martes, 10 de noviembre de 2020

UN MES DE MARÍA DISTINTO EN CHILE DEBIDO A LA PANDEMIA DEL CORONAVIRUS

La Iglesia en Chile comenzó el domingo 8 de noviembre el Mes de María, tiempo lleno de expresiones de amor a la Madre de Jesús, pero que este año se realiza en un contexto distinto debido a la pandemia del coronavirus.

A diferencia de la mayoría de los países que lo celebran en mayo, en Chile debido a las bajas temperaturas y como una forma de preparar el dogma de la Inmaculada Concepción, el mes de María se trasladó a los dos últimos meses del año.

Este cambio fue propuesto en 1854 por el Obispo Auxiliar de Santiago, Mons. Joaquín Larraín Gandarillas.

Este período primaveral del año es para miles de devotos ocasión de demostrar su amor a María con expresiones de fe que van desde la confección de altares, la oración comunitaria, Rosarios comunitarios, procesiones, entre otras iniciativas.

Sin embargo, para resguardar la salud de las personas y siguiendo las instrucciones sanitarias, se han restringido las aglomeraciones y manifestaciones masivas al interior de las iglesias y en algunos casos se han organizado distintos encuentros de oración y formación.

En la Arquidiócesis de Concepción se realizarán espacios de formación sobre la Virgen María los días 11, 18, 25 de noviembre y 2 de diciembre; retiros en casa los sábados 14, 21,28 de noviembre y 5 de diciembre; entre otras actividades.

El movimiento de Schoenstatt en la Diócesis de Arica alienta la oración del Mes de María a las 9:00 p.m. de cada día. 

Desde la Arquidiócesis de Santiago, el Santuario de la Inmaculada Concepción del Cerro San Cristóbal, el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes rezarán cada día en forma presencial con un aforo máximo de 100 personas al aire libre.

La Conferencia Episcopal de Chile realizó un especial web que contempla oraciones para cada día del mes, pautas para la lectio divina, letanías, información sobre santuarios marianos y una sección dedicada a los niños. 

En tanto, la Diócesis de Linares organizó la oración en forma online para todos los días de noviembre a las 8:00 p.m. desde su cuenta de Facebook. De igual forma lo realizará la Diócesis de Temuco a las 7:30 p.m.

Las dos oraciones compuestas por el P. Rodolfo Vergara Antúnez y que tradicionalmente se rezan estos días son:

Oración inicial del Mes de María

¡Oh, María!, durante el bello mes que te está consagrado, todo resuena con tu Nombre y alabanza. Tu Santuario resplandece con nuevo brillo y nuestras manos te han elevado un trono de gracia y de amor, desde donde presides nuestras fiestas y escuchas nuestras oraciones y votos.

Para honrarte, hemos esparcido frescas flores a tus pies y adornado tu frente con guirnaldas y coronas. Mas, ¡oh, María!, no te das por satisfecha con estos homenajes; hay flores cuya frescura y lozanía jamás pasan y coronas que no se marchitan. Éstas son las que Tú esperas de tus hijos, porque el más hermoso adorno de una madre es la piedad de sus hijos y la más bella corona que pueden poner a sus pies es la de sus virtudes.

Sí, los lirios que Tú nos pides son la inocencia de nuestros corazones. Nos esforzaremos pues, durante el curso de este mes consagrado a tu gloria, ¡oh, Virgen Santa! en conservar nuestras almas puras y sin mancha, y en separar de nuestros pensamientos, deseos y miradas, aun la sombra misma del mal.

La rosa, cuyo brillo agrada a tus ojos es la caridad, el amor a Dios y a nuestros hermanos. Nos amaremos pues los unos a los otros como hijos de una misma familia cuya madre eres, viviendo todos en la dulzura de una concordia fraternal.

En este mes bendito, procuraremos cultivar en nuestros corazones la humildad, modesta flor que te es tan querida y con tu auxilio llegaremos a ser puros, humildes, caritativos, pacientes y esperanzados.

¡Oh, María!, haz producir en el fondo de nuestros corazones todas estas amables virtudes, que ellas broten, florezcan y den al fin frutos de gracia, para poder ser algún día dignos hijos de la más Santa y de la mejor de las madres.

Amén.

Oración final del Mes de María

Oh María, Madre de Jesús, nuestro Salvador y nuestra buena Madre. Nosotros venimos a ofrecerte con estos obsequios que colocamos a tus pies, nuestros corazones, deseosos de agradarte y a solicitar de tu bondad un nuevo ardor en tu santo servicio.

Dígnate presentarnos a tu Divino Hijo, que en vista de sus méritos y a nombre de su Santa Madre, dirija nuestros pasos por el sendero de la virtud. Que haga lucir con nuevo esplendor la luz de la fe sobre los infortunados pueblos que gimen por tanto tiempo en las tinieblas del error; que vuelvan hacia Él y cambie tantos corazones rebeldes cuya penitencia regocijará su corazón y el tuyo. Que convierta a los enemigos de su Iglesia y que en fin encienda por todas partes el fuego de su ardiente caridad. Que nos colme de alegría, en medio de las tribulaciones de esta vida, y de esperanza para el porvenir.

Amén.

Redacción ACI Prensa

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