EL SOCIÓLOGO ITALIANO DERRIBA MITOS Y EXPLICA EN UN LIBRO EL FENÓMENO SOCIAL DEL SATANISMO
PESE A SER UN MOVIMIENTO MINORITARIO, EL SATANISMO
ESTÁ EN AUGE
El satanismo es un fenómeno que
aunque no sea muy grande cuantitativamente está en auge y provoca grandes
reacciones en la sociedad. Para arrojar luz sobre este asunto el conocido
sociólogo Massimo Introvigne, director del Centro
de Estudios sobre las Nuevas Religiones (Cesnur), ha publicado precisamente un
extenso libro publicado en inglés y titulado Satanism: a social history (Satanismo:
una historia social).
En esta extensa obra, el investigador italiano hace
un repaso de la influencia del satanismo, sus manifestaciones en el pasado y
sus precursores hasta llegar a la actualidad. Del mismo modo, intenta desmontar
falsos mitos para colocar este fenómeno en su dimensión real, que según él es
el de unos pocos miles de miembros en todo el mundo. Introvigne explica en una
entrevista en Vatican Insider y traducida al
español por Aleteia qué supone el
movimiento satanista en la sociedad actual:
- ¿POR QUÉ DEDICAR AL
SATANISMO UN LIBRO DE SETECIENTAS PÁGINAS, ES MÁS – SI SE QUITAN LAS PÁGINAS
CON LOS TÍTULOS – EXACTAMENTE 666, QUE ES EL NÚMERO DE LA BESTIA EN EL
APOCALIPSIS? ¿VALE LA PENA? ¿NO ES UN FENÓMENO, A FIN DE CUENTAS, MUY
MINORITARIO?
- Ante todo, tengo que agradecer a Eileen
Barker, una de las mayores sociólogas de la religión que aún viven, por
haber notado que las páginas son 666 en una recensión suya. Ni yo ni el editor
nos dimos cuenta y se trata, sin duda, de una coincidencia muy curiosa.
Es verdad que los satanistas son relativamente pocos, pero el satanismo
suscita siempre emociones muy fuertes. Quisiera
partir de un episodio, que no cito en el libro porque sucedió después de que lo
entregara al editor. El fin de semana anterior a las elecciones presidenciales
americanas, los famosos hacker rusos que interceptaron los mails del director
de la campaña electoral de Hillary Clinton, John
Podesta, publicaron algunos mensajes que vinculaban a Podesta con performance privadas, en el sentido de
que es necesario ser invitado, de la artista neoyorquina Marina Abramović. Son una especie de eventos
artísticos y espirituales, donde el artista expone su método de meditación y
curación que une New Age, espiritismo y cultos
afro-americanos.
En realidad, el satanismo no tenía nada que ver, pero el domingo antes de votar
se difundieron en las puertas de las iglesias americanas miles de folletos
según los cuales la Clinton estaba ligada a una “artista
satanista”. También algunos medios de comunicación confundieron la New Age de
Abramović con el satanismo.
Massimo Introvigne es un experto en el fenómeno
satanista
Esto demuestra que basta con hablar de satanismo para desencadenar emociones,
miedos, y crear la posibilidad de manipulaciones políticas. En efecto, mi libro no habla sólo del satanismo sino también del
anti-satanismo, o sea, de los pánicos morales que ven satanistas por todas
partes. Y las
acusaciones de satanismo en los últimos siglos se han dirigido a varios grupos:
a los judíos, a los masones, a los mormones, pero
también a los católicos por parte de ambientes protestantes fundamentalistas.
Por ejemplo, en los años 70 salieron en Estados Unidos varios libros que
acusaban a Pablo VI de ser un alto iniciado
satanista. Acusaciones análogas se hicieron contra Juan
Pablo II, Benedicto XVI y hoy también contra Papa
Francisco, con la diferencia de que en este último caso, los desvaríos
de protestantes fundamentalistas han sido adoptados en ambientes católicos
ultra-tradicionalistas hostiles a este Papa.
– PERO MÁS ALLÁ DE LOS
DESVARÍOS, LOS SATANISTAS EXISTEN. ¿QUÉ ES EL SATANISMO?
- Se pueden dar diversas definiciones del satanismo. Las definiciones
nunca son sencillamente ciertas o falsas, son instrumentos para circunscribir o
estudiar un fenómeno. Mi definición de satanismo se
refiere a la veneración del personaje llamado diablo, Satanás o Lucifer en la
Biblia – tanto si se le
considera una persona viva y real, como si se le considera un símbolo o un
arquetipo – por parte de grupos organizados a través de formas, al menos
embrionalmente, rituales.
