Hoy tengo que hacer un esfuerzo mayor para lucir mejor.
La
esclavitud de pintarme el pelo y cuidar mi cara, me recuerdan constantemente, que
mis lágrimas y mis risas no han sido en vano, que cada cana y cada arruga tienen
su historia.
¡He
vivido, he reído y he llorado!
Sin
embargo, a pesar de esto, considero que el gran cambio que los años aportaron a
mi vida, se ha producido en mi alma.
Los años
me enseñaron a priorizar, a conciliar con el amor, a agradecer el regalo de la
amistad y a afianzar mi espiritualidad.
Hoy
confieso que un beso de mis hijos, la sonrisa de mis nietos o una celebración
familiar, producen más luces en mi vida, ¡que la más
deslumbrante constelación de estrellas!
Los años
que han pasado también me han demostrado, que mis amigos han sido seres de luz
que han iluminado mi camino en algún momento y en algún lugar, sin importar el
tiempo y la distancia.
Que los
verdaderos siguen aquí y los que se fueron es porque simplemente cumplieron su
proceso.
Que mi Fe
se ha vuelto persistente y tolerante.
He
asumido la responsabilidad de mi espiritualidad, sin fanatismo, ni obsesiones.
Mi Fe me
ha ayudado a aceptar lo que no puedo entender ni cambiar y a fortalecer mi
tolerancia hacia las creencias de los demás.
Los años
han pasado y la realidad de mi vida ha ido cambiando.
Aunque mi
cuerpo físico esté envejeciendo, mi alma se está rejuveneciendo y hoy me siento
más joven, que cuando era joven.
No temo a
la vida y mi época de inseguridades y de correr tras la vida ya pasó.
He
caminado lo suficiente para entender, que no puedo y no quiero vivir de
apariencias, porque si lo hago, esto no me da felicidad.
También
comprendí, que no debo más que sentir agradecimiento por haber tenido el
privilegio que mis amigos/as me eligieran como un acompañante del alma, en su ruta
por la vida.
Por
último, he conocido a Dios y le doy las gracias de rodillas por todas sus
bendiciones que me ha obsequiado.
Con todo
esto, vivo mi realidad día a día, entendiendo que es tiempo de asumir las
experiencias y que no importa lo que pase con mi cuerpo físico, las
circunstancias actuales de mi vida están centradas en lo que pase con la
juventud de mi alma.
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