A pocos días de la segunda vuelta para elegir al nuevo presidente del Perú, el Prelado de Moyobamba, Mons. Rafael Escudero, señaló que ningún católico debe apoyar con su voto a candidatos o partidos que promuevan el comunismo, si no quiere hacerse cómplice de los errores que propaga este sistema político.
El 6 de junio será la segunda vuelta electoral entre los candidatos
Pedro Castillo, del partido comunista Perú Libre; y Keiko Fujimori, de Fuerza
Popular.
En el texto publicado en el sitio web de la
Prelatura de Moyobamba, Mons.
Escudero dijo que “ningún católico puede
dudar que la Iglesia ha condenado desde el origen del comunismo hasta el
presente los principios de este sistema político”.
“Por eso, quiero recordar que ningún católico debe apoyar con
su voto a candidatos o partidos que promuevan el aborto, la eutanasia, las
uniones homosexuales, la ideología de género y el comunismo, si no
quiere hacerse cómplice de tales errores”, alertó.
“Los 70,000 muertos de la época del terrorismo y el
Perú no se lo merecen. Les invito a que ejerzan su derecho al voto con libertad
y responsabilidad moral, recordando siempre que la ley de Dios está por encima
de cualquier ley humana”, destacó el Prelado.
Mons. Escudero, que dirige pastoralmente una prelatura ubicada en la Amazonía
peruana, se refirió al terrorismo que vivió el Perú entre 1980 y los primeros
años de la década de 1990 a manos del grupo Sendero Luminoso, calificado este
último como uno de los más sanguinarios del mundo en el siglo XX.
Tres sacerdotes beatos y una religiosa camino a ser beatificada fueron
asesinados por este grupo terrorista que propugna el marxismo, leninismo y
maoísmo.
Otro grupo terrorista que también actuó durante esos años fue el
Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA).
“A la hora de votar, deben tener en cuenta que las
propuestas de los candidatos a presidente y de sus partidos políticos sean
compatibles con la fe y las exigencias de la vida cristiana y su sintonía hacia
los valores que los cristianos debemos promover en la vida pública”, escribió el Prelado.
Tras destacar que “en todo debemos actuar
como católicos”, el Obispo advirtió que “uno
de los candidatos a la presidencia de la República forma parte de un partido
que, en su ideario propone el sistema comunista marxista-leninista como
gobierno para el Estado peruano y varios miembros del partido han sido acusados
de tener vínculos con Sendero Luminoso”.
Aunque no lo menciona, Mons. Escudero se refirió a Pedro Castillo,
candidato de Perú Libre. Según medios locales, varios virtuales congresistas de
este partido tienen algún tipo de nexo con el terrorismo. Uno de ellos es
Guillermo Bermejo, para quien el Ministerio Público pide 20 años de cárcel por “pertenencia y afiliación a los remanentes de la
organización terrorista Sendero Luminoso”.
El 17 de mayo se conoció un audio en el que Bermejo afirma que “si tomamos el poder, no lo vamos a dejar”.
“Ya el Papa Pío XI, en el año 1937, en su encíclica
‘Divini Redemptoris’ advertía que el comunismo es un sistema filosófico, político,
social y económico ‘intrínsecamente perverso’, contrario a la fe cristiana”, prosiguió el Prelado en su carta.
En su carta, el Obispo explicó que “el
comunismo de hoy encierra en sí mismo una idea de aparente redención. Un falso
ideal de justicia, de igualdad y de fraternidad”.
“La doctrina del comunismo se funda sobre los
principios proclamados por Marx del materialismo dialéctico histórico en 1848.
Esta doctrina enseña que solo existe una realidad, la materia, la cual, por
evolución, llega a ser planta, animal hombre”.
En el comunismo, resalta el Prelado de Moyobamba, “la sociedad humana no es más que una apariencia y una
forma de la materia, que evoluciona del modo dicho y que por ineludible
necesidad tiende, en un perpetuo conflicto de fuerzas, hacia la síntesis final:
una sociedad sin clases”.
En el comunismo, refiere Mons. Escudero, “no
queda lugar ninguno para Dios, no
existe diferencia entre el espíritu y la materia ni entre el cuerpo y el alma,
no existe una vida del alma posterior a la muerte, ni hay por consiguiente,
esperanza alguna en una vida futura”.
Los adeptos de esta doctrina “procuran
exacerbar las diferencias existentes entre las diversas clases sociales y se
esfuerzan para que se produzca la lucha de clases”.
El texto de Mons. Escudero recordó también que “el
comunismo
despoja al hombre de su libertad, principio normativo de su conducta
moral, y suprime en la persona humana toda dignidad y todo sentido moral”.
“La persona humana, en el comunismo, es una simple
pieza del engranaje total, se niegan al individuo, para atribuirlos a la
colectividad, todos los derechos naturales propios de la personalidad humana”, añadió.
Los comunistas también afirman en las relaciones sociales “el principio de la absoluta igualdad, rechazando toda
autoridad jerárquica establecida por Dios, incluso la de los padres; porque,
según ellos, todo lo que los hombres llaman autoridad y subordinación deriva
exclusivamente de la colectividad como de su fuente”, indicó.
