La compasión de Jesús es la misericordia.
Por: Michel Schooyans | Fuente:
www.religionenlibertad.com
UN TÉRMINO AMBIGUO
Cuando se habla de compasión, se piensa inmediatamente en el
sufrimiento del otro, en la situación trágica en la cual él se encuentra. Se
trata de comprenderlo, de "simpatizar" con
él, de compartir su desgracia y de llevarla con él. Esta situación de
desgracia, por cierto, ha y que tratar de aliviarla, de solucionarla en la
medida de lo posible. La palabra compasión connota
además la idea del compartir psicológico y afectivo del sufrimiento,
especialmente cuando este escapa a los controles médicos y otros. Cuando vamos a ver un enfermo canceroso en fase terminal, por
nuestra presencia, por una palabra, por un gesto de ternura, nosotros
expresamos como podemos la parte que tomamos en su sufrimiento y tratamos de
reconfortarlo.
Ahora bien, en las noticias concernientes a los cas os de
aborto, de eutanasia, de suicidio asistido, es frecuente que se invoque la
compasión para "justificar" el
acto que fue ejecutado o que va a serlo. Si, antes de su nacimiento, un niño es
declarado portador de una malformación grave, se hará valer que si se deja
continuar el embarazo, el niño tendrá una vida que no vale ser vivida; se
recomendará, por tanto, abortar por compasión, por piedad. Se comparte – se
dice – la pena que le causa su estado, pero la mejor forma de ayudarlo, la
única –se dice – efectivamente posible, es la de poner término a su vida. El
niño será matado por compasión.
Se acrecienta que nadie tiene el derecho de imponer a
una mujer de esperar un niño que será – se dice – para ella, para el padre,
para la familia, un "peso" insoportable.
Se invocará aquí la compasión hacia los padres. A seguir, se agrega que no se
puede imponer a la sociedad el peso de existencias cuyo mantenimiento es
costoso pero inútil; el discapacitado de nacimiento no aporta nada a la
sociedad. Se admitirá por tanto el aborto por compasión hacia la sociedad, que,
"a pesar suyo", debe resignarse a
suprimir uno de sus miembros. Se llegará algunas veces hasta a ver en este acto
un gesto de justicia social, de "purificación
étnica", de eugenismo.
La compasión podrá también dirigirse a los médicos
abortistas. Practicar un aborto es para ellos – se dice – una "decisión difícil de tomar" y un acto
que ellos solo ejecutan para obedecer a su conciencia. Por tanto hay que compadecerse
de los médicos que, por ejemplo "para el
bien" del niño o de su madre, toman "con
coraje" la decisión de proceder al aborto. Lejos de culparlos,
habrá que sostenerlos sicológicamente y moralmente, protegerlos por un
dispositivo legal apropiado.
Estos pocos ejemplos permiten percibir diferentes facetas de
lo que se agrupa hoy en día bajo una sola palabra ambigua: la compasión. Está en primer lugar la compasión en
el sentido habitual de simpatía, de conmiseración. Sin embargo, en
los diversos ejemplos citados, se observa que la compasión es invocada y se
ejerce de manera muy diferente según que ella hace una víctima, el niño no
nacido, o que se supone que ella alivia a la madre, legitima leyes o cauciona
la intervención de los médicos.
LA
COMPASIÓN HOY
Nosotros podemos discernir la verdadera y la falsa compasión
en hechos o en tomas de posición observables en el mundo hoy. Así aparecerán los estragos que la falsa
compasión está haciendo tanto a nivel de las personas como a nivel de las
sociedades humanas. Pasemos a ver pues algunos ejemplos.
1) En 1962, la Corte Criminal de Liège (Bélgica) fue llevada a
juzgar a una madre que, "por compasión",
había matado a su hijo. Durante su embarazo, esta madre había tomado Softenon,
conocido hoy en día bajo el nombre de Talidomida. El niño había nacido portador
de malformaciones graves. La madre decidió poner fin a la vida de su niño; lo
que efectivamente hizo. Al término de un proceso muy "mediatizado",
la mujer fue absuelta. Ella salió libre del tribunal, bajo los aplausos
nutridos del público.
