La hermana Nathalia tiene una cuenta en Tik Tok en la que frecuentemente invita a la oración y donde también hace pequeñas catequesis para jóvenes.
Y en una de estas ocasiones en
que invitaba a rezar frente al Sagrario, alguien le respondió: «jajaja ante una lata». Pero la hermana como todo un
apóstol de la actualidad, supo dar una respuesta
¡genial! Te invito a verla:
EL APÓSTOL ESTÁ LLAMADO A CENTRARSE EN LO MÁS
IMPORTANTE: EL AMOR
La hermana Nathalia pudo haber
respondido categóricamente al comentario o simplemente ignorarlo. Pero no lo
hizo, frente a lo acontecido, su vocación constante para evangelizar le hizo ver
una gran oportunidad para enseñar e invitar a conocer el amor de Dios.
«Eso que llamas
lata, se llama sagrario… dentro tiene un gran tesoro: Jesús Eucaristía. Un Dios
vivo que es amigo… aunque tú no creas en Él, Él sí cree en ti, espera mucho de
ti y te ama con locura».
Cuando la escuché, solo dije: ¡Woooow no hay mejor respuesta! Esta hermanita se
centró en lo más importante de todo, que allí está Jesús, quien es capaz de
amar con locura, su amor no es cualquier amor, es un amor que rompe
con la razón humana.
¿Te imaginas
cómo puede llegar a amarte Dios? Su amor está lleno de ternura, de comprensión, de respeto y de
aceptación. Jesús nos da una super oportunidad de ser nosotros mismos, sin
tener que fingir nada, ¡simplemente fantástico!
¿Quién no quiere un amor leal y verdadero?
¡DIOS ESTÁ ESPERÁNDOTE, SE MUERE DE AMOR POR TI!
¿Te imaginas que
te digan que ese amor loco que tanto has buscado por todas partes (y que sigues
anhelando), está esperándote en un lugar cercano?, ¿no te dan ganas de
preguntar dónde? Lo más normal es que inmediatamente el corazón se acelere pensando en
que por fin va a encontrar lo que tanto ha deseado.
La hermana Natalia nos
recuerda a todos que no tenemos que ir tan lejos. Ese amor tan
grande, tan hermoso, tan loco, tan anhelado… ¡está en el sagrario! ¿Pero cómo que está en un Sagrario?
¡Sí! y no solo está allí, sino
que además (toma aire porque lo que sigue es emocionante) ¡Te está esperando a ti porque también anhela estar
contigo! ¡Sí, a ti que me estás leyendo en este instante!
EL APÓSTOL VE EN TODO UNA OPORTUNIDAD PARA
EVANGELIZAR
Luego de que se está allí con
Jesús, sumergidos en ese amor que locamente transforma la existencia, el
corazón se siente inmediatamente llamado. Es así como nace el apostolado, tú o
yo no nos hacemos apóstoles si no es con el encuentro personal e íntimo con el
Amado.
Nuestro corazón ha buscado
incesantemente el amor verdadero, comprensivo, serio, respetuoso, etc… y por
fin lo encuentra, se siente rodeado por ese amor y
transformado por ese ardor profundo.
¿Serías capaz de
guardarte ese amor solo para ti? Si la respuesta es un «sí», mi
querido amigo, te falta estar un poquito más íntimamente con el Amor, pues
quien se siente amado, no sabe otra cosa, sino amar, dar y compartir.
El amor recibido de Dios, es tan
pero tan inmenso que desborda el corazón de los hombres y simplemente la
persona no es capaz de contenerlo para sí. Hay que ir más allá, llevarlo,
comunicarlo, salir al mundo a anunciar que hemos encontrado al amor, ese que todos buscan sin saber por qué y que
muchas veces no lo encuentran.
AMAR ES LA MISIÓN DEL APÓSTOL
Y me dirás: ¿vale la pena ir a evangelizar en medio de tantas contradicciones y hasta
persecuciones?
Y la respuesta es no, no vale la pena, ¡vale
la vida misma! Tú también puedes descubrir qué tipo de
evangelizador eres.
Si no lo hacemos por temor,
vergüenza, por lo que sea… sencillamente, perdemos nuestro sentido de vida. Un amor que coarta la libertad, que no respeta, que no escucha, que no
ama con locura, no es un amor verdadero.
El amor que buscamos y
anhelamos es el amor que nos hace ser apóstoles del Evangelio. Finalmente, ¿quieres sentir ese amor que arde en el alma y que
desborda la existencia? ¡Ve al sagrario por favor!
Sé que no saldrás defraudado,
Jesús te espera, y lo más genial es que allí, en la oración, te encontrarás con
que no estás solo. En algún lugar del mundo hay otra persona que también está
frente al sagrario, queriendo ser apóstol y orando por los que buscan a Jesús,
es decir, orando por ti.
¿No te parece
increíble? ¡Esto es amar con locura! Y no sé tú, pero yo quiero que me amen sin peros, que me acepten tal y
como soy y que me den la confianza de que ese amor, es eterno. ¡Nos vemos en la oración!
Escrito por Mauricio Montoya
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