De acuerdo a las Naciones Unidas, a nivel mundial, los migrantes internacionales alcanzaron los 191 millones, cerca del 3 por ciento de la población mundial, en 2005
Por: José Manuel Ortiz | Fuente: Yo Influyo
Una de las principales características que ha
tenido el ser humano ha sido su movilidad. Actualmente, debido a la complejidad
de nuestra sociedad actual, y a los siempre presentes problemas de búsqueda de
oportunidades y conflictos regionales, el fenómeno de la migración ha crecido
hasta convertirse en una situación global.
Como cualquier hecho humano, la migración implica amenazas y oportunidades para
las sociedades y los países, tanto para los que emiten como para los que
reciben. Entre las oportunidades para los países que reciben inmigrantes, está
el incrementar su capital humano y la posibilidad de enriquecer su cultura. Por
su parte, los países de origen pueden recibir remesas o disminuir la presión
social en sus comunidades.
EL FENÓMENO A NIVEL GLOBAL
De acuerdo a las Naciones Unidas, a nivel mundial, los migrantes
internacionales alcanzaron los 191 millones en 2005. Esto significa que cerca
del 3 por ciento de la población mundial ha cambiado de país.
De ese grupo de migrantes, un tercio vive en países en desarrollo y procede de
otro país en desarrollo, mientras que otro tercio vive en un país desarrollado,
siendo originario de un país en desarrollo. Es decir, que los migrantes “Sur – Sur” son tan numerosos como los migrantes “Sur – Norte”.
Para 2005, el continente que recibió más personas fue Europa, que albergó al 34
por ciento de todos los migrantes; América del Norte (Estados Unidos y Canadá)
al 23 por ciento; y Asia al 28. Sólo el 9 por ciento vivía en África, el 3 por
ciento en América Latina y el Caribe y el otro 3 por ciento en Oceanía.
Alrededor de 6 de cada 10 migrantes internacionales (lo que totaliza 112
millones de personas) reside en países designados como de “ingresos altos”. Pero estas naciones de altos
ingresos incluyen a 22 países en desarrollo tales como Bahrein, Brunei, Kuwait,
República de Corea, Arabia Saudita, Singapur y los Emiratos Árabes Unidos.
Cerca de la mitad de los migrantes alrededor del mundo son mujeres. En países
desarrollados, las mujeres superan en número a los migrantes masculinos.
En 72 países el número de inmigrantes decreció entre 1990 y 2005. Diecisiete
naciones dieron cuenta del 75 por ciento del incremento en el volumen de
migrantes de ese periodo, siendo los Estados Unidos el principal destino
migratorio, toda vez que recibieron 15 millones de personas, mientras que
Alemania y España recibieron 4 millones cada uno.
Ahora bien, un gran número de personas educadas abandonan su país en búsqueda
de mejores oportunidades; así, alrededor de 6 de cada 10 migrantes altamente
educados, residentes en países de la OCDE en el 2000, provenían de países en
desarrollo.
Esa situación es más drástica en países con altos niveles de marginación, ya
que por ejemplo, entre el 33 y el 55 por ciento de las personas altamente
educadas de Angola, Burundi, Ghana, Kenya, Mauricio, Mozambique, Sierra Leona,
Uganda y la República Unida de Tanzania, residen en países de la OCDE. Esa
proporción es incluso mayor en países como Trinidad y Tobago, Guayana, Haití,
Fiji, y Jamaica, donde cerca del 60 por ciento de las personas con alto nivel
de educación dejaron el país.
Esa situación se ve reflejada en el dinero enviado a sus lugares de origen por
parte de los migrantes internacionales, que aumentó de 102 mil millones en
1995, a 232 mil millones en 2005. La proporción de las remesas mundiales que se
dirige a países en desarrollo también aumentó, del 57 por ciento en 1995 (58
mil millones de dólares), al 72 por ciento en 2005 (167 mil millones).
Sin embargo, los 20 primeros países receptores recibieron el 66 por ciento de
las remesas mundiales en 2004, y de esos, sólo ocho son países desarrollados.
En ese sentido, un tercio del total de las remesas se destinó a sólo 4 países: India, China, México y Francia (en orden del total de
dinero recibido por cada uno).
CAUSAS DE LA MIGRACIÓN
De acuerdo al Dr. Hidalgo Capitán de la Universidad de Huelva, algunas teorías
de las causas más importantes de los flujos de migración serían las siguientes:
La brecha salarial entre los países desarrollados y
los subdesarrollados. Esto generaría el aumento de la demanda de trabajo
de baja calificación y baja retribución provocado por la dualización del
mercado de trabajo de los países desarrollados.
Otra teoría considera la funcionalidad de los
inmigrantes como ejército industrial de reserva en donde se considera que la
existencia de un mercado dual de trabajo debilita a la clase obrera pues la
divide entre trabajadores inmigrantes y trabajadores nativos.
Las diferencias en los niveles de rentas entre
países desarrollados y países en desarrollo serían otra causa de la
migración.
Otros autores sostienen que la causa principal de
la migración se encuentra en las estrategias económicas de las familias.
Para estos, la decisión de emigrar no es individual, sino que se adopta en el
seno de una familia que decide enviar a uno o varios de sus miembros a países
desarrollados, mientras que otros permanecen en el país en desarrollo asumiendo
otras responsabilidades familiares.