2) Los animales se benefician cada vez más de la "compasión" de los hombres. En un film "documental" de Al Gore, Una verdad que
molesta, consagrado al recalentamiento climático, se ve una animación que
muestra un oso polar extenuado buscando desesperadamente un apoyo seguro para
salvarse la vida. El mensaje es claro: si el casquete polar se recalienta y se
funde, la razón debe ser buscada en el número excesivo de hombres q que
contaminan la tierra (1). Por tanto hay que controlar el crecimiento
demográfico de la humanidad, del cual se asegura que es la causa de la
degradación del medio ambiente. Además, la "compasión"
hacia los animales, la protección de la fauna, de la flora y de las
especies en vía de desaparición, requieren el respeto de cuotas que fijen el
número, e incluso la "calidad" de los hombres autorizados a
reproducirse. En una de sus variantes, esta posición recomienda a los hombres
tener "compasión" por Gaïa, la
Madre Tierra, que – adelantan – se degrada en razón de la acción devastadora
del hombre. El hombre debe ser sacrificado al medio ambiente (2).
3) En el curso de los últimos años surgieron varios casos
sonados de pedofilia. En EEUU, en México, en Irlanda y en otros países,
miembros del alto o del bajo clero estuvieron implicados en varios
procedimientos judiciales. En la mayor parte de esos casos, fue reprochado a
las autoridad es eclesiásticas el haber tratado de apagar estos casos. Tanto
tiempo como pudieron, esas autoridades aparentaron que nada, o muy poco, había
pasado. El motivo más frecuentemente invocado es el de la "compasión" hacia los autores de los
actos pedófilos. Se invoca la compasión para los pobres clérigos, que sufren ya
tanto de sus pulsiones, y que sus superiores no pueden aplastar públicamente ni
menos aún exponer a la condena infamante por las instancias judiciales
competentes. Si hay que proteger a los abortistas, ¿por
qué no habría que proteger a los pedófilos? Esta actitud recuerda el
Caso de Recife (Brasil), que alimentó la crónica en marzo-abril de 2009 (3). En
los dos casos, los casos de pedofilia y el de Recife, antes que manifestar la
compasión por las pequeñas víctimas inocentes, se invoca la "compasión" por los que les han hecho un
daño inmenso, médicos en Recife, clérigos en otras partes.
4) El 16 de noviembre de 2009, la prensa anunció un a iniciativa
de Ségolène Royal. Siempre muy mediatizada, la presidenta de la región
Poitou-Charente (Francia) anunció la distribución de "paquetes
anti conceptivos" (4). Esos kits anticonceptivos contienen en
particular preservativos y "chequeos
contraception". El objetivo de Ségolène Royal, es de "venir en ayuda del desamparo de los alumnos", de
reducir el desamparo malestar social que representan los "embarazos precoces". Luego de haber
incitado al consumo sexual al adjuntar preservativos en el kit anticonceptivo,
Ségolène Royal recuerda la existencia de una "circular
que ya prevé la anticoncepción del día después". Aquí también, los
adolescentes y los niños no nacidos corren el riesgo de pagar el costo de la
pseudo-compasión.
5) Se asiste hoy en día a un cuestionamiento radical del
matrimonio y de la familia. Los cristianos piden a la Iglesia autorizar el
divorcio o permitir que los divorciados "se
vuelvan a casar". Algunos van más lejos ya que piden que la Iglesia
reconozca las uniones homosexuales, con o sin adopción de niños. Estas
reivindicaciones se hacen todas en nombre de la "compasión".
La Iglesia se equivocaría en mostrarse intransigente sobre estas
cuestiones; ella no tendría piedad por los esposos injustamente abandonados por
su cónyuge ni por los niños de la pareja divorciada. Ella ignoraría la
tendencia homosexual inscrita en la constitución de algunos hombres o de
algunas mujeres. Aquí también se hace llamado a la "compasión".
Pero ¿cuál compasión?
Interpelado sobre la cuestión del matrimonio y del divorcio,
Jesús reafirma con fuerza el designio de Dios desde los orígenes: el matrimonio
querido por Dios es monógamo, fiel, indisoluble (5). Jesús restaura el
matrimonio tal como era según el corazón de Dios en el momento de la creación
(6). Él no hace ninguna concesión concerniente al matrimonio tal como Dios lo quiso.
Los apóstoles se sorprenden incluso de este rigor de Jesús (7). Como algunos lo
hacen hoy en día, ellos esperaban de Jesús una compasión rebajada, una
tolerancia en cierta forma, frente a la Ley, frente a la voluntad claramente
enunciada por el creador desde los orígenes. La justificación, la santificación
aparecen aquí como una vuelta al principio, una recreación pasando por la
conversión del corazón. Lo que Jesús resalta, es la igual dignidad del hombre y
de la mujer. El hombre no puede reivindicar un "derecho"
cualquiera a repudiar a su mujer. Lo que revela Jesús, es la fuerza de
Dios que obra en el matrimonio. Es Dios quien une. La compasión no puede
expresarse en el rechazo de la fuerza divina siempre en obra en el matrimonio.
