En un comunicado conjunto, las conferencias episcopales de Colombia y Venezuela expresaron su preocupación por el conflicto armado ocurrido en la frontera entre ambos países y que ha provocado decenas de muertes y el desplazamiento forzado de numerosas personas.
“Los obispos católicos de Venezuela y Colombia, en
profunda comunión fraterna de pastores de la Iglesia, manifestamos nuestra
preocupación por la situación que está afrontando un crecido número de hermanos
y hermanas de ambos países, a lo largo de la frontera que comparten, y
especialmente la que se extiende entre el estado venezolano de Apure y el
departamento colombiano de Arauca, por el desplazamiento transnacional que se
ha presentado por diversas causas y circunstancias”, señalaron los
obispos el 28 de abril.
Desde marzo del 2021 la frontera entre Venezuela y Colombia es escenario
de enfrentamientos entre el ejército venezolano y grupos presuntamente
disidentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El 28 de abril el ministro de Defensa de Venezuela, Vladimir Padrino, informó
de la muerte de ocho militares, elevando a 16 el número de bajas desde el
inicio del conflicto.
Como consecuencia de la violencia hay un desplazamiento masivo de
migrantes venezolanos a Arauca.
En el comunicado del 28 de abril, las conferencias episcopales de ambos
países resaltaron su preocupación por el “conflicto
armado que lamentablemente se está dando y cuyas consecuencias, además de poner
en peligro la paz y convivencia ciudadana, se hacen sentir en la población más
vulnerable”.
Señalaron que “es necesidad apremiante que
las autoridades de ambos países avancen hacia soluciones de fondo, eficaces,
dialogadas y concertadas, frente a la problemática que se vive a lo largo de la
frontera, siempre anteponiendo a cualquier otro interés el respeto de la
dignidad humana y de los derechos de las personas”.
Respecto a la situación específica que se vive en Apure y Arauca,
expresaron su “solidaridad y cercano acompañamiento
a las personas que han debido atravesar la frontera”. “Hacemos un llamado para
que se propicien las condiciones que permitan a las personas permanecer en su
territorio o regresar a él”, añadieron.
Los obispos también ratificaron su “solidaridad
con las diócesis de Arauca y Guasdualito”, y resaltaron el trabajo del
clero y los fieles en favor de quienes más sufren por esta situación.
“Invitamos a continuar las muestras de efectiva
solidaridad con estos hermanos y hermanas, recordando que el Papa Francisco ha
exhortado a toda la humanidad a acoger, proteger, promover e integrar a los
migrantes y desplazados, como una muestra concreta del empeño de todos para
lograr la fraternidad, la paz y el desarrollo integral de los pueblos”, comentaron.
En el comunicado, también reconocieron y agradecieron los esfuerzos de
diversas instituciones, organizaciones de ayuda humanitaria, de personas individuales,
de comunidades católicas y de otras confesiones “para
acompañar y asistir a los migrantes”.
“Renovamos el llamado a la comunidad internacional
a proseguir la tarea de unir esfuerzos y articular acciones en favor de las
poblaciones migrantes y desplazadas”, añadieron.
Al final de su mensaje, pidieron “que la luz
de Cristo resucitado ilumine este momento de nuestra historia y nos ilumine a
todos el camino que nos lleva a superar las dificultades”.
“Seguimos confiando a la intercesión de Nuestra
Madre del cielo, invocada por nuestros pueblos como Nuestra Señora de Coromoto
o como Virgen del Rosario de Chiquinquirá, para que todos, especialmente los
migrantes y desplazados, encuentren condiciones de vida digna y de desarrollo
humano integral”, concluyeron.
POR DIEGO LÓPEZ
MARINA | ACI Prensa
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