Estas publicaciones buscan contribuir a que lleguemos a la unidad deseada por Cristo: ¡Qué todos sean uno!
Por: P. Flaviano Amatulli Valente | Fuente:
ApostolesDeLaPalabra.org
Para el pueblo judío, el Antiguo Testamento (La
Ley) era todo. Era al mismo tiempo la manifestación de la voluntad de Dios y la
expresión de su propia cultura e historia. Era su poema nacional. En la Ley,
los judíos pensaban encontrar la vida (Dt 10,13; Jn 5,39).
Para nosotros no es lo mismo. Tenemos también el
Nuevo Testamento. No se trata de dos alianzas, dos testamentos, que tienen la
misma importancia. Para nosotros no basta decir: "Está
escrito en la Biblia". Tenemos que preguntarnos siempre: "Esta enseñanza ¿está en el Antiguo o en el Nuevo
Testamento?" Nosotros en realidad,
pertenecemos al Nuevo Testamento y no al Antiguo.
¿Entonces, para nosotros no
vale el Antiguo Testamento? Y si tiene algún sentido también para nosotros, ¿cuál es? En este capítulo trataremos de contestar
a estas preguntas.
1.-
EI ANTIGUO TESTAMENTO (LA LEY) REPRESENTA UNA SUPERACIÓN CON RESPECTO A LAS
COSTUMBRES Y RELIGIONES DE LA ÉPOCA.
Cada vez que Dios interviene, lo hace para
elevar al hombre. Por lo tanto, toda la acción de Dios en favor de su pueblo,
fue para transformar sus costumbres en una obra de continua educación.
Los escritos del Antiguo Testamento son un
reflejo de esta actividad educadora de Dios. Expresan la pedagogía de Dios.
Tomemos el ejemplo de La Ley del Talión (Lev 24,17-22), que parece tan bárbara.
Esta no quiere inculcar, como norma, la ley de la venganza, sino limitar el
impulso de hacer al adversario un daño desproporcionado al perjuicio recibido.
Si uno recibió una bofetada, está tentado de contestar con una puñalada; si le
levantaron un falso, está dispuesto a matar, etc.
La Ley del Talión dice: "Tú,
a lo sumo, puedes hacer al adversario el mismo daño que él te hizo a ti. Si le
haces un daño más grande, tienes que responder por ello". Otro
ejemplo. ¿Cuántos dioses hay? Un solo Dios,
contesta el Antiguo Testamento. Es una superación con relación a la mentalidad
general de aquella época en que se admitían varios dioses.
2.-
PERO AL MISMO TIEMPO, EL ANTIGUO TESTAMENTO ES INFERIOR AL NUEVO TESTAMENTO.
En realidad el Nuevo Testamento enseña que no
sólo no hay que hacer al adversario un daño más grande del que se recibió, sino
que hay que perdonarle y amarlo, imitando a Dios (Mt 5,38-48, Le 6,27-31).
Por lo que se refiere a la verdad sobre Dios,
con el Nuevo Testamento se aclara que se trata del Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo, que son un solo Dios. Para cualquier problema, hay que preguntarse: "¿Qué dice el Nuevo Testamento"?
3.-
EL NUEVO TESTAMENTO INTERIORIZA Y SUPERA AL ANTIGUO.
Hemos visto cómo de por sí el Antiguo Testamento
es una superación de la mentalidad y las costumbres de la época. Por ejemplo,
los antiguos pensaban que había dos clases de personas, animales y cosas: las que pertenecían a Dios, que eran sagradas, y las que
no le pertenecían, que eran profanas. Las primeras eran consideradas puras o
santas; las otras consideraras impuras, es decir que llevaban alguna mancha,
algún pecado, en el sentido de que no podían servir para el culto.
El Antiguo Testamento (La Ley) tomó esta manera
de pensar (Lev 8: consagración de los sacerdotes; Lev 11: distinción entre animales puros e impuros, ver nota en la
Biblia Latinoamericana; Lev 4: pecados por ignorancia; etc.) y trató de
profundizar el concepto de pecado, aclarando, que no se trata de algo puramente
casual (Is 1,16) o relacionando con el culto.
