Tu vida es un constante sufrimiento porque tus expectativas siempre serán las más altas, inalcanzables.
Por: Silvana Ramos | Fuente:
http://catholic-link.com
¿Te pasa que te cuesta
dejar las cosas a medias si tienes que cambiar de actividad?, ¿o que no puedes
delegar trabajos porque piensas que nadie lo va a hacer mejor que tú? ¿O tal
vez te tienes que despertar una hora antes cada mañana para probarte mil
camisas antes de decidir cuál es la camisa
perfecta para ese día? Crees que siempre lo podrías haber hecho mejor,
que podrías ser mejor madre, mejor jefe, mejor asistente, mejor, mejor, mejor.
Lo bueno nunca es lo suficientemente bueno. Ni tus hijos, ni tu marido,
ni tus amigos y mucho menos la sociedad. Siempre pudieron tener una mejor nota,
siempre pudieron haber hecho las cosas de otra manera, siempre pudieron
comportarse distinto…
Tu vida es un constante sufrimiento porque tus
expectativas siempre serán las más altas, inalcanzables.
Perfeccionistas, conozco a muchos y son personas
extraordinarias, siempre tratando de dar lo mejor de sí mismos, apasionados por
el trabajo, por estar siempre bien presentados, por ser puntuales. Y esto no
tiene nada de malo, sino fuera por lo insoportable que se vuelve la vida cuando
sus metas no son alcanzadas. Las causas son muchas, una niñez exigente donde no
se les permiten cometer errores y solo son reconocidos cuando hacen las cosas "bien". Pero el mundo de hoy de igual
forma es un productor de perfeccionistas, pues la felicidad viene envuelta en
un cuerpo perfecto, una casa perfecta, un niño de catálogo, un trabajo
increíble… cero errores.
Esta galería está basada en el libro: "When Perfect Isn´t good Enough" (Cuando
ser perfecto no es suficiente) – Martin M. Antony PhD y Richard P. Swinson, MD.
Es para ti que te descubres perfeccionista y para que lo compartas con esos
amigos que viven frustrados porque siempre lo pudieron hacer mejor.
1.-
DIOS ES PERFECTO NO PERFECCIONISTA
El perfeccionismo puede presentarse en distintos
aspectos de nuestra vida: En la escuela o el trabajo, y la obsesión de ser
siempre el mejor. En la apariencia física, y nunca estar contento con uno
mismo. En la organización y el orden, y no soportar ver nada fuera de su lugar
o a destiempo. Se puede presentar con la escritura y pronunciación de palabras
y andamos corrigiendo cada palabra mal pronunciada o mal escrita, ¡imagínense un perfeccionista hablando por chat, qué
sufrimiento! Perfeccionismo en la salud, y siempre estar lleno de
pastillas y vitaminas, con una dieta estricta y casi casi durmiendo en una
cámara de oxígeno. El perfeccionismo puede llegar incluso a afectar nuestra
vida cristiana y nuestra relación con Dios y esto es grave. Buscando siempre
ser perfectos nos enfocamos en el estricto cumplimiento de los rituales, las
oraciones, las actividades que un cristiano "debe
" de hacer, y se nos va la caridad con uno mismo y con el
prójimo.
2.
EL PERFECCIONISMO NO NOS PERMITE VER QUE SOMOS AMADOS.
Como perfeccionista siempre estás insatisfecho
contigo mismo y con los demás. La ira es una constante en tu vida. Puedes
sufrir de ansiedad e incluso de depresión. La vida se vuelve triste en amargura
y soledad. La alegría es breve cuando el trabajo es reconocido y se desvanece
cuando el pensamiento nos dicta: "Pero lo
pudiste hacer mejor." En la vida cristiana el perfeccionismo nos
aleja de la alegría de amar a Dios y sentirse amado con todo lo que somos. Nos
volvemos activistas y empezamos a juzgar la vida cristiana de los demás
poniéndonos siempre la meta de ser el cristiano modelo.
3.
ACÉPTATE A TI MISMO. NO ERES PERFECTO.
