Al post de ayer, Alfonso comentaba que nunca se arrepentía de habérselo podido haber pasado mejor en alguna situación pasada. Sí, tiene razón: todo lo que hubiera podido hacer entonces, ahora, serían recuerdos. Y, además, los recuerdos se van desdibujando con el tiempo, se van tornando más borrosos. Incluso de los mejores momentos de nuestra vida, al cabo de los años, nos dejan impresiones cada vez difusas, como una foto menos nítida y no solo eso: en algunas zonas de la foto ya hay vacíos. Incluso en los recuerdos que creemos conservar con más claridad ya están afectados de muchas más lagunas de las que somos conscientes.
El versículo
vanidad de vanidades es mucho más cierto de lo que normalmente
creemos. Solo lo que quede en el alma pervivirá, todo lo demás será un castillo
de arena al lado de la orilla.
El
tiempo no es artero, simplemente es inexorable.
P. FORTEA
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