-¿QUÉ DIFERENCIA HAY ENTRE EL
SATANISMO PROPIO Y AUTÉNTICO Y EL “ROMÁNTICO” O “FOLKLÓRICO”?
- La categoría de “satanismo romántico” fue
elaborada por historiadores de la literatura y de las ideas, y se refiere a
escritores o artistas que rehabilitan la figura bíblica del diablo – a menudo diciendo que el objetivo de éste
era y es el de hacer a los hombres (y a las mujeres: existe también un
satanismo romántico feminista) más libres y racionales, liberándoles de la
sumisión a Dios y a las creencias irracionales de la religión. Si estos
escritores o artistas se limitan a escribir o pintar cuadros y no forman grupos
organizados, caen fuera de mi definición de satanismo.
Dedico en cambio algunos apuntes al satanismo folklórico, donde la veneración
del diablo se inserta en el contexto del folklore de grupos particulares, sobre
todo criminales. Hay ejemplos en el folklore de
los traficantes de droga latino-americanos, que celebran rituales
pidiendo al diablo que proteja sus empresas criminales, pero algo parecido se
encontraba ya en los bandoleros suecos del siglo XV.
-¿PUEDE DARNOS ALGÚN NÚMERO
SOBRE LA CONSISTENCIA DEL FENÓMENO, EN EL MUNDO Y EN ITALIA?
Todo depende de cómo se define el satanismo. Si hablamos de grupos
organizados – quiero decir, grupos que tienen sedes, sitios web, publican
revistas, etc – los satanistas son unos 5.000 en el mundo y pocos cientos en
Italia.
Pero a estos grupos organizados hay que unir el satanismo llamado “salvaje” de las bandas juveniles que practican
rituales caseros, generalmente aprendidos en Internet: miles de jóvenes en el
mundo – quizás entre los 5.000 y los 10.000, pero las estadísticas son
difíciles – con una presencia que parece más significativa en Italia que en
otros países.
Se lee a menudo sobre grupos clandestinos y secretos que cometen graves
crímenes. Algunos
de estos grupos ciertamente existen, son descubiertos periódicamente por las
policías de diversos países, y no hay que minusvalorar su peligrosidad. Pero no
hay pruebas, sin embargo, de que este tipo de grupos sean centenares o miles,
como los anti-satanistas se obstinan en afirmar. Han sido descubiertos e
identificados con seguridad no más de unos diez en todo el mundo en los últimos
veinte años, y no es probable que existan más de una docena.
- EN EL LIBRO USTED DISTINGUE
TAMBIÉN EL SATANISMO “RACIONALISTA” DEL “OCULTO”. ¿EN QUÉ SE BASAN Y CUÁLES SON
SUS DIFERENCIAS?
- El satanismo racionalista, ligado a la figura del americano Anton
Szandor LaVey (1930-1997), venera a Satanás con rituales que son
sustancialmente psicodramas dirigidos a “liberar” a
quien los practica de la religión y del sentido del pecado, que impedirían
gozar plenamente de la vida y de los placeres que derivan de la sexualidad, del
dinero y del poder.
Pero LaVey consideraba a Satanás como un símbolo de la liberación de las
religiones, y no creía que existiera de verdad. La suya era una
forma extrema de humanismo ateo.
En 1975 el lugarteniente de LaVey, el coronel del ejército americano Michael
Aquino – personaje interesante, que aún vive, con un pasado de especialista de
la desinformación (hoy se diría de la creación de “fake
news”) por cuenta del ejército en tiempos de la guerra del Vietnam –
promovió un cisma en la Iglesia de Satanás que LaVey había fundado. Con Aquino se fueron los que pensaban que Satanás existía de verdad y no
era sólo un símbolo. Esta
distinción entre un satanismo “racionalista” y
uno “ocultista” o “deísta”
sigue existiendo aún hoy en el mundo satanista”.
LaVey es uno de los padres del satanismo
moderno
- ¿QUIÉN HA FUNDADO, POR ASÍ
DECIRLO, EL SATANISMO MODERNO?
- Yo distingo el satanismo como fenómeno moderno – que implica una
organización – de las referencias a Satanás que se encuentran en la magia o en
la brujería medievales. En este sentido, hay un proto-satanismo en la corte del
Rey de Francia Luis XIV con las primeras “Misas negras” organizadas por cartomantes y
sacerdotes apóstatas que invocaban la protección de Satanás para clientes que
buscan el éxito en el amor o en los negocios. El fin era utilitario, no
religioso o anti-religioso, pero empezamos a encontrarnos ante una organización
y unos rituales.
