SUSANA DISEÑA Y VENDE BISUTERÍA, TRABAJA EN EL MUNDO DE LA MODA... Y AHORA LO COMPAGINA CON SU FE ALEGRE
En Contagiosos, la
serie de testimonios en vídeo que dirige Juan Manuel Cotelo,
financiados por muchos pequeños donantes, cuenta su historia (en 9 minutos) Susana, una empresaria y diseñadora de bisutería
y moda, que durante años buscó espiritualidad en la Nueva Era, que
quedó atrapada en el reiki y se liberó cuando encontró a Cristo en
un retiro de Emaús.
Ahora utiliza su amor al diseño
para evangelizar, envía frases inspiradoras de
Jesús y de la Biblia en
minibotellitas a sus clientes y anima a sus amigos y conocidos a rezar,
acercarse a Cristo y probar en retiros.
Las playas de Jávea y
las tiendas de ropa playera y bisutería neohippy son el marco visual de la historia de Susana,
que, alegre y extrovertida, tiene que hablar de la oscuridad que durante mucho
tiempo pesó sobre sus hombros.
Susana en su juventud
de New Age y preguntas espirituales
"Probé de todo, muchos libros de autoayuda,
meditaciones...", explica.
Pero lo que más le
dañó, dice, fue el reiki.
Se estaba separando, era un momento de especial vulnerabilidad, y conoció a "una persona encantadora que era maestra de
reiki".
REIKI: O SUPERSTICIÓN,
O INVOCACIÓN DE ESPÍRITUS
El reiki es una
técnica de la Nueva Era que dice
enseñar a fluir, o controlar una "energía"
supuestamente curadora. La ciencia no detecta esa energía (porque no
existe) y la Iglesia y los exorcistas consideran que es pecado
de superstición.
A partir de cierto nivel puede
ser peor, especialmente cuando el reikista
busca contactar con "maestros ascendidos", o "seres de
luz" que viven en "otra dimensión". Para la Iglesia eso es invocación de espíritus,
es decir, contactar con demonios,
que buscan engancharse a una persona que quiere poder sobrenatural pero
no acude a Dios. Muchos exorcistas
en las últimas décadas dicen que sus peores casos tienen
que ver con el practicante de reiki.
Susana no detalla todo esto, pero
sí dice que el horror en su vida empezó a partir de meterse en
profundidad en el reiki. Llegó
al tercer nivel, el que permite ser maestra de otros reikistas.
"Empezaron a pasarme
cosas que no me gustaban nada. Tenía pesadillas, tenía visiones,
estaba triste. Era una sensación de vacío, de que te
falta algo, y no entiendes qué te pasa. Y así todos los días, y cada
vez más y más. Yo
decía: ¡me estoy volviendo loca!"
Una amiga de mirada luminosa
Un día se reencontró con una
amiga que tenía una mirada especial, dulce, luminosa. "Oye,
Mer, yo quiero tener tu mirada", dijo ella. "Ay,
Susana, tienes que hacer un retiro", le
propuso ella, insistente y entusiasta. Y la invitó a un Retiro de Emaús, un
encuentro de amistad y oración de un fin de semana.
Susana tiene ahora la
mirada luminosa y alegre de quien ha encontrado un tesoro
Susana era reticente a ir al retiro.
"Que yo ya he ido a un colegio de monjas, y a otro de la
Obra, yo eso de rezar tanto... yo ya hago mi espiritualidad a mi manera."
Pero su amiga insistió: "yo te llamo y
tu vienes". Y así fue.
En el retiro ella proponía a
otras personas las cosas de espiritualidad New Age que conocía. Nadie le
predicó contra ellas en ese momento.
Pero dice que en ese encuentro
hubo un momento en que "el Señor me curó, me
limpió, me sanó". En un cuarto de hora decidió, sin que nadie se lo exigiera, sino
impulsada por Dios, dejar de lado toda la actividad de reiki y Nueva Era en la que estaba metida.
EL PODER DE LA
CONFESIÓN
Habla también del momento en que
pudo confesarse. "Me quedé nueva, limpia, pude respirar. Yo tenía
ansiedad, a veces me faltaba aire, no sabía por qué. La cabeza me pesaba, los
hombros me pesaban, era como si tuviera una mochila. Y ahora ya
no tenía esa mochila".
"Salí y dije:
he encontrado lo que quería, ya he
encontrado mi camino". Y desde entonces, lo propone a muchos otros:
"ese
retiro es un spa del alma, lo
recomiendo a todos,
pueden ir ateos, puede ir todo el mundo".
Anima a todos a acercarse a Dios
Los clientes y colegas a los que
durante años les recomendaba cursillos de reiki o Nueva Era, ahora les
recomienda retiros de Emaús, rezar el Rosario, hablar
con Dios, confesarse...
Con sus nuevas líneas de
bisutería regala pequeñas etiquetas
"con un mensaje de Jesusito". Suena a algo pequeño,
pero son palabras poderosas de Cristo que acompañan a un objeto hermoso -pulsera,
collar- que regala un ser querido. "Te llegan
al corazón", dice Susana.
"Voy a
rezar cada collar y voy a pensar en la persona", explica Susana, alegre por poder
hacer objetos hermosos y a la vez poder rezar y evangelizar con ellos.
P.J.G./ReL
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