En compensación, la compasión de Dios se expresa en el perdón que Jesús propone
a los y las que han cometido adulterio, se prostituyeron o que practicaron la
homosexualidad (8). La compasión de Jesús no es de ninguna manera una
aprobación del pecado; es una invitación a acoger el perdón y a volver al
camino recto. La compasión de Jesús, es la misericordia (9).
6) Binding (1841-1920), jurista, y Hoche (1865-1943), médico,
publicaron en 1920 una obra muy poco conocida y que sin embargo fue una de las
más influyentes en el curso del siglo XX. Los autores explican que hay que "liberalizar la destrucción de una vida que no
merece ser vivida" (10). Es el título de esta obra, donde se
encuentra formulado y justificado el programa de eutanasia que será aplicado
algunos años más tarde por Hitler. Como habitualmente, la argumentación da la
impresión de estar impregnada de compasión. Hay, se asegura, categorías de
individuo s cuya vida no merece la protección penal. Su vida no tiene valor. La
eutanasia les ahorrará vivir una vida que no es digna de ser vivida. A estos
individuos, hay que hacerles la eutanasia por su propio bien. Pero también hay
que aplicarles la eutanasia por el bien de la sociedad: estos seres son no
solamente sin valor, sino que son una carga para todos los que son útiles a la
sociedad. La "compasión" hacia la
sociedad debe ser invocada tanto como la "compasión
" hacia estos seres que beben ser liberados de su falta total de
valor y de utilidad. Ahora bien, detrás de esas consideraciones aparentemente
enternecedoras s e esconden consideraciones pseudo-científicas de fuertes
connotaciones eugenésicas y racistas. La compasión es aquí manipulada en
beneficio de un programa político que es la negación misma de la compasión.
7) En el Affaire de Recife (11), pudimos observar u n caso
flagrante de compasión mentirosa. En resumen, había que demostrar compasión
hacia los médicos que habían practicado un doble aborto directo. Había que
ahogar este caso como se ahogan otros (12). Ahora bien, la literatura médica
informa situaciones semejantes a la vivida por "Carmen",
la niña de Recife, pero donde la verdadera compasión fue expresada hacia
las muy jóvenes madres y sus hijos. La prensa médica ya refería, en 1959, sobre
la existencia de una treintena de casos conocidos de embarazos muy precoces,
con frecuencia antes de la edad de 12 años. El caso más conocido es el de una
pequeña peruana, Lina Medina, nacida en 1933, que tuvo su primera menstruación
a la edad de 8 meses (sic) y que se quedó embarazada a la edad de 5 años (sic).
A la edad de 5 años y 8 meses, ella dio a luz un varó n, Geraldo, que, en 1954,
tenía 15 años mientras que la mamá tenía 20 años. Les médicos habían
diagnosticado, en la mamá, una pubertad precoz constitucional, no patológica.
Lo que es remarcable en la historia de Lina Medina, es
precisamente que son los médicos quienes constataron que el embarazo de la niña
no tenía nada de patológico. La eventualidad de un aborto no fue nunca
considerada. Los médicos dieron al contrario prueba de compasión ver dadera
hacia la madre y hacia su hijo. Notemos que de las últimas noticias, la madre
vive en la periferia de Lima, en Perú. Hasta el presente, la madre nunca reveló
el nombre del padre de su hijo. Este murió en 1979 a la edad de 40 años (13).
El artículo publicado por "La
Presse Médicale", en su edición del 13 de mayo de 1939, precisa que
el parto, por operación cesare a, fue realizado por el Dr. Geraldo Lozada. El
breve artículo del 13 de mayo subraya que "La
pequeña Lina está rodeada de cuidados minuciosos. Un Comité de Damas se
constituyó para asegurar para ahora y para el fu turo los cuidados y las
condiciones materiales de la vida de la pequeña mamá y del futuro bebé."
El artículo del 31 de mayo de 1939, debido también al Dr.
Escobel, llama este también a la compasión: "Se
espera que el Estado, y el Hogar de la Madre, van a proteger a esta pobre niña,
que creo en todos los corazones un movimiento de simpatía y de piedad, tanto
aunque su pequeño nació el mismo día en que la nación peruana celebraba la
Fiesta de la Madre."
