No me hables de frío, si jamás navegaste en invierno.
No me
hables de miedo, si jamás enfrentaste marejadas en la oscuridad del mar.
No hables
de alegría si jamás volviste a casa tras meses de navegación.
No hables
de penas, si jamás tuviste que dejar a tu familia por la inmensidad del mar.
No hables
de belleza, si jamás navegaste bajo las estrellas.
No me hables de trabajo duro. si
jamás fuiste tripulante.
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