EL ESTUDIO ANALIZA LOS TIEMPOS DE LAS «TRANSICIONES EVOLUTIVAS»
Se
calcula que hay 2 billones de galaxias y
que cada galaxia contiene entre cien mil millones y un billón
de estrellas, lo que supone que el número de
estrellas en el Universo es un 2
seguido de 23 o 24 ceros. La formación de sistemas planetarios en torno a
una estrella es la norma, y no la excepción, por lo que cabe esperar un número de planetas en el mismo orden de magnitud.
CONDICIONES
DE HABITABILIDAD
¿Cuántos de ellos
pueden albergar vida? Como explica Ignasi Ribas, doctor en Física e investigador del Instituto de
Ciencias del Espacio dependiente del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones
Científicas), la habitabilidad de un planeta exige "una
fuente de energía (una estrella o su propio calor interno), una cierta
abundancia de átomos esenciales para la vida (carbono, nitrógeno, oxígeno,
fósforo, etc.) y que exista agua en forma líquida", de forma que
tenga un "clima estable".
Esto
implica restricciones sobre la masa del planeta,
que "no puede ser demasiado ligero porque su
gravedad no será capaz de retener los elementos volátiles que componen su
atmósfera y, por tanto, su agua", y no puede ser demasiado pesado
porque debe tener "una superficie y una
atmósfera diferenciadas (donde se situará el agua líquida y, por tanto, una
posible biosfera)". El rango comúnmente aceptado es entre media masa de la Tierra y diez veces la masa terrestre.
Las
técnicas y cálculos para estas estimaciones de masa mejoran constantemente, unidas a
las que permiten estimar otros conjuntos de condiciones, como el tipo de estrella (nuestro
Sol es una poco frecuente enana amarilla, un tipo al que responden solo un 0,05% de las estrellas de
nuestra galaxia, la Vía Láctea), la distancia
del planeta a esa fuente de calor, la velocidad de rotación y de traslación en la órbita,
etc.
La
conjunción de todos estos factores va reduciendo la posibilidad de existencia
de un planeta similar a la Tierra. Pero por pequeña que sea su proporción, en
un mar estelar tan inmenso su número en términos absolutos será siempre enorme.
Ribas sugiere, por ejemplo, que "puede haber
más de diez exoplanetas habitables a menos de 15 años luz del
nuestro". Dado que la galaxia más lejana está a 13.400 millones de
años luz, son muchos exoplanetas y muy cerca.
Viajar
entre planetas habitados por seres inteligentes diversos: un sugerente
ejercicio de imaginación con nulo anclaje en la realidad conocida.
Ahora
bien, una cosa es conocer las condiciones necesarias para la vida, misterio
casi desvelado, y otra saber cuándo y por qué la vida surge,
misterio que, con parámetros de la ciencia experimental, permanece.
POSIBILIDADES
DE COMUNICACIÓN ENTRE CIVILIZACIONES
Tanto más
la vida inteligente, cuya búsqueda sigue alimentando tanto la imaginación como la
investigación humanas. Con
un hándicap hoy por hoy insalvable: sean cuantas sean las civilizaciones
extraterrestres que podamos hipotetizar, la posibilidad de comunicación con ellas es nula.
Un
reciente artículo de Tom Westby y Christopher Conselice en The Astrophysical Journal
ha intentado cuantificar esa posibilidad sobre la base de las que denominan
Condiciones Astrobiológicas Copernicanas fuerte y débil.
Esas
condiciones parten de la única experiencia de vida inteligente y comunicativa
que conocemos, la nuestra, formada en un entorno rico en metales y en la
hipótesis de una aparición de vida
inteligente tras una evolución de
5000 millones de años de duración, de los
cuales solo en los 100 últimos se habría desarrollado una posibilidad de
comunicaciones de radio.
Su conclusión es que en nuestra galaxia podría haber hasta 36 civilizaciones
con esas características.
"La mala noticia", comenta Conselice (profesor de Astronomía Extragaláctica en la
Universidad de Manchester), es que la más cercana de esas civilizaciones
estaría "a 17.000 años luz de distancia, haciendo
la comunicación y su detección imposibles", y en todo caso con una probabilidad "casi cero" de estar albergadas por una
estrella como nuestro sol.
Si
pudiésemos encontrar alguna civilización para estudiarla, podríamos comparar
para conocer mejor nuestra propia línea del tiempo, pero "si no encontramos nada", añade, tal vez es que "la vida es realmente 'única' y no un
proceso" y seríamos "la única civilización activa actualmente en
nuestra galaxia".
