En la madrugada del sábado 5 de junio un grupo de delincuentes irrumpió en el Santuario Nuestra Señora de la Paz de la Diócesis de Chiclayo (Perú) y robó objetos valorizados en aproximadamente 18 mil dólares, entre ellos donaciones del mismo Papa San Juan Pablo II.
“Con mucha tristeza comunicamos que durante esta
madrugada, el Santuario Nuestra Señora de la Paz fue víctima de un robo
sacrílego, por lo cual, la Eucaristía de hoy por la tarde y las del día de
mañana serán de desagravio al Santísimo Sacramento del Altar”, informó
la oficina de comunicación del templo en la mañana del 5 de junio.
Finalmente, añadió: “Confiados en la
misericordia de Dios Todopoderoso y la intercesión de Nuestra Señora de la Paz,
nos mantenemos unidos en oración y en nuestro camino de fe”.
El Diario Correo informó
que el hurto ocurrió cerca de las 5:00 a.m. del sábado en el santuario
ubicado en Chiclayo, ciudad del noroeste peruano, capital del departamento de
Lambayeque. Los objetos estaban valorizados en unos 70 mil soles (18 mil
dólares).
El medio tuvo acceso al acta policial, en la que el rector del santuario
P. Edwar Tocto Meza denunció que “aproximadamente
cinco maleantes violentaron la puerta al interior del santuario y sustrajeron
un incensario, una naveta de bronce, cinco adornos del crucifijo de la
sacristía, dos copones de bronce plateado, un órgano, una consola de audio, una
laptop, un teléfono celular, entre otras especies”.
Correo señala que, entre los objetos sustraídos, muchos tienen gran
valor histórico debido a que fueron enviados desde Alemania, mientras que otro
fueron donados y bendecidos por el mismo San Juan Pablo II.
“La oficina de prensa del Obispado emitirá un
comunicado oficial informando lo que ha sucedido que muy probable ocurrió en
horas de la madrugada. Nosotros nos percatamos del robo y ahora todo está en
investigación. Se han apoderado de cosas que teníamos de hace años. La imagen
fue bendecida por Juan Pablo II. Algunas cosas tienen un gran valor histórico,
pero se los han llevado”, agregó el P. Tocto Meza.
POR DIEGO LÓPEZ
MARINA | ACI Prensa
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