Sigue
hablando el demonio de las monjitas y monjes, me preocupan aquellas mujercitas
con la cabeza cubierta, (las monjas contemplativas) que abandonan todo y a
todos por recluirse dentro de cuatro paredes para santificar todo lo que es
bello, y bueno por Aquel Dios que yo he logrado vencer en la Cruz.
Día y
noche se mortifican con vigilias y ayunos inconscientes, no comen según las
necesidades de su cuerpo, no duermen, no hablan, esas me hacen llorar.
Ave María
Purísima, sin pecado concebida…. (esto está tomado
de exorcismos y liberaciones realizadas por el Padre Wilson)
Esto le
agrada al demonio, los que rezan y pecan, van a la Iglesia e hipócritamente
rezan y parecen devotos, pero cuando salen pecan y pecan con su lengua, con su
mirada, están mirando a otros para juzgarlos y miran lujuriosamente a las
mujeres, o chimosean en la misma Iglesia sobre los demás.
La
Comunión en la mano es uno de los más grandes triunfos de satanás. Que toquen
al mismo Dios con sus manos manchadas, cuando ni siquiera los ángeles pueden
tocarlo.
Que dicha
como se pasean los soberbios y orgullosos con sus manos negras de maldad
tocando a su Dios como si fuera un pedazo de pan.
La
Iglesia se degrada en lo más sagrado que tiene al mismo Dios en sus manos, es
uno de los más grandes logros que he tenido en toda la historia.
La
abominación de la desolación en el Templo de su Dios, ya no necesito robar esa
Ostia, para los cultos satánicos, ahora mis súbditos estiran sus manos y se la
entregan sin problemas. O podrida Iglesia como sirve a mis fines, y destruye a
sus súbditos. Su Iglesia se pudre, es como una leprosa que nadie ve, porque se
han atrevido a tocar a su Dios.
Los
Apóstoles en el Cielo lloran de dolor al ver como tocan a su Dios, solo a ellos
se les dio ese poder. Ahora todos lo tocan como si fueran dueños de Dios.
El que
tenga oídos para oír, que oiga, Los ministros de la Eucaristía, se creen
santos, sacan a su Dios de los Sagrarios, para darlo a los otros, con
arrogancia pensando que tienen autoridad para tocarlo. No toda ley de la
jerarquía eclesiástica es querida por ese Dios, esta sí la quise yo.
Creen que
son importantes y que un curso los habilita para tener a Dios en sus manos.
Como me sirve a la desacralización de esa Iglesia que odio.
Así me
río de lo más sagrado, me burlo de su Dios que ve impotente como lo manipulan.
Piensan que son santos elegidos para tocar a Dios con sus manos y sacarlo de
los Sagrarios y llevarlo a otros.
Aunque me
arda el fuego del infierno tengo que reconocer que ni yo mismo puedo tocar a
ese Dios. Que rabia me da. Pobres ministros, piensan que son más santos y yo
los hago servidores míos.
Las
penitencias son hoy en día tan tontas que no reparan nada, y los curas ahora
enseñan que los malos pensamientos no son pecado.
Ya muy
pocos desean confesarse porque los curas son malos y no inspiran santidad. Las
Iglesias se han convertido en moradas de maldad. Quien quiere hoy confesarse
con un cura que regaña, que mira con rabia, que cobra todo, que sus actos son
más pecadores que los de uno. Que mira con lujuria, y ni hablar de los curas
que generan escándalos.
He
logrado infiltrar en la Iglesia malos curas, para que los acaben desde adentro.
En los medios de comunicación salen cada vez más cura escandalosos que
destruyen la fe de los fieles. Pobre Iglesia podrida en sus maldades y todo lo
he hecho yo.
Dice el
demonio: no veis como todo se ha degradado en la
Iglesia, los tontos cristianos ya no se arrodillan, ya no creen como antes, ya
no se inclinan ante esa Ostia, hasta comen en los Templos y entran vestidos de
cualquier manera, desvergonzados.
Que
alegría me dan esos que van a la Iglesia y ya no creen en nada, los hago
bostezar y aburrir en la Misa, solo calientan sillas, los hago creer que la
Misa no tiene ningún sentido. Pecado y maldad en los Templos de ese Dios falso,
y más falsos que rezan pero en el fondo me adoran a mí. No tienen nada de amor
en sus corazones.
El amor no vende, y como no vende
a muy pocos les gusta amar. Los estúpidos esclavos míos, solo les gusta mirarse
el bolsillo y con el maldito dinero piensan que son felices, pobres estúpidos
como si cuando se murieran podrían comprar el cielo con sus monedas.
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