8) En razón de su gravedad, el sida es también una enfermedad
que incita a la compasión. Establecimientos públicos o privados se
especializaron en la prevención y/o el tratamiento de esta enfermedad. Centros
de acogida y de cuidados fueron fundados para acoger, cuidar y acompañar hasta
el fin a las personas afectadas por ese mal. Congregaciones religiosas,
especializadas en los cuidados de salud, adaptaron sus programas a las
situaciones nuevas creadas por la expansión de esta pandemia. El ejemplo de la
Beata Madre Teresa de Calcuta hizo escuela. Sin embargo, no todos están
inspirados en la compasión ejemplar de Madre Teresa.
En marzo de 2009, en el avión que lo conducía a África, el
Papa Benedicto XVI se hizo atacar por periodistas porque había osado declarar
que el preservativo no era verdaderamente la solución al problema. Siempre
lista a enriquecer la colección de las "historias
belgas", la Cámara de los Representantes, incluyendo a diversos
mandatarios "cristianos", condenó
las palabras "irresponsables" e "inaceptables" del Papa. ¡Por poco los honorables diputados no pidieron una
reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU! A Dios gracias,
el Senado belga no siguió a la Cámara de los Representantes en su delirio
anticristiano.
Pero esta misma Cámara habría podido reivindicar la caución
de algunos eminentes eclesiásticos. Entre ellos, cardinales mu y mediatizados, cuyos
nombres son bien conocidos, recomendaron curiosamente el uso del preservativo
presentando a este como un mal menor, para evitar el mal mayor, siendo este el
peligro de contagio mortal en caso d el no recurso a esta precaución. El motivo
invocado es pues la compasión.
La argumentación se desarrolla habitualmente como sigue: siendo la pulsión sexual irresistible e incontrolable, el
uso del preservativo es el único medio eficaz de evitar el sida. Hace
falta poco para que algunos "moralistas" lleguen
hasta invocar el V mandamiento de Dios, "¡No
matarás!", ¡para presentar el uso del preservativo como una obligación
moral! Otros moralistas o pastores desarrollan una variante de esta
argumentación: ellos enseñan a pecar sin riesgo.
En el caso del sida, la compasión es pues invocada a
dos títulos diferentes. Por supuesto, la compasión se dirige en primer lugar a
los enfermos afectados por esta terrible enfermedad. Como para todos los que
sufren enfermedades muy graves, hay que velar para que sus sufrimientos sean
aliviados, para que reciban los cuidados de higiene de los que ellos tienen
necesidad; hay que decirles palabras de ternura:
decirles la ternura de los hombres, pero también la ternura de Dios. Pero
en el caso que nos ocupa, la compasión es también invocada de manera mentirosa:
el preservativo se impone – se insinúa – en razón
de que las pasiones de los hombres son incontrolables y que carecen de libertad
frente a las pulsiones que los asaltan.
No es nuestra intención retomar aquí las discusiones sobre el
sida, sus causas, su tratamiento, etc. Tampoco queremos explicar de nuevo las
dos finalidades, procreadora y unitiva, de la unión matrimonial. Dos
constataciones deberían hacer reflexionar a los celadores de la falsa
compasión. Recordemos en primer lugar que es suficiente con consultar las
revistas de consumidores para aprender que los preservativos no son fiables un
100%. Si no es seguro un 100% para la anticoncepción, ¿por qué lo sería para impedir la
transmisión del sida?
Pero hay otro aspecto del problema, ampliamente des conocido
por muchos eminentes pastores-teólogos. Es lo que los economistas llaman el
efecto rebote. La imagen de la pelota que rebota es en efecto sugestivo: al
término de una primera parábola, ella toca el suelo, pero es p ara repartir
enseguida, hacia lo alto y más lejos. Dos ejemplos familiares harán comprender
de lo que se trata. La llegada de las lámparas económicas fue saludada con
entusiasmo: una lámpara económica de 11 watts da tanta luz como una lámpara
clásica de 60 watts. Podríamos exclamar: "¡Qué
economía!". Ahora bien, se observa que en razón misma del bajo
consumo y de sus lámparas, las personas tienden a iluminar mejor sus casas
multiplicando las lámparas y aumentando el número de horas de iluminación. Las
lámparas económicas compensan así las economías que se suponía que ellas iban a
provocar; ellas pueden incluso llevar a un aumento del consumo.
