Vivimos en una época en la que hay una tremenda crisis de confianza: en medio de un océano de mensajes, que a veces son contradictorios.
Por: Redacción | Fuente: Centro Pastoral FIDEI
A todos nos gustan las relaciones: de pareja, de
amigos, de familia, etc. En las relaciones humanas damos pasos de fe
todo el tiempo: creemos en lo que nos dicen las personas a las
que amamos y actuamos con base en eso, por ejemplo, si un amigo muy querido nos
dice que visitó una ciudad que no conocemos y nos cuenta con emoción todos los detalles,
nuestra primera reacción es creerle sin necesidad de que nos muestre “evidencias”, nos basta el cariño. Por otro lado, cuando una relación es débil o está rota es muy difícil confiar.
Vivimos en una época en la que hay una tremenda crisis de confianza:
en medio de un océano de mensajes, que a veces son contradictorios,
necesitamos saber en qué o en quién depositar nuestra confianza. Dicen por ahí
que los extremos son viciosos, y en este sentido valdría la pena huir de dos
caminos extremos frecuentes: Aceptar solo lo que
podemos verificar empírica y racionalmente (escepticismo) porque entonces
dejaríamos de tener una vida humana; y el otro extremo es creer todo
(credulidad), porque podíamos vivir siempre en la ilusión y la mentira.
En el caso de la fe en Dios pasa lo mismo: nadie nos puede obligar a creer
en un Dios con quien no hemos establecido primero una relación. El camino de la fe se diferencia de estos 2
extremos, es aceptar libremente que Dios se ha revelado, es decir, que ha dicho
cosas sobre sí mismo, sobre el mundo y sobre quiénes somos para Él; y a la vez
creerle y adherirme con confianza a su persona. Esta relación de confianza, en
Dios y en su Palabra es lo que nos proporcionará un mayor grado de
felicidad que cualquier otra relación.
EN RESUMEN… ¿QUÉ ES LA FE?
La fe es saber y confiar…
y tiene siete rasgos:
• La fe es un puro don de Dios,
que recibimos, si lo pedimos ardientemente.
• La fe es la fuerza sobrenatural que nos es necesaria para
obtener la salvación.
• La fe exige la voluntad libre y el entendimiento lúcido del
hombre cuando acepta la invitación divina.
• La fe es absolutamente cierta, porque tiene la garantía de
Jesús.
• La fe es incompleta mientras no sea efectiva en el amor.
• La fe aumenta si escuchamos con más atención la voz de Dios
y mediante la oración estamos en un intercambio vivo con él.
• La fe nos permite ya ahora gustar por adelantado la alegría
del cielo. (Youcat #21)
Probablemente ya conoces los caminos extremos, el del crédulo y del escéptico…
Ahora te invitamos a conocer más tu fe,
a empezar un camino hacia esta fe que transforma la vida y la hace plena.
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