De aquí parte un filón que se desarrolla gradualmente en el siglo XIX, pero que
asume la forma de organizaciones, por así decirlo, “religiosas”
solo en el siglo XX, con la fundación en 1966 en San Francisco de la
Iglesia de Satanás por parte de LaVey.
- EN EL LIBRO SE CUENTA EL
CASO DE MILES DE SUICIDIOS COLECTIVOS DE LOS LLAMADOS “VIEJOS CREYENTES” EN
RUSIA A FINALES DEL SIGLO XV. ¿QUÉ SUCEDIÓ?
- En 1666, año que contiene el famoso número de la Bestia 666 mencionado
en el Apocalipsis, el Patriarca Nikon (1605-1681) promovió una reforma
litúrgica en la Iglesia Ortodoxa Rusa. Las reformas litúrgicas generan siempre
una reacción tradicionalista. La fecha, 1666, convenció a estos
tradicionalistas hostiles a la reforma, los llamados “viejos
creyentes”, de que el verdadero autor de la nueva liturgia era el
diablo.
También algunos tradicionalistas católicos extremos piensan lo mismo a
propósito de la reforma litúrgica de Pablo VI, pero los “viejos creyentes” expresaron su protesta más radicalmente, con
suicidios colectivos en los que murieron al menos veinte mil personas.
-¿QUIÉN ERA STANISŁAW
PRZYBYSZEWSKI, CONSIDERADO POR MUCHOS COMO EL “PRIMER SATANISTA”?
- Era un novelista polaco (1868-1927), representante del decadentismo,
que publicó en 1897 la novela “Los hijos de
Satanás” y el ensayo “La sinagoga de
Satanás”. Escribía preferentemente en alemán y formaba parte en Múnich
del círculo que se encontraba en la famosa taberna del Cerdito
Negro con otros literarios y artistas del Norte de Europa, entre ellos
el pintor noruego Edvard Munch (1863-1944) y
el dramaturgo sueco August Strindberg (1849-1912).
Przybyszewski anticipa muchas ideas de LaVey. Está convencido de que Dios es un
tirano que quiere mantener a los hombres y mujeres en la ignorancia y en el
miedo, mientras que Satanás enseña a la humanidad la curiosidad intelectual, la
creatividad y la liberación sexual. En su obra hay ya una teoría de cómo podría
organizarse un movimiento satanista moderno. Pero de hecho Przybyszewski nunca
organizó ninguno, aunque algunos de sus discípulos lo intentaron, por lo que se
le puede considerar más un precursor que un fundador.
– EN EL LIBRO AFIRMA QUE EL
ANTI-SATANISMO TIENE UNA GRAN RESPONSABILIDAD EN ENGRANDECER EL SATANISMO. ¿POR
QUÉ?
-Los satanistas existen y a veces cometen graves crímenes. Pero el
anti-satanismo distorsiona el fenómeno de dos maneras. En primer lugar, exagera
el dato estadístico. Los miembros de grupos satánicos organizados nunca han
sido en la historia de Occidente más que pocos miles. El anti-satanismo habla
alegremente, sin poder proporcionar pruebas, de miles de grupos y de centenares
de miles de adeptos.
En segundo lugar, el anti-satanismo atribuye a los satanistas la capacidad de
controlar y orientar a organizaciones enteras, cayendo en formas típicas de
teoría de la conspiración.
Una parte importante de mi libro está consagrada, como señalaba, a tesis,
fantasías y desinformación según la cual los satanistas controlarían
secretamente al judaísmo, a la masonería, a la Iglesia mormona y también –
según una literatura protestante fundamentalista, culturalmente marginal pero
difundida en miles de ejemplares gracias sobre todo a décadas de esfuerzos del
autor californiano, recientemente desaparecido, Jack Chick (1924-2016) – al
Vaticano y a la Iglesia Católica. Estos excesos del anti-satanismo, a menudo
grotescos, acaban por que no se puedan tomar en serio tampoco las críticas
motivadas y reales al satanismo, y paradójicamente, acaba por favorecer a los
satanistas.
- ¿QUÉ PUEDE DECIR DE CASOS
CRIMINALES EN ITALIA EN LOS ÚLTIMOS AÑOS, COMO LOS “NIÑOS DE SATANÁS” O EL
HOMICIDIO DE SOR MARIA LAURA MAINETTI?
- En Italia hemos tenido cuatro episodios relevantes muy distintos entre
sí. El primero tiene que ver con los Niños de Satanás, fundados en
1982 en Bolonia por Marco Dimitri, que
durante unos años tuvieron un éxito relativo, reuniendo a más de cien adeptos. Dimitri jugó mucho con los programas de TV,
mostrándose disponible a actuar la parte del satanista típico, asegurándose una
cierta publicidad. Pero aquella publicidad fue un boomerang, y Dimitri acabó
arrestado en 1996, acusado de graves crímenes que sin embargo no había
cometido. En 2001 fue condenado sólo por evasión fiscal.