Con el Nuevo Testamento se aclara
definitivamente que lo que hace impuro al hombre no es nada exterior, sino lo
que sale del corazón del hombre (Me 7,1-23).
Lo mismo por lo que se refiere a la sexualidad.
Muchos pueblos primitivos ya rodeaban de respeto todo lo relacionado con el
origen de la vida. El Antiguo Testamento, mediante ciertos ritos de
purificación, indica el sentido sagrado de todo lo que se refiere al sexo (Lev
12,1-8; Lev 15,1-33). Con el Nuevo Testamento todo esto se interioriza al
afirmar nuestra dignidad como hijos de Dios y presentar nuestro cuerpo como
templo de Espíritu Santo. Ya no se trata de ritos de purificación, sino de
luchar por tener una vida santa, evitando toda inmoralidad sexual (Ef .5, 3).
El amor entre los esposos encuentra en el amor entre Cristo y su Iglesia su
modelo perfecto (Ef 5,22-33).
Llegando a este punto de madurez espiritual, ya
caen todas las normas del Antiguo Testamento que se refieren al respecto que se
le debe a la mujer, evitando relaciones sexuales durante la menstruación o
después de haber dado a luz (Lev 12), etc. El cristiano maduro no necesita
normas específicas para solucionar estos problemas. Dejándose guiar por la Ley
del amor, encuentra la solución para cualquier problema.
He aquí otro ejemplo de superación e interiorización
del Nuevo Testamento con relación al Antiguo Testamento. Todos los pueblos
antiguos tenían ciertos lugares consagrados al culto. El Antiguo Testamento
acepta esta idea y la supera. Efectivamente el pueblo de Jerusalén era no sólo
un centro cultual, sino también de maduración (profetas) e irradiación de la fe
en el verdadero Dios.
Pero llega el Nuevo Testamento y pone en segundo
terminó todo lo que es material. Lo que se necesita para adorar verdaderamente
a Dios, es el poder del Espíritu Santo que nos permite conocerlo y servirlo
según la verdad (Jn 4,21-24). Para entender mejor este aspecto, es suficiente
leer Mt 5,20-48, donde se ve cómo Cristo vino a traer una ley más perfecta, que
interioriza y supera la antigua. En este sentido hay que ver Mt 5,19, que
parece aceptar todo el Antiguo Testamento.
Hay que aceptarlo, pero visto a la luz del Nuevo
Testamento, interiorizado y perfeccionado. Así como es, la Ley del Antiguo
Testamento no sirve para nosotros. Es más, teniendo el Nuevo Testamento, lo
tenemos todo, puesto que todo lo valioso del Antiguo Testamento se encuentra en
el Nuevo Testamento, ya interiorizado y perfeccionado Es distinta nuestra
situación a la que vivieron antes de Cristo o durante el tiempo en que vivió
Jesús. Entonces existía solamente el A.T., por eso Jesús les enseñaba a vivirlo
de una forma nueva, que corresponde al Nuevo Testamento.
4.-
EL ANTIGUO TESTAMENTO ERA UNA FORMA DE RELIGIÓN PROVISORIA PARA EDUCAR LA
CONCIENCIA DEL PUEBLO DE DIOS HASTA QUE LLEGARA CRISTO (Gal 3,23-26).
La Ley del Antiguo Testamento se parece a una
sirvienta que tiene poder sobre el niño solamente durante el camino para llegar
al maestro.
Al llegar al maestro, la sirvienta ya no tiene
ningún poder sobre el niño. Pues bien, el maestro es Cristo. El, como un Nuevo
Moisés, da una nueva ley (Mt 5,1 ss).
5.-
EL ANTIGUO TESTAMENTO PRESENTA LAS SOMBRAS DE LA REALIDAD QUE ES CRISTO JESÚS (Mt 11,13; Col 2,17; Heb 10,1; Jn 3,14-15; Jn
6,49ss).
