No se trata de buenos y malos sino de los que creen y los que no
En una nueva
declaración pública, el papa emérito, Benedicto XVI ha adoptado un tono
sorprendentemente crítico hacia la «iglesia oficial» en Alemania y ha advertido
contra una iglesia y una doctrina sin fe. Sólo la fe libera a las personas de
las limitaciones y estrecheces de su tiempo, asegura Benedicto en una charla
con un periodista alemán
(CNA/InfoCatólica) «La
doctrina debe desarrollarse en y desde de la fe, no permanecer a un lado de
ella», dice Benedicto en un artículo de la "Herder
Korrespondenz", escrito en conversación con el periodista Tobias
Winstel.
El pontífice subraya que «la Iglesia se compone de trigo y paja, de peces buenos y
peces malos. Por tanto, no se trata de separar a los buenos de los malos, sino
de separar a los creyentes de los incrédulos».
En este sentido, considera
especialmente que los obispos alemanes tienen un deber: «Mientras en los textos oficiales de la Iglesia sólo hable desde la oficalidad,
pero no desde el corazón y el espíritu, continuará el éxodo del mundo de la
fe», dice Benedicto. Y añade que espera que se dé «un verdadero
testimonio personal de fe por parte de los portavoces de la Iglesia».
Además advierte:
«En las
instituciones de la iglesia - hospitales, escuelas, Caritas - muchas personas están involucradas en posiciones decisivas que no
apoyan la misión interna de la iglesia y, por lo tanto, a menudo
oscurecen el testimonio de esta
institución».
Igualmente indica que los textos
oficiales de la iglesia en Alemania están escritos en gran parte por personas «para quienes la fe es solo una cuestión oficial. En este
sentido, debo admitir que la palabra iglesia oficial se aplica a una
gran parte de los textos oficiales de la iglesia en Alemania».
A sus 94 años de edad, el Papa
emérito hace autocrítica de su anterior llamado a una «desmundanización»
de la Iglesia y a una Iglesia más pobre. Benedicto había causado
revuelo con esta idea durante su visita a Alemania del 22 al 22 de septiembre
de 2011, cuya conclusión fue el «Discurso de Friburgo» del 25 de septiembre.
Dijo:
«En efecto, las
secularizaciones —sea que consistan en expropiaciones de bienes de la Iglesia o
en supresión de privilegios o cosas similares— han significado siempre una
profunda liberación de la Iglesia de formas mundanas»
«La palabra
desmundanización (ndr:liberación de la Iglesia de formas mundanas)
indica la parte negativa del proceso que me preocupa», escribe y añade que «la parte positiva no está suficientemente expresada por
ella». Se trata más bien de salir de las limitaciones de una época «hacia la libertad
de la fe».
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