Otros planteamientos, de carácter geográfico,
inciden en la idea de la proximidad como elemento favorecedor de las
migraciones. Es evidente que a mayor distancia, existirá una menor
propensión a la emigración.
Con iguales pautas geográficas, y haciendo una interpretación del enfoque de la
redes sociales, existe lo que podríamos llamar un
hermanamiento de localidades por las razones migratorias, donde diferentes
estudios empíricos han demostrado cómo los movimientos migratorios presentan
ciertas pautas geográficas de naturaleza local, en la medida en que se observa
cómo en determinadas localidades de los países desarrollados receptores de las
migraciones se concentran inmigrantes de otras localidades de países en
desarrollo.
Desde una perspectiva demográfica, tendríamos como causa
de las migraciones la necesidad de un reemplazo poblacional. En los
países desarrollados se está produciendo un problema de envejecimiento de la
población, lo que genera una necesidad de atracción de mano de obra.
Los factores anteriores han sido acentuados por dos fenómenos. El primero, el
liberalismo, que considera al trabajo como una mercancía más; el segundo
consiste en el "efecto demostración", que
es la adopción por parte de los ciudadanos de países en desarrollo de estilos
de vida, pautas de consumo y ambiciones propias de los ciudadanos de los países
desarrollados.
PROBLEMAS GENERADOS POR LA
MIGRACIÓN
Considerando la complejidad del fenómeno migratorio, los problemas que se
generan cambian de manera dinámica con el tiempo y dependen del punto de vista
de la sociedad que recibe o de la que salen las personas.
Desde el punto de vista del migrante, algunas dimensiones que se deben de
considerar son las siguientes: la situación legal
en la que emigra, las razones por las cuales emigra, el perfil educativo o de
competencias que tiene, su edad y sexo, si pretende abandonar definitivamente
su tierra o buscará regresar, entre otros.
Una vez que una persona emigró, puede encontrar algunos problemas en el lugar
al que llegó, que pueden ser legales, de
discriminación racial o religiosa, dificultades culturales como el idioma, las costumbres y reglas sociales a las
que deberá adaptarse.
Otro fenómeno que está afectando negativamente a países en Centroamérica y
crecientemente a México, es el problema de las
bandas delictivas que están estableciendo sus redes criminales con personas que
han sido deportadas de Estados Unidos.
MEXICANOS EN EL EXTRANJERO
De acuerdo a cifras oficiales, más de 10 millones de mexicanos viven en Estados
Unidos, si consideramos a sus hijos, que por derecho pueden reclamar la
ciudadanía mexicana, esta cifra podría elevarse a cerca de 25 millones de
personas, esto es, 1 de cada cuatro mexicanos vive fuera del país.
La importancia de los mexicanos radicados en el extranjero se ve reflejada en
las remesas enviadas a nuestro país, que de acuerdo al Banco de México, en 2006
ascendieron a 23 mil 742 millones de dólares. Esa misma fuente reporta que,
durante este año, el dinero enviado desde Estados Unidos a nuestro país ha
tenido un incremento de 1.25 por ciento.
Para darnos cuenta de la importancia de las remesas a nuestro país, como
referencia, y de acuerdo al mismo Banxico, durante el año 2006 la inversión
extranjera directa en el país fue de 19 mil 211 millones de dólares.
El problema de la migración se hace aún más severo si consideramos el alto
número de personas que pierden su vida al tratar de cruzar la frontera. Considerando que no existen cifras oficiales, se
estima que durante los últimos 10 años más de 3 mil personas han perdido la
vida en su intento de llegar a los Estados Unidos. De acuerdo a otras fuentes,
más de 5 mil personas han perecido durante los últimos 13 años. Esto es, cerca
de 300 personas pierden la vida en el intento.
Ese no es el único problema, toda vez que los “polleros”
cobran entre 5 mil y 10 mil dólares por pasar la frontera, con el inconveniente
de que en el intento pueden dejar a su suerte a los indocumentados.
¿SOLUCIONES?
Las situaciones descritas anteriormente, no podrán ser solucionadas fácilmente,
sin embargo, nos dan algunas pautas.
Primero, es evidente que mientras tengamos una
brecha en desarrollo tan grande con Estados Unidos, difícilmente se podrá
detener el flujo migratorio, toda vez que se genera una situación de demanda de
trabajo y de falta de oportunidades en el lugar de residencia.
Por otro lado, es evidente que las medidas
unilaterales tomadas recientemente por Estados Unidos difícilmente solucionarán
su problema, toda vez que gran parte de su economía depende de mano de obra
barata, y por otro lado, la diferencia en desarrollo seguirá atrayendo a
migrantes.
Por último, independientemente del origen de las
personas, se debe respetar su dignidad y estatuto de persona humana, lo que
evitará abusos.
CONCLUSIÓN
El siempre bien recordado Juan Pablo II, en la celebración del Jubileo de los
emigrantes, en el año 2000, mencionó: “Ciertamente,
en una sociedad como la nuestra, compleja y marcada por múltiples tensiones, la
cultura de la acogida se debe conjugar con leyes y normas prudentes y
clarividentes, que permitan valorar los aspectos positivos de la movilidad
humana, previniendo sus posibles manifestaciones negativas. Esto hará que
efectivamente se respete y acoja a todas las personas”.
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