Los sacrificios, las ofrendas, el sumo
sacerdote, el maná, la serpiente del desierto, el mismo Moisés, gran caudillo y
legislador... todo era sombra de la realidad, que es Cristo. Él es el nuevo Moisés que da origen a un nuevo pueblo, mediante
una Nueva Alianza, sellada con su sangre. Para los miembros de este nuevo
pueblo, él "es el camino, la verdad y la
vida" (Jn 14,6). Bajo este aspecto, el Antiguo Testamento ayuda
para entender mejor el Nuevo Testamento.
6.-
LA LEY DEL ANTIGUO TESTAMENTO OBLIGABA ESPECÍFICAMENTE A LOS JUDÍOS QUE
VIVIERON ANTES DE CRISTO. AL CONVERTIRSE A CRISTO, EL JUDÍO YA NO ESTÁ OBLIGADO
A CUMPLIR TODA LA LEY DE MOISÉS, IGUAL QUE NOSOTROS QUE NO SOMOS JUDÍOS (Rom 3 28-31; Hech 15,10; Ef 2,15; Gal 4, 4-5;
Rom 7,4; Heb 10,9).
Lo que salva es la fe en Cristo Jesús. La ley de
Moisés tomada en su totalidad, fue solamente para el pueblo judío y antes de la
llegada de Cristo. Para nosotros lo que vale es la Ley de Cristo, contenida en
el Nuevo Testamento en forma plena.
7.-
LOS QUE CREEN EN CRISTO, NO DEBEN VOLVER A LA OBSERVANCIA DE LA LEY DEL ANTIGUO
TESTAMENTO (GAL 5,1-6) Y EN ESPECIAL A LA CIRCUNCISIÓN (GAL 5,3), AL SÁBADO
(COL 2,16) Y A LOS ALIMENTOS PROHIBIDOS (Col 2,21; Rom 14, 16-21; 1Tim 4,3-5).
El cristiano es un hombre maduro. Se deja guiar
por el Espíritu Santo que lo hace profundamente libre (Rom 8,15). Sabe que el
Reino de Dios no es comida o bebida, sino justicia, gozo y alegría en el
Espíritu Santo (Rom 14,17).
8.-
CONCLUSIÓN: HAY QUE EVITAR LAS DISCUSIONES INÚTILES A PROPÓSITO DE LA LEY (Ti 3,9).
El estudio que hacemos, no es para pelear, sino
para ver qué dice la Biblia sobre el valor del Antiguo Testamento y no dejarnos
confundir por gente que quiere enseñarnos cosas inútiles, distrayendo nuestra
atención de Cristo. "La verdad los hará
libres" (Jn 8,32), dijo Jesús. Por eso, queremos conocer de veras
la Biblia, sin miedo a la verdad. Claro que si alguien por ignorancia se fijó
en ciertos aspectos del Antiguo Testamento, sin saber lo que dice el Nuevo,
ahora se encuentra en un verdadero problema. Que reconozca sinceramente que se
había equivocado y volverá a encontrar la paz.
En este sentido, el hecho de profundizar el
sentido del Antiguo Testamento puede sernos de mucha utilidad no sólo para
sostenernos en nuestra fe, sino también para ayudar a ciertos hermanos
extraviados, que con un poco de orientación y buena voluntad pueden regresar al
camino verdadero.
Como se ve, nosotros no rechazamos el Antiguo
Testamento, sino que lo ponemos en su lugar. En realidad, nosotros católicos
aceptamos los dos Testamentos o Alianzas como Palabra de Dios, que contienen el
plan de salvación para toda la humanidad. Lo que queremos subrayar, es el hecho
que en el Nuevo Testamento se encuentra la plenitud de la verdad, mientras que
el Antiguo Testamento representa una preparación y contiene muchos elementos
caducos.
De todos modos, para una auténtica vida
cristiana, es muy útil también el Antiguo Testamento, puesto que allá se
descubre la pedagogía de Dios para formar a su pueblo, se encuentran oraciones
sublimes (los salmos) y se ofrecen grandes testimonios de entrega a Dios
(profetas y hombres piadosos).
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