TRANSICIONES
EVOLUTIVAS Y EDADES PLANETARIAS
A todos
estos cálculos, de índole astronómica, se une una contribución reciente desde
el ámbito de la biología. Se trata de un trabajo del Instituto para el Futuro de la
Humanidad y del
Grupo de Investigación en Ecología Matemática de la Universidad de Oxford,
llevada a cabo por Andrew E. Snyder-Beattie, biomatemático y zoólogo; Anders
Sandberg, doctor en neurociencia computacional; K. Eric Drexler, ingeniero especializado en nanotecnología
molecular y Michael B. Bonsall, profesor de biología
matemática.
Las
conclusiones de su artículo se resumen en el título: La duración de las transiciones evolutivas sugiere que la
vida inteligente es infrecuente.
Los
autores parten de la hipótesis
evolutiva para el origen
de las diferentes especies. Según esto, la existencia de vida inteligente en la
Tierra exigió una serie de transiciones
evolutivas previas: la abiogénesis (aparición de la vida a partir de materia
inorgánica), la eucariogénesis (aparición
de las primeras células con núcleo diferenciado, que dan lugar a formas
complejas de vida), la evolución de la reproducción sexual, la
pluricelularidad, la propia aparición de la inteligencia, etc.
Su
estudio de distribución de probabilidad tiene en cuenta los datos conocidos para el
principio (formación de los océanos) y el final (incremento de la luminosidad
del Sol) de la habitabilidad de la Tierra, así como los tiempos exigidos para
cuatro transiciones de las mencionadas.
En la
misma Tierra, afirman, "algunas de estas
transiciones podrían haber sido extraordinariamente improbables,
incluso en entornos propicios para ellas". La autorreferencial
perspectiva evolucionista apunta a que el hecho de que en la Tierra exista vida
inteligente prueba que esas transiciones sucedieron, pero ¿es exportable el modelo terrestre?
Los
autores consideran haber demostrado que "los
periodos estimados para las transiciones evolutivas exceden probablemente el
tiempo de vida de la Tierra quizá en muchos órdenes de magnitud".
EL
PRINCIPIO ANTRÓPICO
Estos
resultados, dicen, "corroboran el argumento
original propuesto por Brandon Carter de que la vida
inteligente en el Universo es excepcionalmente rara, partiendo de la base de
que la vida inteligente en otros lugares requiera transiciones evolutivas
análogas".
Brandon
Carter es un físico teórico australiano autor en los años 80 de una de las
formulaciones más extendidas del principio antrópico. Según
este principio, la vida humana solo ha podido tener lugar porque las leyes y
constantes físicas que rigen el Universo son exactamente las que son, y no
podría existir en un Universo donde fuesen solo levemente distintas a como son.
Tal como
afirmó Richard Smalley, Premio
Nobel de Química en 1996, "el universo fue puesto
a punto exquisitamente para permitir la vida humana".
El principio antrópico, explicado por el padre Manuel Carreira, jesuita
y astrofísico (1931-2020).
Una
aplicación del principio antrópico al ámbito de las comunicaciones fue explicada en ReL por Ignacio del Villar, profesor del departamento de Ingeniería
Eléctrica y Electrónica de la Universidad Pública de Navarra. La comunicación
radioeléctrica "solo es posible en planetas
cuyo diámetro no sea mayor que el diámetro de la Tierra", afirma,
porque "la velocidad de propagación de las
ondas electromagnéticas es exactamente la adecuada para poder
conversar" en tiempo real entre dos puntos del planeta a
distancia máxima. Con otro diámetro u otra velocidad, aparecerían distorsiones
temporales en el intercambio verbal.
POSIBLEMENTE
"ESTAMOS SOLOS"
Pero los
cuatro científicos de Oxford citados ni siquiera mencionan el principio
antrópico, que no es su objeto. Lo que sí dejan claro es que los tiempos de las
transiciones evolutivas que permitirían la aparición de vida inteligente son varios órdenes de magnitud superiores a como han sucedido en la Tierra, donde habrían necesitado 4500 millones de
años en un planeta que solo sobrevivirá 1000 millones de años más,
cuando sea devorado por el crecimiento del Sol. Es decir, esas transiciones han
ocupado prácticamente todo el periodo de existencia del planeta.
Parten de
la premisa de que las transiciones evolutivas en otros puntos del universo
serían similares a las terráqueas. Es una buena premisa porque "hay buenas razones para creer que muchas
transiciones evolutivas tienen propiedades universales".
Dicho de
otro modo, lo que sabemos a raíz de lo que ha pasado en la Tierra nos dice que
la aparición evolutiva de vida inteligente en otro planeta requeriría periodos de tiempo superiores a los de habitabilidad de dicho planeta. Aquí, sin embargo, no fue así, con una
coincidencia temporal casi perfecta.
En
conclusión, sostienen, "la vida inteligente es
excepcionalmente rara y posiblemente somos la única civilización
inteligente en el universo observable". Y "aunque es difícil demostrar más allá de toda duda
la ausencia de inteligencia extraterrestre, hasta ahora todos nuestros datos
astronómicos son consistentes en que estamos solos".
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