia iniciábamos nuestras labores construyendo las
primeras acequias, sembrando y encausando las aguas.
Recuerdo
un dicho del alegre moreno de Mazo, Perico Rojas, que nos causó mucha risa, por
impulsar más las faenas. En vez de decir: "hablando
y trabajando", expresó sonoramente conforme es su característica: "hablando y conversando".
En este
bastión cooperativo de avanzada pusimos como primer colono, sentando el
principio de posesión de esta pampa, al asociado Silvestre Bazalar, moreno
también de Mazo. Construyendo el rancho en ese desierto donde la única fuente
de vida era el agua y unos pocos pastos. A pedido nuestro, todos los asociados
contribuyeron con animales y enseres para hacer más viable la vida a él, su
mujer y una pequeña hija que tenían. El día de la instalación fue y será
inolvidable para todos nosotros. Distribuidos los pocos enseres en la sala
dormitorio y la cocina. Se soltaron todos los animales, cual Arca de Noé, en ese desierto: patos, gansos,
gallinas, conejos, cuyes, palomas, chivos, chanchos y hasta una vaquillona
preñada para que pronto tuviera leche. Empezaron a correr en todas direcciones.
Las palomas alborotadas emprendieron vuelo, no teniendo un árbol donde
cobijarse, cansadas de dar vueltas en tomo a la vivienda se posaron donde
estábamos. Los chanchos, conejos y cuyes se perdieron dentro del pasto; los
patos y gansos nadaban en las lagunitas, donde afloraba el agua; sólo el gallo
con sus gallinas circundaban el rancho.
Hubo otro
acontecimiento digno de recordar. Cuando nuestras agraciadas socias yendo
rezagadas guiadas por Flor Marcos, le decían
a Margarita Samanamud y a la señora Bussio: "sigamos el curso de la agüita". Filtraciones
que avanzaban detrás de los médanos: sin ser vistas caminaron kilómetros pampa
abajo, perdiéndose por varias horas. Las ubicó Fortunato
Nicho.
Como
recordaremos señores, han sido días de lucha y sacrificio, pero compensados con
el conocimiento de la riqueza de esta tierra pues debajo de la arena se
encuentra una arcilla fina y fertilísima. La valorizó un ingeniero de fomento
que nos visitó. Al ver como discurría densamente la arcilla de un color amarillo
rojizo arrastrada por el agua, le pareció crema de la leche.
El caudal
cada día en aumento posibilita la irrigación de toda la pampa. Según nuestro
asociado Ing. Jorge Hoyle, las filtraciones están por los 2,000 litros por
segundo. Su clima es cálido por estar esta quebrada paralela a las haciendas de
Vilcahuaura y Humaya, haciéndola apta para toda clase de cultivos,
especialmente frutales.
Señores
asociados y postulantes de la Cooperativa Pampa de Ánimas agraria y de
colonización Ltd. 116: Muchos de ustedes concurren de lugares lejanos a los
trabajos que realizamos domingo a domingo y creo, sin lugar a equivocarme, que
la mayor satisfacción la tenemos al reunimos y empezar los trabajos
alegremente: unos armando y colocando mancarrones para encausar las aguas,
otros trazando y levantando acequias. Y los demás terraplaneando caminos de
penetración, nivelando tierras y sembrando. Con este esfuerzo de irrigar esta
pampa estamos haciendo historia, dando formación a la nueva campiña huachana,
que en un futuro cercano será la despensa del pueblo de Huacho.
La
directiva de los dos consejos de nuestra cooperativa, hace público su
agradecimiento a sus asociados: Máximo Vilela,
Evidio Lindo, Nicolás Manrique; a los postulantes Pedro Didrel y Ángel Barrera, que con sus vehículos
motorizados hicieron posible la conquista de esta tierra para nuestra
Cooperativa. También debemos dejar constancia de nuestro agradecimiento al Instituto Rural de Mazo por su apoyo técnico; al
norteamericano Pierrot por la organización
de la cooperativa; y al reverendo sacerdote Iván Pardo Figueroa, asesor
nuestro, en las dependencias públicas, para evitar que estas tierras huachanas
no pasen a posesión de ambiciosos terratenientes de la Irrigación
Santa Rosa.
Alberto Bisso Sánchez
Presidente del Consejo de administración
Campiña de Huacho,
diciembre 1966.
Por Alberto Bisso Sánchez
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