viernes, 17 de septiembre de 2021

HAY UN MOMENTO DESPUÉS DE LA MUERTE…

 Hay un momento después de la muerte cuando el rostro es hermoso, cuando los ojos cansados se cierran y el dolor termina

Y la larga, larga inocencia del amor aparece suavemente, para revolotear un momento más en el silencio.

Hay un momento tras la muerte, apenas un momento, en que los vestidos alegres del armario perfumado, y el sueño perdido que se desvanece lentamente, y los frascos de plata y el cristal y el espejo vacío, y los tres largos cabellos en un cepillo y un pañuelo doblado, y la cama recién hecha y las almohadas limpias y mullidas, sobre las que nunca reposará una cabeza, es todo cuanto queda del largo y salvaje sueño.

Pero siempre estarán las cartas.

Las tengo en la mano, atadas con cinta verde, pulcra y firmemente por los suaves y fuertes dedos del amor.

Esperarán siempre que el desconocido venga y las lea.

Él vendrá lentamente de las brumas del tiempo y del cambio, vendrá lentamente, con timidez, a través de los años; cortará las cintas y esparcirá las cartas, y con cuidado, con mucho cuidado, las leerá página por página.

Y la larga inocencia del amor llegará suavemente, como una mariposa en verano por la ventana abierta, para revolotear un momento más en el silencio.

Pero el desconocido no lo sabrá.

El sueño habrá terminado.

El desconocido, seré yo.

LARGO Y SALVAJE SUEÑO.

RAYMOND CHANDLER.

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