El segundo episodio se refiere a sor Laura Mainetti (1939-2000),
asesinada en el 2000 en Sondrio por tres chicas imbuidas de satanismo y de
propaganda violentemente anticatólica que encontraban en Internet, aunque no
estaban en contacto con ningún grupo satánico concreto. La monja murió
perdonando a sus asesinas, y ahora está en curso su causa de beatificación.
Del tercer episodio trágico y también en el
2000, yo fui testigo personalmente. Se refiere a Giorgio Govoni (1941-2000), un párroco italiano acusado por
una asistente social de violar e incluso asesinar niños durante ritos
satánicos. Mandado a juicio, tras una arenga particularmente dura contra él por
parte del fiscal, murió de infarto.
En la apelación y en la Casación, la tesis que sostuve yo como perito de la
defensa de don Giorgio, de que la asistente social se había sugestionado con la
literatura anti-satanista americana, fue plenamente aceptada por los
jueces. Hoy la diócesis de Modena ha dado el nombre de
Giorgio Govoni a una casa de atención para los pobres, y cada año se honra su memoria
como víctima inocente de una trágica equivocación.
El cuarto caso se refiere a las Bestias de
Satanás, un grupo de una decena de jóvenes de la zona de Varese, descubiertos
en 2004 y condenados por tres homicidios, aunque podrían haber cometido más. Se trata de uno de los casos de grupúsculos secretos dedicados
a la actividad criminal que citaba antes, responsables de algo que parecen
sacrificios humanos en nombre de Satanás. Casos reales, pero por fortuna muy raros.
- SE HABLA MUCHO DE “ROCK
SATÁNICO”. ¿QUÉ ES? ¿QUÉ PIENSA USTED DE ÉL?
- La expresión rock satánico es imprecisa. Hay rockeros que han hablado
del diablo con simpatía en sus canciones, basta recordar “Sympathy for the Devil” de los Rolling Stones. Sin embargo, el género musical que tiene que ver efectivamente con el satanismo es el
Heavy Metal, que se divide
en toda una serie de subgéneros, alguno de ellos catalogado como Extreme Metal.
Pero no en todo el Heavy Metal, ni siquiera en todo el Extreme Metal, está
difundido el satanismo. Algunos grupos del subgénero
Death Metal y un buen número de grupos de otro subgénero, el Black Metal, hacen
himnos al satanismo en sus canciones. Para algunos se trata de un
satanismo estético o de un truco comercial para hacerse interesantes, pero
otros han tenido verdaderos contactos con el mundo satanista, e incluso
cometido crímenes en nombre de Satanás. Algunos músicos del Black Metal escandinavo se habían especializado en
quemar iglesias cristianas de madera, y en Noruega se ha ido en humo así una
parte importante del patrimonio de las iglesias de madera medievales y
modernas. Ha habido también homicidios y un par de suicidios rituales.
Los holandeses de Cranch Angren son uno de los
exponentes del Black Metal.
Pero hay que precisar dos cosas. En primer lugar,
según una enciclopedia especializada, hoy hay en el mundo más de 25.000 grupos
musicales Black Metal. Es un fenómeno ya globalizado, con grupos en Japón, en
Nepal e incluso en Iraq y en Arabia Saudita – y entre otras cosas, en algunos
de estos países, el Black Metal ha sido el vehículo para importar un satanismo
totalmente ajeno a las tradiciones locales.
De estos
25.000 grupos, sólo una minoría tiene verdadero contacto con el satanismo, y
ciertamente sería una caricatura pensar que los cientos de miles de personas
que van a conciertos Black Metal sean satanistas.
Segundo, el satanismo de
los grupos Black Metal más extremos no se parece a otras formas de satanismo. En
general, los satanistas veneran al diablo porque lo consideran un personaje
positivo, un liberador del género humano de la dictadura de un Dios severo y
cruel.
En un cierto Black Metal, en cambio, no se
venera a Satanás porque es bueno, sino porque es malo, y se hacen himnos
explícitamente al mal, a la violencia y a la destrucción. El noruego Varg Vikernes, uno de los grandes nombres del Black Metal – aunque hoy ha cambiado de idea tras
los años pasados en prisión por quemar iglesias y por un homicidio – escribía
entonces que las varias Iglesias de Satanás “no son
verdaderas iglesias de Satanás porque veneran la vida y la felicidad. Yo en
cambio adoro la muerte, el mal y todo lo oscuro”.
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