Durante mi martirio futuro, probablemente a manos de los defensores de los derechos, a manos de los que quieren abrir “nuevos espacios de libertad”, le pediré al verdugo cosas de este tipo:
Con un
poco menos de luz... ¿no le parece que crearíamos un
ambiente como más concentrado? No quiero decir nada, pero el público... ¿y si lo dividimos en dos grupos en el fondo?
Después,
esos estandartes... ustedes son neanarquistas, pero parece que eso sea
neomalgusto. Quítelos, quítelos. No lo dude: menos es
más.
Y cuando
me mate... haga esto y esto, de esta manera. Se alarga un poco, pero queda más
cinematográfico. Sufriré un poco más, pero ¿sabe? Solo
se muere una vez.
P. FORTEA
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