Con ocasión de la próxima Solemnidad del Corpus Christi, el Papa Francisco animó a que el Cuerpo y la Sangre de Cristo sea “un apoyo en medio de las dificultades”.
Así lo dijo el Santo Padre durante la Audiencia General de este
miércoles 2 de junio que se realizó en el patio de San Dámaso del Vaticano.
“Que el Cuerpo y la Sangre de Cristo sean para cada
uno de ustedes una presencia y un apoyo en medio de las dificultades, un
consuelo sublime en el sufrimiento de cada día y una prenda de resurrección
eterna”, alentó el Papa.
Además, el Santo Padre invitó a encontrar “en
la Eucaristía, misterio de amor y de gloria, esa fuente de gracia y de luz que
ilumina los caminos de la vida”.
Para ello, el Pontífice rezó para que la próxima celebración de la
Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo “profundice
nuestra conciencia de la presencia real de Jesús entre nosotros en la
Eucaristía”.
Finalmente, el Papa recordó que este mes de junio está dedicado al
Sagrado Corazón de Jesús por lo
que aconsejó pedir al Señor “que nos conceda tener
un corazón orante, lleno de confianza y de audacia filial, así como la gracia
de permanecer siempre unidos a Él y entre nosotros por la participación en el
sacramento de su Cuerpo y de su Sangre”.
CORPUS CHRISTI
En el Vaticano, el Corpus Christi se celebra el jueves después de la
Solemnidad de la Santísima Trinidad. Mientras que en varias diócesis del mundo
se traslada al domingo posterior a la Santísima Trinidad por una cuestión
pastoral.
La Solemnidad del Corpus Christi fue establecida en 1246 por el Obispo
Roberto de Thorete y a sugerencia de Santa Juliana de Mont Cornillon. Después
del milagro eucarístico de Bolsena, a mediados del Siglo XIII, el Papa Urbano
IV extendió esta celebración a toda la Iglesia Universal en 1264 con la bula “Transiturus”, fijándola para el jueves posterior
al domingo de la Santísima Trinidad.
ADORO TE DEVOTE
Uno de los himnos eucarísticos más difundidos fue compuesto por Santo
Tomás de Aquino en 1264 tras la petición del Papa Urbano IV.
A continuación, el texto del himno Adoro te
devote:
Te adoro con devoción, Dios escondido, oculto
verdaderamente bajo estas apariencias.
A Ti se somete mi corazón por completo, y se rinde
totalmente al contemplarte.
Al juzgar de Ti, se equivocan la vista, el tacto,
el gusto; pero basta el oído para creer con firmeza; creo todo lo que ha dicho
el Hijo de Dios: nada es más verdadero que esta Palabra de verdad.
En la Cruz se escondía sólo la Divinidad, pero aquí
se esconde también la Humanidad; sin embargo, creo y confieso ambas cosas, y
pido lo que pidió aquel ladrón arrepentido.
No veo las llagas como las vio Tomás pero confieso
que eres mi Dios: haz que yo crea más y más en Ti, que en Ti espere y que te
ame.
¡Memorial de la muerte del Señor!
Pan vivo que das vida al hombre: concede a mi alma
que de Ti viva y que siempre saboree tu dulzura.
Señor Jesús, Pelícano bueno, límpiame a mí,
inmundo, con tu Sangre, de la que una sola gota puede liberar de todos los
crímenes al mundo entero.
Jesús, a quien ahora veo oculto, te ruego, que se
cumpla lo que tanto ansío: que al mirar tu rostro cara a cara, sea feliz viendo
tu gloria.
Amén.
POR MERCEDES DE LA
TORRE | ACI Prensa
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