El Papa Francisco explicó que tras consultar a los obispos de todo el mundo sobre la aplicación del Motu Proprio del Papa Benedicto XVI Summorum Pontificum, que liberalizaba la celebración de la Misa Tradicional, también llamada Misa Tridentina, descubrió que la pastoral con las personas vinculadas al rito antiguo se estaba convirtiendo en ideología.
En la entrevista concedida a la cadena COPE, y difundida este miércoles
1 de septiembre, el Pontífice explicó los motivos que le llevaron a aprobar el
Motu Proprio Traditionis
custodes, publicado el
pasado 16 de julio, que pone límites a aquellos que quieren convertir dicha
pastoral en ideología.
“La historia de Traditionis custodes es
larga”, señaló. “Cuando
primero San Juan Pablo II, y después Benedicto ya más claramente con Summorum
Pontificum, hizo esta posibilidad de que se pudiera celebrar con el misal
de Juan XXIII (anterior al de Pablo VI, que es el postconciliar) para aquellos
que no se sentían bien con la liturgia actual, que tenían una cierta
nostalgia…”.
El Santo Padre aseguro que Summorum
Pontificum “me pareció de las cosas
pastorales más bellas y humanas de Benedicto XVI, que es un hombre de una
humanidad exquisita. Y así empezó. Ese fue el motivo”.
“A los tres años él decía que había que hacer una
evaluación. Se hizo una evaluación y parecía que todo andaba bien. Y andaba
bien. De esa evaluación a ahora pasaron diez años (o sea, trece desde la
promulgación) y el año pasado vimos con los responsables del Culto y de la
Doctrina de la Fe que convenía hacer otra evaluación a todos los obispos del
mundo. Y se hizo. Llevó todo el año”.
Tras la evaluación “se estudió la cosa y, en
base a eso, la inquietud que más aparecía era que una cosa hecha para ayudar
pastoralmente a quienes han vivido una experiencia anterior, se fuera
transformando en ideología. O sea, una cosa pastoral a ideología”.
“Entonces había que reaccionar con normas claras.
Normas claras que pusieran un límite a aquellos que no habían vivido esa
experiencia. Porque parecía que estaba de moda en algunos lados que sacerdotes
jóvenes ‘ah, no, yo quiero…’, y por ahí no saben latín, no saben lo que dice”.
“Y por otro lado, apoyar y consolidar lo de Summorum
Pontificum. Hice más o menos el esquema, lo hice estudiar y trabajé, y
trabajé mucho, con gente tradicionalista de buen sentido. Y salió ese cuidado
pastoral que hay que tener, con algunos límites, pero buenos”.
Por ejemplo, “que la proclamación de la
Palabra sea en un idioma que todos lo entiendan; si no, es reírse de la Palabra
de Dios. Pequeñas cositas. Pero sí, el límite es muy claro. Después de este motu
proprio, un sacerdote que quiera celebrar no está en las condiciones de los
otros, que era por nostalgia, por deseo, etcétera, y ahí sí tiene que pedir
permiso a Roma”.
“Una especie de permiso de bi-ritualismo,
que solamente lo da Roma”. Una situación similar a la de “un sacerdote que celebra en rito oriental y rito latino,
es bi-ritual, pero con permiso de Roma”.
Es decir, especificó el Papa, “hasta el día
de hoy, los anteriores siguen, pero un poco ordenados. Más aún, pidiendo que
haya un sacerdote que esté encargado no solamente de la liturgia sino de la vida
espiritual de esa comunidad. Si usted lee bien la carta y lee bien el decreto,
va a ver que simplemente es reordenar constructivamente, con cuidado pastoral y
evitar un exceso a quienes no están…”.
La llamada Misa Tridentina es la que tiene su origen en la reforma
litúrgica impulsada a partir del Concilio de Trento, celebrado entre 1545 y
1563.
San Pío V estableció la forma de celebración de la Misa en 1570
unificando los ritos de la Iglesia latina. El Misal que se emplea para celebrar
según este rito en la actualidad tiene como base el Misal de San Pío V, pero
fue revisado y modificado por el Papa San Juan XXIII en 1962.
POR MIGUEL PÉREZ
PICHEL | ACI Prensa
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