Otro ejemplo: algunos
automóviles, antes equipados de un motor de mayor consumo de combustible, están
hoy día equipadas de motores particularmente sobrios. Aquí también, las
personas se dicen: "¡Qué economía!". Pero
como el automóvil consume, digamos, 5 litros de gasolina en lugar de los 8
litros del automóvil precedente, las personas encuentran que andar en auto se
volvió menos caro y andarán más de lo que lo hacían con el auto anterior. Se
anda más con un automóvil que consume menos. De ello resulta que la economía
realizada por el motor de la nueva generación es compensada por un aumento del
número de kilómetros andados y con frecuencia por el aumento de la velocidad a
la cual se tenía la costumbre de conducir.
Un tercer ejemplo del rebote es señalado por Jacques
Suaudeau. Cuando llevar el cinturón de seguridad se hizo obligatorio en
Inglaterra, se constató con sorpresa que el número de accidentes y de víctimas
había aumentado. Un estudio atento reveló que los automovilistas creían
encontrar una mayor seguridad al llevar colocado el cinturón de seguridad. Pero
ellos tomaban más riesgos, manejaban más rápido que antes. El beneficio que se
esperaba por llevar el cinturón de seguridad fue compensado por las tomas de
riesgo aumentadas.
El fenómeno de rebote se observa también en la utilización
del preservativo y en la incidencia de esta utilización sobre la extensión de
la enfermedad. Los eminentes moralistas deberían tener cuenta de este fenómeno.
Le matraqueo mediático incitando a recurrir al preservativo para limitar la
expansión del sida tiene un efecto perverso: el
preservativo da un sentimiento falso de seguridad.
Al recurrir a él, los usuarios tienden a compensar el riesgo
disminuido por el preservativo multiplicando las relaciones azarosas más de lo
que lo hacían habitualmente, variando las parejas, variando las relaciones y
teniendo las primeras relaciones sexuales cada vez más temprano.
Remarquemos que es lo que explicó el Dr. Edward C. Green el
19 de marzo de 2009, luego del linchamiento mediático del que el Papa fue
objeto en ocasión de su viaje a África:
"Nuestros mejores estudios [...] ponen en evidencia una
asociación constante entre una mayor disponibilidad y un mayor uso de
preservativos y una tasa más elevada (no más baja) de tasa de infección por
HIV. Ello puede ser debido en parte a un fenómeno conocido como compensación
del riesgo (el resaltado es nuestro, MS), lo que significa que cuando se
utiliza una ‘tecnología’ que reduce el riesgo, como los preservativos, se
pierde con frecuencia el beneficio (la reducción del riesgo) ‘compensando’ o
tomando mayores riesgos que los que se tomarían sin la tecnología que reduce el
riesgo."(15)
He aquí también, a propósito del sida, un ejemplo remarcable
de "compasión" mentirosa y
violenta. Mentirosa porque reposa sobre aseveraciones de las cuales alguien un
poco informado puede desenmascarar la falsedad. Violenta, porque en nombre de
premisas falsas se empuja objetivamente a tomar el riesgo de morir y de dar la
muerte.
9) ¿Se puede dar la comunión a
parlamentarios que s e declaran públicamente en favor del aborto? A esta
cuestión, algunos pasto res dieron prácticamente o teóricamente una respuesta
afirmativa. Haría falta, se dice, tener compasión por los parlamentarios,
desgarrados interiormente. Como cristianos, dicen ellos, ellos se oponen por
cierto al aborto; pero en el momento del debate parlamentario, ellos votan por
su legalización. Estos representantes, se dice, viven un drama de conciencia y
no se debería rechazarlos si ellos se presentan para recibir la Santa Comunión.
Situaciones análoga s se presentan, por ejemplo, para los médicos abortistas
notorios, para los magistrados, los responsables políticos, etc. Todos tendrían
necesidad de conforto espiritual y deberían poder aproximarse a la Santa Mesa.
Algunas tomas de posición recientes muestran que la Iglesia
no puede aprobar esta pseudocompasión. Pongamos en evidencia dos de ellas.
a. En noviembre de 2009, Juan Antonio Martínez Camino, jesuita,
obispo auxiliar de Madrid y Secretario general de la Conferencia episcopal
española, recuerda que al aprobar y al votar una ley en favor del aborto, los
bautizados se colocan objetivamente en estado de pecado mortal (16). Los que
promueven tales leyes pecan públicamente y no pueden ser admitidos a la Santa
Mesa. Para estar seguro de haber sido bien escuchado, el obispo auxiliar de
Madrid agrega que el que afirma que es legítimo quitar la vida a un ser humano
inocente cae en la herejía e incurre en la excomunión "latae
sententiae" (17). El 27 de noviembre de 2009, la Asamblea plenaria
de la Conferencia Episcopal Española publicó una declaración según la cual los
políticos que votan una proposición de ley liberalizando el aborto en España se
colocan ellos mismos en "un estado de pecado
objetivo, y si esta situación se prolonga, ellos no pueden ser admitidos a la
Santa Comunión." (18)
b. El domingo 22 de noviembre de 2009 (19), Patrick Kennedy,
miembro demócrata de la Cámara de los Representantes de los EEUU, anuncia que
el obispo de Providence, Thomas J. Tobin, le pidió abstenerse de recibir la
Santa Comunión e invitó a los sacerdotes de su diócesis a no dársela. Hay que
recordar que algún tiempo antes de esta prohibición, el Congresista Patrick
Kennedy declaró públicamente su oposición a la enseñanza de la Iglesia sobre el
respeto de la vida.
