miércoles, 18 de noviembre de 2020

EL PERRO DE SAN ROQUE

Roque era un hombre que renunció a su nobleza y heredad para convertirse en franciscano de la tercera orden. Era francés, de Montpellier, del siglo XIV (cien años antes del descubrimiento de América).

Cuando llegó la peste a su zona, él, peregrinando, brindaba todo su apoyo a los enfermos y empezó a obrar el milagro que sanaba a los que él hacía la señal de la cruz. Pero le picaron con una flecha la pierna izquierda. Debilitado y herido se retiró a morir en las afueras de la ciudad. Ahí se abandonó a la voluntad de Dios.

Dicen que un perro, Melampo se llamaba, le traía alimento a diario. El perro tomaba la comida de la mesa de un hombre importante. Se cuenta además que el perro lamía sus heridas y así se fue curando.

Roque fue asistido por los ángeles en la claridad de su discernimiento. Ellos hicieron brotar agua del suelo para el santo franciscano y peregrino.

Tiempo después, falleció, era joven, él trajo a esta vida una mancha en forma de una cruz roja sobre la piel de su pecho. A su muerte, sus restos convertidos en reliquias se llevaban a las ciudades para alejar la peste de manera efectiva. Es el santo patrono de los perros, su fiesta es el 16 de noviembre.

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