lunes, 6 de septiembre de 2021

LUCIFER, ENTRE EL CULTO Y EL ESPECTÁCULO: PROLIFERACIÓN DE SHOWS QUE LE ALZAN COMO GRAN PROTAGONISTA

EL CIRCO DE LOS HORRORES RECIBE DESDE HACE AÑOS MILES DE EUROS EN SUBVENCIONES PÚBLICAS

EN EL CIRCO DE LOS HORRORES, LUCIFER TIENE UN PAPEL PROTAGONISTA Y CENTRAL

Durante los últimos años están proliferando grupos y espectáculos que tienen a Lucifer y al satanismo como un reclamo. Así logran confluir lo oscuro, lo sórdido, lo irreverente y también lo escandaloso. En muchos casos es un intento de llamar la atención de una parte de la sociedad que necesita mucho más para asombrarse. Sobre el verdadero culto a Satanás, es difícil saber cuánto hay de seguimiento real y cuánto de marketing para atraer público.

De este modo, en los últimos años se ha podido ver la presencia de la Asociación de Satanistas en la Universidad Complutense de Madrid, la instalación en ciudades de estatuas dedicadas al demonio, la proliferación de grupos que se autodenominan satanistas y en este caso espectáculos musicales y circenses que tienen a Lucifer como protagonista y “maestro de ceremonias”.

Un ejemplo es el espectáculo, si puede denominarse así, que se exhibirá en las próximas semanas en España. Se titula “Bacanal” y está producido por el Circo de los Horrores. La estética oscura, sórdida y casi pornográfica que rodea a esta representación gira en torno a la figura del demonio. Una vez más se mezcla la admiración a lo que representa Satanás con el reclamo publicitario.

El director de este show del Circo de los Horrores, Suso Silva, interpreta él mismo a Lucifer y no lo hace únicamente en esta nueva representación sino que ya lo ha hecho anteriormente. “Nunca he considerado a Lucifer un monstruo, sino un demonio que han echado a patadas del cielo por revolucionario, porque no encajaba en ese sistema cuadriculado de bondades. Es un puñetero revolucionario que lo que hace es desestabilizar el cielo y eso no le va muy bien a Dios, que se lo saca de encima”, explicaba en una entrevista en El País en 2016 sobre otra de sus obras donde el demonio era también protagonista.

Así presentan Bacanal: “Cuenta la leyenda que Lucifer, maestro de ceremonias, ofrece a los humanos una noche de excesos, lujuria y placer a cambio de su alma”. Y explican que es “un show único, irreverente y sensual, que llega para avivar los instintos más básicos del ser humano, sus deseos más ocultos y dar rienda suelta a los placeres más carnales”.

Además, se vende afirmando que “Lucifer, artífice de este festín, ofrece a los seres humanos, ávidos de una noche de frenesí, una gran orgía de sensaciones que no entiende de límites ni reglas. Un espectáculo único que agudizará tus sentidos y despertará tus fantasías más ocultas”.

El Circo de los Horrores, responsable de esta obra, es beneficiaria desde hace años de manera más o menos asidua de subvenciones públicas. De hecho, en 2020 el Ministerio de Cultura de España publicaba la resolución de las ayudas excepcionales al sector del teatro y del circo por el que esta empresa recibía una ayuda de 60.000 euros.

Pero echando un simple vistazo al Boletín Oficial del Estado es fácil encontrar más subvenciones recibidas durante los últimos años, con cantidades que oscilaban entre los 10.000 y los casi 30.000 euros.

El director, Suso Silva, nunca ha ocultado su admiración por Lucifer. Es más, lo ha alzado al papel principal y él mismo lo interpreta. Así en una entrevista señalaba que “con Lucifer me siento encantado, estoy encantado de ofrecer vicio y corrupción, sexo, lujuria, juego. No me cuesta mucho interpretarlo y a este loco tampoco. Pero Lucifer soy yo completamente, son trocitos de mí”.

La presencia de la simbología demoniaca y satanista también tiene un papel central en estos shows, incluso más en este último. Para Silva, Lucifer no es un demonio maligno, su nombre lo dice: que es el portador de la luz, lo que intenta es dejar claro a la gente que debe aprovechar al máximo que vive en la Tierra, que debe ser feliz, que no haya guerras, ni peleas entre banderas, territorios, religiones y aprovechemos el tiempo que nos ha tocado de existencia”.

“A los espectadores les intento atraer a mi lado oscuro. Ofrezco sexo, lujuria, fama, poder a cambio de que me vendan su alma. El infierno no es un mal lugar para vivir: no hay normas ni políticos. Solo pecados capitales. Hay que vivir intensamente porque el tiempo es oro”, agregaba el director en otra entrevista.

Su espectáculo es una invitación a pecar y a enorgullecerse de ello y además de la simbología satánica se produce una burla de los elementos cristianos, sobre todo de los católicos como las monjas y sacerdotes…

J.L. / ReL

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