Dios nos creó
a su imagen y semejanza. Su creación no tiene errores porque Dios no se
equivoca, sin embargo Él no es
perfeccionista no busca que hagamos todo sin equivocarnos. Es más. nos envió a
su hijo Jesucristo para perdonar todos nuestros errores y pecados y lo hace una
y otra vez sin descanso. Dios es perfecto, y esa perfección tiene que ver con
ese amor incondicional e infinito. Es bueno esforzarnos por ser mejores por
alcanzar la santidad pero este debe ser un camino de alegría El
perfeccionismo nos aleja de Dios porque estamos centrados en nosotros mismos,
en ser yo el perfecto. Acepta tu debilidad, eres perfeccionista pero no perfecto
y no pasa nada si comentes errores. Igual eres amado. Dios sabe que
estamos llenos de errores y nos anima a mejorar con alegría no a atormentarnos
con metas irreales, imposibles de cumplir.
4.
EL AMOR SE VIVE EN COMUNIDAD. PIDE AYUDA
El amor se vive en el encuentro. No estamos
solos, tenemos familia, amigos, Iglesia. Así que ármate de valor y habla del
tema con otros. Diles lo que te pasa y lo que sientes. Pide ayuda, consejo. El
haber aceptado que esas actitudes que llevas te hacen la vida dolorosa es ya un
gran paso. Superar el perfeccionismo requiere de un trabajo personal que tomará
un tiempo. En compañía siempre es más llevadero. Incluso en los casos más
graves donde se requiere ayuda profesional, es importante contar con la
compañía de los demás en el proceso.
5.
NO PRETENDAS CONTROLAR TODO.
Ese no querer cometer ni un solo error significa
el querer tener las cosas bajo control todo el tiempo. Es agotador embarcarse
en el inútil trabajo de querer controlarlo todo. Así que ¡relájate y suelta la cuerda! La idea de querer
cometer cero errores es tan absurda como querer meter el océano en un balde.
Cuando te encuentres con esas ideas o pensamientos, sé realista, pregúntate
sinceramente si eso es posible y no te tomes las cosas tan en serio hasta el
punto de obsesionarte. ¿Te molestan los juguetes de
tus hijos tirados en medio de la sala? Ese desorden significa vida,
significa infancia. Siéntate con ellos y juega. Luego ordenarán juntos. ¿Quieres que recuerden a su mamá ordenando y de mal genio
todo el tiempo?, ¿o quieres que te recuerden tirados en la alfombra creando las
más increíbles historias? ¿Quieres un niño que tema tu mal genio o quieres un
pequeño que confíe en ti? Como cristiano, ¿quieres ser ese apóstol que sirva con
alegría a Dios? ¿o quieres ser aquel amargado que si no cumple todo al pie de
la letra se frustra? ¿Cuál de los dos crees que será más atractivo para
evangelizar?
6.
ARRIÉSGATE AUNQUE SEPAS QUE TE PUEDES EQUIVOCAR.
Dios nos hizo libres. Libérate de esas cadenas
que te traen amargura. Decide sobre tus pensamientos, sobre tus acciones. Vas a
fallar en este intento mil veces pero de eso se trata. ¿Qué te parece escoger una tarea
que estabas postergando por temor a hacerla mal y te pones una fecha límite?
¿Qué tal si hoy ordenas más tarde? ¿Qué
tal si hoy no dices nada sobre esa palabra mal pronunciada y te ríes de cómo suena?
¿Qué tal si hoy te pones lo primero que
escojas?. Decide sobre ti mismo y
aprende a equivocarte.
7.
HAZ LAS COSAS COMO QUE DEPENDAN DE TI, PERO SABIENDO QUE EN REALIDAD DEPENDEN
DE DIOS.
Hay muchas personas realmente brillantes
que por un temor a no poder hacer las cosas a la perfección simplemente no lo
hacen y se pierden se dan por vencidos porque su estándar es inalcanzable.
Hacer las cosas lo mejor que TU puedas, no
significa que las hagas a la perfección. Alguien podrá decirme que Jesús nos
dijo: "Sed perfectos como es perfecto vuestro
Padre celestial". (Mt 5,38-48) Y es verdad, Jesús lo dijo pero se
refería a lo perfecto que es el amor y la gracia del Padre que nos llama a ser
Santos. El hombre por más que se esfuerce sólo no puede, necesita de Dios. Así
que da lo mejor de ti pero bajo la gracia de Dios. Si no sale como querías,
quédate tranquilo, ofrece tus dolores a Dios y recuerda que es El quien permite
todo.
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