“Rezad, rezad mucho y haced sacrificios por los pecadores porque muchas almas van al infierno por no tener quien se sacrifique y rece por ellas”, dijo la Virgen de Fátima en una de sus apariciones.
La Fiesta de la Virgen de Fátima es una de las celebraciones marianas
más conocidas en el mundo entero y se festeja cada 13 de mayo, en memoria de la
primera aparición de la Virgen en 1917 en las colinas de Cova de Iría
(Portugal), a tres pequeños pastorcitos, Lucía dos Santos y sus primos Francisco
y Jacinta Marto.
Como es costumbre en la Iglesia, miles de fieles se preparan nueve días
antes para esta gran celebración y por ello te compartimos la Novena a la
Virgen de Fátima que puede ser rezada en familia, comunidad o de manera
personal:
PRIMER
DÍA DE LA NOVENA A LA VIRGEN DE FÁTIMA
Ofrecimiento para todos los días
¡Oh Dios mío! Yo creo,
adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no
esperan y no os aman.
¡Oh santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu
Santo! Yo os adoro profundamente y os
ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor
Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los
ultrajes con que Él es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo
Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de
los pecadores.
Oración preparatoria
Oh santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia,
que te dignaste manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón
trayéndonos mensajes de salvación y de paz. Confiados en vuestra misericordia
maternal y agradecidos a las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a
vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor.
Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje
de amor, y la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de
Dios, honra vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea.
Oración de este día
¡Oh santísima Virgen María, Madre de los pobres
pecadores!, que apareciendo en Fátima,
dejaste transparentar en vuestro rostro celestial una leve sombra de tristeza
para indicar el dolor que os causan los pecados de los hombres y que con
maternal compasión exhortaste a no afligir más a vuestro Hijo con la culpa y a
reparar los pecados con la mortificación y la penitencia. Dadnos la gracia de
un sincero dolor de los pecados cometidos y la resolución generosa de reparar
con obras de penitencia y mortificación todas las ofensas que se infieren a
vuestro Divino Hijo y a vuestro Corazón Inmaculado.
Oración final
¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y
resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna! Os suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del santísimo
rosario de la bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos
enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro
Señor. Amén.
SEGUNDO DÍA DE LA NOVENA A LA VIRGEN DE FÁTIMA
Ofrecimiento para todos
los días
¡Oh Dios mío! Yo creo,
adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no
esperan y no os aman.
¡Oh santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu
Santo! Yo os adoro profundamente y os
ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor
Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los
ultrajes con que Él es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo
Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de
los pecadores.
Oración preparatoria
Oh santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia,
que te dignaste manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón
trayéndonos mensajes de salvación y de paz. Confiados en vuestra misericordia
maternal y agradecidos a las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a
vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor.
Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje
de amor, y la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de
Dios, honra vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea.
Oración de este día
Oh santísima Virgen María, Madre de la divina gracia, que vestida de
nívea blancura te apareciste a unos pastorcitos sencillos e inocentes,
enseñándonos así cuánto debemos amar y procurar la inocencia del alma, y que
pediste por medio de ellos la enmienda de las costumbres y la santidad de una
vida cristiana perfecta. Concédenos misericordiosamente la gracia de saber
apreciar la dignidad de nuestra condición de cristianos y de llevar una vida en
todo conforme a las promesas bautismales.
Oración final
¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y
resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna! Os suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del santísimo
rosario de la bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos
enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro
Señor. Amén.
TERCER
DÍA DE LA NOVENA A LA VIRGEN DE FÁTIMA
Ofrecimiento para todos los días
¡Oh Dios mío! Yo creo,
adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no
esperan y no os aman.
¡Oh santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu
Santo! Yo os adoro profundamente y os
ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor
Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los
ultrajes con que Él es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo
Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de
los pecadores.
Oración preparatoria
Oh santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia,
que te dignaste manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón
trayéndonos mensajes de salvación y de paz. Confiados en vuestra misericordia
maternal y agradecidos a las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a
vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor.
Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje
de amor, y la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de
Dios, honra vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea.
Oración de este día
¡Oh santísima Virgen María, vaso insigne de
devoción!, que te apareciste en Fátima
teniendo pendiente de vuestras manos el santo Rosario, y que insistentemente
repetías: «Orad, orad mucho», para alejar
por medio de la oración los males que nos amenazan. Concédenos el don y el
espíritu de oración, la gracia de ser fieles en el cumplimiento del gran
precepto de orar, haciéndolo todos los días, para así poder observar bien los
santos mandamientos, vencer las tentaciones y llegar al conocimiento y amor de
Jesucristo en esta vida y a la unión feliz con Él en la otra.
Oración final
¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y
resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna! Os suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del santísimo
rosario de la bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos
enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro
Señor. Amén.
