«Nunca será una niña con el cuerpo sano que debería tener»
En el estado
canadiense de Columbia Británica, un padre ha sido condenado a seis meses de
prisión por hablar en público contra la administración de testosterona a su
hija de 15 años que sufre de disforia de género. El hombre ya fue arrestado en
marzo.
(InfoCatólica) Robert Hoogland no quiere aceptar que a su hija de 15 años le administren hormonas
masculinas para facilitar su
«cambio» de sexo. También se niega a llamarle «él» en vez de
«ella».
Su oposición ya ha tenido consecuencias: tras
ser arrestado, y posteriormente puesto en libertad, en el mes de marzo, ha sido
condenado a seis meses de prisión, aunque al ser la primera vez que comete un «delito»,
no tendrá que ir a la cárcel.
Un
tribunal dictaminó hace meses que Robert no podía oponerse al tratamiento hormonal de su
hija y además le prohibió hacer declaraciones públicas al respecto.
El quebranto de esa prohibición ha provocado la condena.
Desde los once años, la hija
se identificó como un niño y cambió su nombre a los doce, cuando comenzó la terapia hormonal con el apoyo de su madre, psicóloga y
endocrina.
Los jueces dictaminaron que la
no aceptación del cambio de sexo de la niña por parte del padre perjudicaba gravemente
la estabilidad emocional de la menor.
El padre ha insistido
constantemente en que su hija no es lo
suficientemente madura para tomar una decisión de esa naturaleza y piensa que si en un futuro cambiara de opinión
y se sintiera de nuevo mujer, le echaría en cara que no se hubiera opuesto a su
hormonación.
Robert Hoogland ha arremetido
también contra la escuela a la que va su hija porque la aleccionaron al «cambio» de sexo sin informarle ni pedir su
permiso.
Hoogland dijo en una entrevista:
«Tuve una
niña perfectamente sana, y esta niña perfectamente sana ha sido cambiada y
destruida sin ningún motivo. Nunca será una niña con el
cuerpo sano que debería tener. Siempre tendrá una voz más profunda. Tendrá
que afeitarse para siempre a causa de su barba. No podrá tener hijos».
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