Argumenta que la Iglesia tiene que cambiar su doctrina para que no se vayan
El deán de la
catedral de San Pablo en Münster, Jörg Hagemann, ha expresado su profundo pesar
por la actual oleada de abandonos que sufre la Iglesia en Alemania. Es uno de
los sacerdotes que piensa bendecir uniones homosexuales el 10 de mayo. De
hecho, además de por el asunto de los abusos, atribuye el éxodo a que los
fieles no están de acuerdo con la doctrina y moral de la Iglesia.
(Katolische/InfoCatólica) El hecho de que incluso los creyentes comprometidos en
labores eclesiales estén dando la espalda a la iglesia le deja atónito y triste,
dijo el martes el P. Hagemann en una entrevista concedida al portal
«Kirche+Leben». El sacerdote aseguro que es «difícilmente soportable
que tantos no puedan o no quieran seguir con nosotros».
Sólo
en los tres primeros meses del año, más de 3.500 personas de la Llanura de Münster, una
de las tres regiones de dicha diócesis alemana, han abandonado la
Iglesia, según informaciones de
la WDR. En Alemania la ley obliga a que la gente esté afiliada oficialmente a
la confesión religiosa a la que pertenece, lo cual facilita saber el número de
altas y de bajas.
ORGANIZACIÓN DE
DELINCUENTES
El deán advierte que la Iglesia es vista por los que se van como una «organización de
delincuentes» a la que ya no
quieren apoyar. Las razones que
a menudo llevan a una ruptura con la Iglesia son los «puntos
críticos que han estado sobre la
mesa durante mucho tiempo», como el tratamiento de los abusos, la cuestión
de la justicia de género y la moral sexual de la Iglesia. Las enseñanzas de la Iglesia sobre
estas cuestiones ya no tienen nada que ver con las convicciones que
del entorno social en el que viven los fieles, explica Hagemann. Por lo tanto, la decisión de
irse ya no es «una gota que ha hecho rebosar el
barril, sino que hay un cubo entero encima».
Para Hagemann, el éxodo de antiguos miembros de la iglesia es
«teológicamente y prácticamente una catástrofe», porque
significa que la iglesia no hace justicia a su «misión
de dar a la gente un testimonio de Dios». Por lo tanto, según él, los
cambios son definitivamente necesarios en los grandes temas. Es decir, cree que la Iglesia debe adaptar sus enseñanzas no a lo que la Biblia, la Tradición y el Magisterio
indican, sino a lo que la mayoría social cree.
Al mismo tiempo, la Iglesia
debe seguir siendo un hogar para aquellos que representan una imagen más
conservadora de la Iglesia, concede el deán de Münster. aunque no explica cómo
pueden estar en una misma Iglesia aquellos que creen lo que la Iglesia ha
enseñado siempre y los que desean que se cambie prácticamente todo.
Él mismo, afirma, nunca se ha
planteado dejar la Iglesia, pero a veces se sorprende pensando en el tiempo que
le queda para jubilarse: «eso me da mucho miedo», dice
Hagemann.
Además de ser decano de la
catedral de San Pablo, Hagemann es párroco de St. Nikolaus en el barrio de
Wolbeck de Münster desde 2014. El 10 de mayo tiene la
intención de participar en la
campaña nacional #liebegewinnt y ofrecer un servicio de
bendición para parejas homosexuales en su iglesia, a
pesar de la prohibición de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Según declara, no lo hará por
razones estratégicas, por ejemplo para evitar que la gente abandone la iglesia.
Más bien, quiere dar públicamente «una imagen de lo
que es Dios: Dios ama a la gente, y en la bendición quiere estar cerca de la
gente», indica.
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