Es una terrible realidad que abarca a las conciencias de una arrolladora mayoría.
Por: Padre Santiago Gonzalez | Fuente:
adelantelafe.com / steresita.com
La frase que intitula este artículo puede sonar
a “sorpresa” para muchos bautizados ya que,
en realidad, en muy pocos púlpitos y catequesis se recuerda. Pero es verdad que
se comete un pecado mortal (no venial) si se falta a
Misa un domingo o día de precepto
siempre que no haya enfermedad, imposibilidad física real o cuidado de un enfermo,
tal como enseña en catecismo en su punto 2181. Pero ha de recordarse también,
en estos tiempos de confusión y relativismo, que este punto de nuestro
catecismo está avalado en la ley de la Iglesia Católica cuyo mandato primero
dice “Oír Misa entera todos los domingos y fiestas
de guardar” que a su vez
se avala por la misma ley Divina ya que el tercer mandato de dicha ley es “Santificarás
las fiestas”. Y, aún más, este precepto eclesial se justifica sobre todo
en el primer mandamiento de la ley de Dios “Amarás a Dios
sobre todas las cosas”, ya que quien sea capaz de faltar a
Misa por no restar un poco de tiempo a su ocio o, sencillamente, por no
contrariar a otras personas, demuestra con creces que está a años luz de amar a
Dios sobre todas las cosas.
Pero en este artículo yo deseo tocar una
cuestión muy concreta: el masivo abandono de la
Misa dominical se debe, sobre todo, a que desde un principio (catequesis
de primera comunión), la inmensa mayoría de los
niños/as NO saben que faltar a Misa en domingo es pecado mortal. De hecho la terrible realidad es más amplia: la
mayoría de los niños no saben ni siquiera que es pecado. Luego cuando son
adolescentes, y van a recibir la confirmación, la inmensa mayoría tras
recibirla no vienen a Misa el domingo siguiente porque siguen sin saber que
faltar a Misa es pecado mortal. Y hay efectos todavía peores: ya es muy extendida la costumbre sacrílega de faltar a
Misa los domingos y luego, cuando hay ocasión extraordinaria de ir a Misa (en
funeral, boda, primera comunión…) se asiste y se comulga sin haberse confesado,
y sin propósito alguno de volver a la práctica dominical regular. Esto
es así: un hecho indiscutible y a la vez tremendo.
Y la causa, vuelvo a repetirlo, es que no se
predica de forma concreta este aspecto. Si: la
doctrina está ahí, escrita, en el catecismo (punto 2181), pero, ¿de que sirve que la doctrina no se toque si casi nadie la conoce porque
casi nadie en la Iglesia la predica o enseña?;
y, lo que es aún peor: en realidad en muchas
comunidades SI se predica sobre esto pero para decir lo contrario: que faltar a Misa en domingo NO es pecado mortal.
Esta barbaridad se enseña en no pocos colegios “religiosos”,
parroquias, facultades de teología y lugares similares de “formación”. Y, mientras tanto, generaciones y más
generaciones de bautizados crecen en la ignorancia y la indiferencia. Si algún
lector cree que exagero, ¿por qué no preguntan?… si, pregunten a niños de su barrio, de su colegio,
de su parroquia… niños
que ya han hecho la primera comunión y que, una vez celebrada la fiesta, sus
padres ya no los traen más a Misa los domingos. Es una terrible realidad que
abarca a las conciencias de una arrolladora mayoría.
Y, ante esto, los sacerdotes y catequistas que tocamos las conciencias de los fieles para recordarles que es pecado mortal faltar a Misa, ciertamente, nos sentimos muy poco apoyados por nuestros superiores. Pienso que ¡cuánto bien harían cartas pastorales CLARAS en este punto por parte de los Obispos, y hasta por parte del Papa!… nos servirían para no parecer “guerreros del antifaz” que luchamos contra todos los elementos contrarios (tanto externos como internos de la Iglesia). Desde estas líneas, si algún Obispo me leyera, hago un ruego muy especial en esta dirección: una carta, sólo una carta firmada por un Prelado donde se recuerde a los fieles que es pecado mortal faltar a Misa un domingo o día de precepto. Dicho con claridad, concreción y sin ambigüedades.
Todos estamos acostumbrados, si, a mensajes del
tipo:
- El domingo es el día del Señor
- La familia unida en oración en domingos
- La necesidad de orar en tiempo de descanso
- El bien grande que recibimos al ir a Misa… etc.
Pues se hace URGENTE leer, firmado por un Obispo: “Faltar a Misa es Pecado Mortal”. Y punto.
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