10) Las trampas de la compasión que examinamos fueron objeto de
varias declaraciones de la más alta importancia de la parte de Su Excelencia
Mons. Raymond L. Burke, Prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura
Apostólica y Arzobispo Emérito de Saint Louis MO, en los EEUU. Nos limitaremos
a presentar tres de estos documentos. a. El viernes 3 de mayo de 2009, el
Arzobispo Burke pronunció el discurso principal del "Almuerzo
y Oración" reuniendo católicos rezando por la nación americana.
Este discurso tiene por título Las enseñanzas de la Iglesia católica. El
Prefecto allí analiza las prácticas hostiles a la vida, al matrimonio y a la
familia.
Denunciando la falsa compasión en la acción de los poderes
públicos, el Arzobispo subraya que los ataques contra la vida, el matrimonio y
la familia ruinan los fundamentos sobre los cuales está construida la nación
americana y las naciones apegadas a esos mismos fundamentos. Él alerta a los
católicos – sean ellos médicos, hombres políticos, hombres de negocios, etc. –
a respetar la ley natural y la ley divina, que están en el corazón de la
enseñanza de la Iglesia. El Arzobispo invita a la oración, al ayuno, a la
confesión, a la Santa Comunión para que el Señor ilumine a los líderes. Una
atención especial debe ser reservada, en las universidades y las instituciones
de educación católica, a la juventud. Esta debe ser preparada a reconocer que
allí donde Dios es rechazado, la secularización y el relativismo abren el
camino a leyes y a programas políticos inmorales. Al contrario, hay que acuciar
a los legisladores y a los electores a corregir las leyes gravemente injustas.
En fin, "que un doctorado
honoris causa haya sido conferido por Notre-Dame University a un Presidente que
promueve agresivamente una agenda anti-vida y anti-familia es fuente del mayor
escándalo.".
b. El 18 de septiembre de 2009, el Arzobispo Burke tomaba la
palabra en la XIV Cena anual del Partenariato organizado por "Inside Catholic" (21). Este discurso
fue publicado bajo forma de artículo en Crisis Magazine, de fecha de 26 de
septiembre de 2009. Tiene como título "Reflexiones
sobre la Lucha para Adelantar la Cultura de la Vida."
El Arzobispo nos ofrece aquí un discurso de una fuerza
excepcional. He aquí, citados libremente, algunas ideas fuerza de este
discurso:
"Es imposible ser católico practicante, alguien que
sostiene en su conducta el derecho al aborto o el derecho al matrimonio de
personas del mismo sexo. Debemos reconocer el escándalo dado por los cristianos
que omiten hacer respetar la ley moral natural en la vida pública. Esta omisión
engendra la confusión e induce a error a todos los ciudadanos. Por nuestras
acciones y nuestras omisiones, no podemos conducir a los hombres y a las
mujeres a hacer el mal y a pecar, así como a dañar gravemente a los hermanos, a
las hermanas, a la nación. Nuestro Señor fue inequívoco en su condena de los
que, por sus acciones, provocarían un verdadero escándalo, es decir que
hundirían a los otros en la confusión o los conducirían a pecar (22). Es por
ello que la disciplina de la Iglesia prohíbe dar la Santa Comunión y dar
funerales religiosos a los que persisten, luego de haber sido amonestados, en
violar gravemente la ley divina (23). Ciertamente, la Iglesia confía cada alma
a la misericordia de Dios [...], pero ello no la dispensa de proclamar la
verdad de la ley divina. Cuando alguien ha públicamente adherido y cooperado en
actos culpables, [...] su arrepentimiento de tales acciones debe este también
ser público."
