Hoy 8 de diciembre, la Iglesia celebra a la Virgen Desatanudos (Maria Knotenlöserin), una advocación mariana cuyo origen se remonta al año 1700, a un cuadro del Barroco alemán obra del pintor Johann Georg Melchior Schmidtner. Se trata de una de las tantas representaciones de la Inmaculada Concepción pero que encierra un hermoso simbolismo. En los últimos años, el principal difusor de la devoción a la Virgen Desatanudos es el Papa Francisco, quien la considera una de sus advocaciones marianas favoritas.
La imagen original es venerada desde inicios del siglo XVIII en
Augsburgo (Alemania) y se encuentra en la iglesia de Sankt Peter Am Perlach. Su
nombre original es “Nuestra Señora de
Knotenlöserin”. El título de "desatanudos"
es la traducción del término alemán "knotenlöserin",
yuxtaposición de las palabras "Knot"
(nudo), y "löser" o "löserin" (deshacer, desatar, desarmar).
A través de esta advocación, los fieles piden a la Virgen María su
intercesión en medio de las dificultades, de manera que Ella “desate los nudos” que complican la vida, o que
desaparezcan los obstáculos que impiden que lleguemos a Dios.
La pintura muestra a la Virgen María flanqueada por dos ángeles.
Mientras uno de ellos le alcanza una cinta con nudos -representación del pecado
original y sus consecuencias-, el otro recibe de manos de María la cinta
desatada. Así, el cuadro se convierte en una hermosa alegoría de los auxilios
que la Madre de Dios nos da resolver las dificultades de la vida.
El entonces Obispo Auxiliar de Buenos Aires, Mons. Jorge Mario
Bergoglio, hoy Papa Francisco, llevó la devoción de la Virgen Desatanudos de
Alemania a Argentina. El 8 de diciembre de 1996 la parroquia San José del Talar
en Agronomía, Buenos Aires, recibió una copia de la imagen original, pintada
por la doctora Ana Betta de Berti. Desde entonces miles de peregrinos acuden a
dicha parroquia con el propósito de venerar la imagen y pedir su intercesión.
Durante la visita apostólica del Papa Francisco a Bolivia en julio del
2015, los obispos de ese país obsequiaron al Pontífice un hermoso báculo, hecho
por los artesanos de Don Bosco, en el que aparece tallada la imagen de la
Virgen Desatanudos. El Papa lució este regalo en la Misa que presidió en la
Plaza del Cristo Redentor en Santa Cruz.
Por otro lado, en México ya existe un lugar de peregrinación dedicado a
la Virgen Desatanudos en Cancún, península de Yucatán. Actualmente, un templo
en su honor se encuentra en construcción en ese lugar.
Redacción ACI Prensa
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