En ese sentido, “los individuos no tienen
derecho alguno de propiedad sobre los bienes naturales y sobre los medios de
producción. Toda especie de propiedad privada debe ser destruida radicalmente”.
“Al negar a la vida humana todo carácter sagrado y
espiritual, esta doctrina convierte naturalmente el matrimonio y la familia en
una institución meramente civil y convencional, nacida de un determinado
sistema económico, niega la existencia de un vínculo matrimonial de naturaleza
jurídico-moral que esté por encima de la voluntad de los individuos y de la
colectividad y, consiguientemente, niega también su perpetua indisolubilidad”.
Los comunistas, prosigue el texto, también niegan “a los padres el
derecho a la educación de los hijos,
porque este derecho es considerado como un derecho exclusivo de la comunidad, y
solo en su nombre y por mandato suyo lo pueden ejercer los padres”.
“En la sociedad comunista, tanto la moral como el
orden jurídico serían una simple emanación exclusiva del sistema económico
contemporáneo, es decir, de origen terreno, mudable y caduco”.
Con el comunismo, “se pretende introducir
una nueva época y una nueva civilización, fruto exclusivo de una evolución
ciega: ‘una humanidad sin Dios’. ¡He aquí el pretendido evangelio
nuevo que el comunismo ateo anuncia a la humanidad como mensaje de salud y
redención!”.
“Un sistema lleno de errores y sofismas, contrario
a la razón y a la revelación divina; un sistema subversivo del orden social,
porque destruye las bases fundamentales de este; un sistema que niega los
derechos, la dignidad y la libertad de la persona humana”.
En su carta, Mons. Escudero recuerda que han sido varios papas los
que han condenado el comunismo, como San Juan XXIII, que en su encíclica Mater et Magistra,
escribió que “la doctrina comunista y cristiana se
hallan en violenta contradicción. Tanto el comunismo como el socialismo se
dirigen a la consecución del bienestar de la vida presente, cercenando la
libertad humana con el descuido de lo que es el verdadero social”.
San Pablo VI escribió en la encíclica
Ecclesiam suam que se debe “reprobar los sistemas
ideológicos que niegan a Dios y oprimen a la Iglesia. Estos principios están
conectados a veces con la formación económica, social y política de los gobiernos,
como sucede con el comunismo”.
El Papa San Juan Pablo II,
en la carta encíclica Centesimus Annus, escribió en 1991 que “por muchos años la mitad del continente (Europa) cae
bajo el dominio de la dictadura comunista, muchos pueblos pierden el poder de autogobernarse,
encerrados en los confines opresores de un imperio, mientras se trata de
destruir su memoria histórica. Como consecuencia de esta violencia masas de
hombres son obligados a abandonar su tierra”.
Finalmente Mons. Escudero elevó sus oraciones “al
Señor de los Milagros, a Santa María, Madre de la Iglesia, a San José,
protector de la Iglesia y patrón del Perú y a la próxima beata peruana, María
Agustina Robles, ‘Aguchita’” para que “las próximas elecciones contribuyan a la
promoción de la vida humana, la verdad, la justicia, la paz, el progreso de los
más pobres y el bien común”.
LA COYUNTURA POLÍTICA
EN PERÚ
El 6 de junio se realizará en Perú la segunda vuelta de las elecciones
que decidirán al presidente que gobernará hasta julio de 2026.
Según la última encuesta de la empresa Ipsos, Pedro Castillo, del
partido comunista Perú Libre, obtendría el 52.6% de votos válidos. Castillo
también es conocido por haber liderado la huelga de maestros de 2017 dejando a
los escolares de las escuelas públicas sin clases durante meses. Fujimori,
investigada por presunto lavado de activos, recibiría el 47.4% de votos
válidos.
Para el conteo final, el sistema electoral peruano no toma en cuenta los
votos viciados o en blanco. Según Ipsos, del universo total de electores, el
14.3% votará nulo o en blanco.
El 24 de mayo se supo que una columna del grupo terrorista Sendero
Luminoso, que se presenta como el “Militarizado
Partido Comunista del Perú”, perpetró una masacre que dejó 16
muertos en la región centro suroriental del Perú.
Según informa El Comercio,
los asesinatos habrían ocurrido en la noche del domingo 23 de mayo en un bar
del centro poblado San Miguel del Ene, en la provincia de Satipo, departamento
de Junín, en la zona que se conoce como el Vraem. Entre los fallecidos hay
mujeres y niños.
Los terroristas de Sendero Luminoso también llamaron a “boicotear” las elecciones del 6 de junio, votar
en blanco, viciado y no por la candidata de Fuerza Popular, Keiko Fujimori.
El domingo 23 de mayo se realizó un debate entre los equipos técnicos de
ambos candidatos y se espera uno entre ellos el próximo 30 en la ciudad de
Arequipa.
Varios medios de comunicación como Canal N, América, y Latina han
denunciado que algunos de sus periodistas han sufrido agresiones por parte de
partidarios de Perú Libre.
POR WALTER SÁNCHEZ
SILVA | ACI Prensa
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