Llamando las cosas por su nombre, el Arzobispo Burke no duda
en ir al fondo del problema: "Se ve la mano
del Padre de la Mentira actuando en la poca atención dada a la situación de
escándalo, o en el hecho que son ridiculizados o incluso censurados los que
sienten el escándalo."
c. El 29 de septiembre de 2009, el Arzobispo Burke intervenía
para tomar la defensa de los militantes pro-life que protestaban contra el
escándalo de los funerales grandiosos y muy mediatizados celebrados para el
Senador Ted Kennedy (24). Este senador "católico"
se había con frecuencia distinguido por sus posiciones inaceptables en
materia del respeto de la vida y de la familia. Algunos católicos, compadecidos
por el Senador, habían agredido vivamente a los militantes pro-vida y
pro-familia, acusándolos entre otras cosas de quebrar la unidad de la Iglesia.
La puesta a punto del Arzobispo no tuvo que hacerse esperar: "Una de las ironías de la situación presente es que
alguien que siente el escándalo frente a acciones públicas, gravemente
culpables, de otro católico es acusado de faltar de caridad y de causar una
división en la unidad la Iglesia”.
"En una sociedad donde el pensamiento está gobernad o
por la ‘tiranía del relativismo’, y en la cual lo políticamente correcto y el
respeto humano son los últimos criterios de lo que se debe hacer o de lo que se
debe evitar, la idea de inducir a alguien a un error moral tiene poco sentido.
[...] Lo que causa admiración en una sociedad semejante, es el hecho que en
ella hay quienes omiten de observar lo políticamente correcto, y que, por ello
mismo, parecen perturbar la así llamada paz de la sociedad. Sin embargo, mentir
u omitir de decir la verdad no es jamás un signo de caridad."
UNA
CUESTIÓN INEVITABLE
La pseudo-compasión, con frecuencia invocada en favor de
otros actos en sí malos, como el aborto, conduce por tanto al escándalo; ella
invita a los otros a pecar gravemente. El escándalo, es la primera cosa a evitar (25). La pseudo-
compasión conduce también a la herejía, al desgarro en la Iglesia, ya que ella
incita a los fieles a separarse de un punto no negociable de la doctrina de la
Iglesia: el deber de respectar la vida inocente. La pseudo-compasión refuerza
la deriva hacia la "tiranía del
relativismo", que se observa en algunos pastores y/o teólogos.
Finalmente, la pseudo-compasión podría conducir a una
situación en la cual la doctrina de la Iglesia y la moral natural resultarían
de un procedimiento consensual y se formularían en compromisos.
Algunos, abusados por la pseudo-compasión hacia los que pecan
públicamente contra la vida, estiman que la Iglesia es, sobre es tas
cuestiones, muy severa. La Iglesia, en efecto, no se muerde la lengua: "Los excomulgados y los que están en entredicho
[...] y los que persisten con obstinación en un pecado grave y manifiesto, no
serán admitidos a la santa comunión." (26) Ahora bien si se
recuerda el carácter mentiroso y violento de la pseudo-compasión, se observará
enseguida que esta severidad es solo aparente, que ella es incluso una alta
expresión de la caridad. Ella es un llamado urgente al cambio de vida. La
negación de dar la comunión por las razones que hemos recordado no es sino que
la expresión del amor de la Iglesia por los más débiles, y la invitación al
arrepentimiento dirigido a los que corren el riesgo de quedar encadenados en
sus pecados, y de encadenar allí a los otros.
Resta una cuestión delicada pero inevitable. Ya que, en las
condiciones recordadas, la Santa Comunión debe ser negada a un laico ¿el código de derecho canónico prevé medidas de
suspensión, al doble motivo de escándalo y de herejía, para los clérigos que manifiestan
públicamente su pseudo- compasión por los abortistas?
Louvain-la-Neuve, Enero 2010
__________
(1) "Le Monde" del 19 de noviembre de 2009 titulaba
en cabecera y en la primera página: "El peso de la natalidad amenazaría el
clima". La continuación de este artículo debido a Grégoire Allix, aparece
e n la p. 4 bajo el título "Limitar los nacimientos, ¿un remedio al
peligro climático? Las Naciones Unidas llaman a tomar en cuenta la cuestión
demográfica en ocasión de la cumbre de Copenhague."
(2) Cf. a este respecto nuestra obra "La face caché e de
l’ONU", pp. 61-70; este capítulo está titulado: "La Carta de la
tierra y el imperativo ecológico". Ver lo que escribe San Pablo a este
respecto, Rm 8, 18-22.
