Un 29 de noviembre del año 1268 inició el cónclave más largo de la historia que terminó el 1 de septiembre de 1271, cuando luego de 34 meses fue elegido Gregorio X.
La historia de este Cónclave tiene que ver con el nombre del mismo, que
viene de los términos en latín “cum” (con) y “clavis” (llave), palabra que fue utilizada desde el
siglo XIII, luego que durante casi tres años el Sillón Petrino estuvo vacante,
y el gobernador de Viterbo decidió encerrar con llave a los cardenales.
Como relata la
Enciclopedia Católica “los
cardenales reunidos en Viterbo estaban divididos en dos campos, el francés y el
italiano. Ninguno de los dos podía conseguir los dos tercios de la mayoría del
voto ni querían ceder a los otros para elegir a un candidato al papado”.
Fue en el verano europeo de 1270 que fueron encerrados con llave en el
palacio episcopal, cortándoles incluso el suministro de comida.
“Por fin se llegó a un compromiso por los
redoblados esfuerzos de los reyes de Sicilia y Francia. El sacro Colegio, que
consistía entonces en 15 cardenales, designó a seis para ponerse de acuerdo y
emitir un voto final. Los seis delegados se reunieron el 1 de septiembre de
1271 y unieron los votos eligiendo a Teobaldo Visconti, archidiácono de Lieja
que no era cardenal ni siquiera sacerdote”.
Gregorio X, nació en Piacenza, “había estado
un tiempo al servicio del cardenal Jacobo de Palestrina, había sido nombrado
archidiácono de Lieja y acompañado al cardenal Ottoboni en una misión a
Inglaterra, y que el en el momento de su elección estaba en Ptolemaida (Acre)
con el príncipe Eduardo de Inglaterra, en un peregrinaje a Tierra Santa”.
Recibió la llamada de los cardenales para que volviera inmediatamente,
comenzó su viaje de vuelta el 19 de noviembre de 1271 y llegó a Viterbo el 12
de febrero de 1271. Aceptó la dignidad y tomó el
nombre de Gregorio X.
Contrario a este cónclave está el de 1503 que duró sólo unas horas donde
Julio II fue elegido sucesor de Pedro.
POR MARTHA CALDERÓN | ACI Prensa
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