Vandalizar
estatuas no forma parte de la libertad de expresión. Romper escaparates,
arrancar el mobiliario urbano, no forma parte de ninguna libertad.
Siempre
he estado a favor de que allí donde hay un monumento de valor estético se deje
donde está. La estatua del fundador de la KGB en la Plaza Luvianka pienso que
mejoraba mucho la estética del lugar, yo la hubiera dejado. Allí donde hubiera
una estatua bonita de Lenin o Marx, lo mismo. Y eso vale para todo tipo de
dictadores de derechas o izquierdas. Si el monumento embellece el lugar, yo lo
dejaría.
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El
criterio de la irretroactibilidad de los galardones.
El mismo
criterio lo aplicaría respecto a condecoraciones y premios. Creo que habría que
convencer a los que han otorgado un galardón que un acto futuro ya no puede
borrar el pasado. Nuestra historia es lo que es con sus aciertos y
errores.
Yo me
opondría que la Academia Sueca hiciera una excepción y concediera un premio
póstumo a Borges. Les guste o no les guste, el pasado está escrito, el Nobel es
para los vivos y cualquier cosa que se hiciera ahora ya no redundaría en más
honor a Borges, sería un remiendo para el (ya muy deteriorado) prestigio de los
Nobel.
Yo
defiendo que no
hagamos remiendos ni para honor de los que no se honró ni para quitar lo que no
se debió entregar. Considero que
es mejor que se impusiera, finalmente, este criterio de la irretroactibidad de
los galardones que nos ahorraría mil discusiones que ya no van a ningún lado.
P. FORTEA
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