(3) Así como se lo recuerda, una niña de 9 años, "C
armen", violada por su padrastro, se encontró embarazada de gemelas. A
pesar de los llamados a la compasión lanzados por Dom José Cardoso Sobrinho
(entonces Arzobispo de Recife) y de sus colaboradores, esta niña fue sometida a
un doble aborto, bajo la presión entre otras de movimientos feministas
radicales. Curiosamente, Dom Cardoso fue desacreditado por un dignatario
eclesiástico romano, que intentó hacer valer que los que querían proteger a las
gemelas tuvieron falta de "compasión" hacia los médicos abortistas,
"que habían debido tomar una decisión difícil".
(4) Ver a este respecto "La Libre Belgique" del 14
de noviembre de 2009 y "Le Monde" del 16 de noviembre de 2009.
(5) Cf. Mt 19, 1-9; Mc 10, 1-12; Lc 16, 18.
(6) Cf. en particular Gn. 1, 28; 2, 18-24; cf. Jn 1 , 1.
(7) Cf. Mt 19, 10.
(8) Cf. Gn 19, 1-29; Rm 1.
(9) Cf. Lc 7, 36-50, donde la escena pasa en lo de un
fariseo; 15, 3-32; 19, 1- 10; 23, 40-43.
(10) En colaboración con Klaudia Schank, nosotros t raducimos
y presentamos esta obra: "Euthanasie: Le dossier Binding et Hoche .
Traduction de l'allemand, présentation et analyse de 'Libéraliser la destruct
ion d'une vie qui ne vaut pas d'être vécue'. Texto integral de la obra
publicada en 1922 en Leipzig", Paris, Éd. Le Sarment-Fayard, 2002, 138 pp.
ISBN: 2-866-79 329-3.
(11) Cf. más arriba, n° 3.
(12) Ver más arriba, en el nº 3, los casos de pedofilia.
(13) Ver a este respecto "La plus jeune mère du mon
de", breve artículo en "La Presse Médicale", Paris, 13 de mayo
de 1939, p. 744 ; ver también la carta del Dr. Edmundo Escobel (Lima), "La
plus jeune mère du monde", en "La Presse Médicale", Paris, 31 de
mayo de 1939, p. 875. Este caso está también relatado en la obra de Rodolfo
Pasqualini, "Endocrinología", Buenos Aires, Ediciones El Ateneo,
1959. Ver especialmente las pp. 684-686. Pa squalini cita el artículo de
Escobel en la p. 686
(14) Voir Jacques Suaudeau, article "Sexualité sans
risques", pp. 905-926 du "Lexique des termes ambigus et
controversés", du Conseil Pontifical pour la Famille, publié chez Téqui,
Paris, 2005.
(15) Edward C. Green es director del AIDS
Preventio n Project en el Harvard Center for Population and Development
Studies. El t exto que citamos se encuentra en
http://www.lifesitenews.com/ del 19 de marzo de 2009. Se encuentran en este
sitio otras informaciones.
(16) Fuente: http://www.elmundo.es/, despacho del 1 2 de
noviembre de 2009. Ver también http://www.sectorcatolico.com/, despacho del 30
de diciembre de 2009.
(17) Cf. Código de Derecho canónico, 751; 1364, § 1 ; 1398.
(18) Cf. http://www.lifesitenews.com/, 27 de noviembre de
2009. La posición exenta de ambigüedad reafirmada por la Conferencia Episcopal
Española (CEE) por su Secretario general S. E. Mons. Martínez Camino, fue
también reafirmada por Isidoro Catela Marcos, Director de la Oficina de
Información de la CEE. Ver la página web ACI Prensa http://www.aci prensa.com/,
despacho del 4 de enero de 2010, que reenvía ella misma a http://www.conferenciaepiscopal.es
(19) Ver el sitio de "The Providence Journal" http:
//www.projo.com/ del 23 de noviembre de 2009, el artículo de John Mulligam,
"Kennedy: Barred from Communion", y los links mencionados.
(20) El texto completo se encuentra sobre http://ww
w.lifesitenews.com/ > del 8 de mayo de 2009.
(21) El texto fue publicado en el sitio internet ht
tp://insidecatholic.com y está datado el 26 de septiembre de 2009.
(22) Cf. Lc 17, 1-2.
(23) Código de Derecho Canónico, 915; 1184, § 1, 3 °.
(24) Cf. el artículo de John-Henry Westen, ‘A
Vatic an Archbishop: Kennedy Funeral Critics Not Hurting Unity but Helping
Churc h’, en LifeSiteNews.com, 29 de septiembre de 2009. Las citaciones provienen de
este artículo.
(25) Lc 17, 1 s. (26) Cf. Canon 915.
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