CUARTO
DÍA DE LA NOVENA A LA VIRGEN DE FÁTIMA
Ofrecimiento para todos los días
¡Oh Dios mío! Yo creo,
adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no
esperan y no os aman.
¡Oh santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu
Santo! Yo os adoro profundamente y os ofrezco el
preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo,
presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los ultrajes con
que Él es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón e
intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los
pecadores.
Oración preparatoria
Oh santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia,
que te dignaste manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón
trayéndonos mensajes de salvación y de paz. Confiados en vuestra misericordia
maternal y agradecidos a las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a
vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor. Concédenos
las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje de amor, y
la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de Dios, honra
vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea.
Oración de este día
¡Oh santísima Virgen María, Reina de la Iglesia!, que exhortaste a los pastorcitos de Fátima a rogar por el Papa, e
infundiste en sus almas sencillas una gran veneración y amor hacia él, como
Vicario de vuestro Hijo y su representante en la tierra. Infunde también a
nosotros el espíritu de veneración y docilidad hacia la autoridad del Romano
Pontífice, de adhesión inquebrantable a sus enseñanzas, y en él y con él un
gran amor y respeto a todos los ministros de la santa Iglesia, por medio de los
cuales participamos la vida de la gracia en los sacramentos.
Oración final
¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y
resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna! Os suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del santísimo
rosario de la bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos
enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro
Señor. Amén.
QUINTO
DÍA DE LA NOVENA A LA VIRGEN DE FÁTIMA
Ofrecimiento para todos los días
¡Oh Dios mío! Yo creo,
adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no
esperan y no os aman.
¡Oh santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu
Santo! Yo os adoro profundamente y os
ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor
Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los
ultrajes con que Él es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo
Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de
los pecadores.
Oración preparatoria
Oh santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia,
que te dignaste manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón
trayéndonos mensajes de salvación y de paz. Confiados en vuestra misericordia
maternal y agradecidos a las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a
vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor.
Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje
de amor, y la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de
Dios, honra vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea.
Oración de este día
¡Oh santísima Virgen María, salud de los enfermos y
consoladora de los afligidos!, que movida por el ruego de los
pastorcitos, obraste ya curaciones en vuestras apariciones en Fátima, y habéis
convertido este lugar, santificado por vuestra presencia, en oficina de
vuestras misericordias maternales en favor de todos los afligidos. A vuestro
Corazón maternal acudimos llenos de filial confianza, mostrando las
enfermedades de nuestras almas y las aflicciones y dolencias todas de nuestra
vida. Echad sobre ellas una mirada de compasión y remediadlas con la ternura de
vuestras manos, para que así podamos serviros y amaros con todo nuestro corazón
y con todo nuestro ser.
Oración final
¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y
resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna! Os suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del santísimo
rosario de la bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos
enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro
Señor. Amén.
SEXTO
DÍA DE LA NOVENA A LA VIRGEN DE FÁTIMA
Ofrecimiento para todos los días
¡Oh Dios mío! Yo creo,
adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no
esperan y no os aman.
¡Oh santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu
Santo! Yo os adoro profundamente y os
ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor
Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los
ultrajes con que Él es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo
Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de
los pecadores.
Oración preparatoria
Oh santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia,
que te dignaste manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón
trayéndonos mensajes de salvación y de paz. Confiados en vuestra misericordia
maternal y agradecidos a las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a
vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor.
Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje
de amor, y la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de
Dios, honra vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea.
Oración de este día
¡Oh santísima Virgen María, refugio de los
pecadores!, que enseñaste a los pastorcitos
de Fátima a rogar incesantemente al Señor para que esos desgraciados no caigan
en las penas eternas del infierno, y que manifestaste a uno de los tres que los
pecados de la carne son los que más almas arrastran a aquellas terribles
llamas. Infundid en nuestras almas un gran horror al pecado y el temor santo de
la justicia divina, y al mismo tiempo despertad en ellas la compasión por la suerte
de los pobres pecadores y un santo celo para trabajar con nuestras oraciones,
ejemplos y palabras por su conversión.
Oración final
¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y
resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna! Os suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del santísimo
rosario de la bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos
enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro
Señor. Amén.
SÉPTIMO
DÍA DE LA NOVENA A LA VIRGEN DE FÁTIMA
Ofrecimiento para todos
los días
¡Oh Dios mío! Yo creo,
adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no
esperan y no os aman.
¡Oh santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu
Santo! Yo os adoro profundamente y os ofrezco el
preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor Jesucristo,
presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los ultrajes con
que Él es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón e
intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de los
pecadores.
Oración preparatoria
Oh santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia,
que te dignaste manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón
trayéndonos mensajes de salvación y de paz. Confiados en vuestra misericordia
maternal y agradecidos a las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a
vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor.
Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje
de amor, y la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de
Dios, honra vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea.
Oración de este día
¡Oh santísima Virgen María, Reina del purgatorio!, que enseñaste a los pastorcitos de Fátima a rogar a Dios por las almas
del purgatorio, especialmente por las más abandonadas. Encomendamos a la
inagotable ternura de vuestro maternal Corazón todas las almas que padecen en
aquel lugar de purificación, en particular las de todos nuestros allegados y
familiares y las más abandonadas y necesitadas; alíviales sus penas y llévalas
pronto a la región de la luz y de la paz, para cantar allí perpetuamente
vuestras misericordias.
Oración final
¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y
resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna! Os suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del santísimo
rosario de la bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos
enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro
Señor. Amén.
OCTAVO
DÍA DE LA NOVENA A LA VIRGEN DE FÁTIMA
Ofrecimiento para todos los días
¡Oh Dios mío! Yo creo,
adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no
esperan y no os aman.
¡Oh santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu
Santo! Yo os adoro profundamente y os
ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor
Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los
ultrajes con que Él es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo
Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de
los pecadores.
Oración preparatoria
Oh santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia,
que te dignaste manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón
trayéndonos mensajes de salvación y de paz. Confiados en vuestra misericordia
maternal y agradecidos a las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a
vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor.
Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje
de amor, y la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de
Dios, honra vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea.
Oración de este día
¡Oh santísima Virgen María!, que en vuestra última aparición te diste a conocer como la Reina del
Santísimo Rosario, y en todas ellas recomendaste el rezo de esta devoción como
el remedio más seguro y eficaz para todos los males y calamidades que nos
afligen, tanto del alma como del cuerpo, así públicas como privadas. Infundid
en nuestras almas una profunda estima de los misterios de nuestra Redención que
se conmemoran en el rezo del Rosario, para así vivir siempre de sus frutos.
Concédenos la gracia de ser siempre fieles a la práctica de rezarlo diariamente
para honraros a Vos, acompañando vuestros gozos, dolores y glorias, y así
merecer vuestra maternal protección y asistencia en todos los momentos de la
vida, pero especialmente en la hora de la muerte.
Oración final
¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y
resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna! Os suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del santísimo
rosario de la bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos
enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro
Señor. Amén.
NOVENO
DÍA DE LA NOVENA A LA VIRGEN DE FÁTIMA
Ofrecimiento para todos los días
¡Oh Dios mío! Yo creo,
adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no
esperan y no os aman.
¡Oh santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu
Santo! Yo os adoro profundamente y os
ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Nuestro Señor
Jesucristo, presente en todos los tabernáculos del mundo, en reparación de los
ultrajes con que Él es ofendido; y por los méritos infinitos de su Santísimo
Corazón e intercesión del Inmaculado Corazón de María, os pido la conversión de
los pecadores.
Oración preparatoria
Oh santísima Virgen María, Reina del Rosario y Madre de misericordia,
que te dignaste manifestar en Fátima la ternura de vuestro Inmaculado Corazón
trayéndonos mensajes de salvación y de paz. Confiados en vuestra misericordia
maternal y agradecidos a las bondades de vuestro amantísimo Corazón, venimos a
vuestras plantas para rendiros el tributo de nuestra veneración y amor.
Concédenos las gracias que necesitamos para cumplir fielmente vuestro mensaje
de amor, y la que os pedimos en esta Novena, si ha de ser para mayor gloria de
Dios, honra vuestra y provecho de nuestras almas. Así sea.
Oración de este día
¡Oh santísima Virgen María, Madre nuestra
dulcísima!, que escogiste a los pastorcitos
de Fátima para mostrar al mundo las ternuras de vuestro Corazón misericordioso,
y les propusiste la devoción al mismo como el medio con el cual Dios quiere dar
la paz al mundo, como el camino para llevar las almas a Dios, y como una prenda
suprema de salvación. Haced, ¡oh Corazón de la más tierna de las madres!, que
sepamos comprender vuestro mensaje de amor y de misericordia, que lo abracemos
con filial adhesión y que lo practiquemos siempre con fervor; y así sea vuestro
Corazón nuestro refugio, nuestro consuelo y el camino que nos conduzca al amor
y a la unión con vuestro Hijo Jesús.
Oración final
¡Oh Dios, cuyo Unigénito, con su vida, muerte y
resurrección, nos mereció el premio de la salvación eterna! Os suplicamos nos concedas que, meditando los misterios del santísimo
rosario de la bienaventurada Virgen María, imitemos los ejemplos que nos
enseñan y alcancemos el premio que prometen. Por el mismo Jesucristo nuestro
Señor. Amén.
Redacción ACI Prensa
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