domingo, 4 de octubre de 2020

UN EJEMPLO DE BULA PAPAL ANTIGUA

Existe un cierto hábito, no muy extendido, de firmar algunos documentos sobre el altar. Se trata de una costumbre completamente contemporánea. Si me equivoco agradeceré datos en contra. Pero es algo que, según entiendo, proviene de finales del siglo XX.

En el altar se pueden hacer diversas cosas, pero, a mi entender, no es el lugar para firmar nada. Eso se basa en este silogismo:

—La sacralidad del altar se ha usado siempre para actos litúrgicos y solo para actos litúrgicos.

—La firma de un documento no es un acto litúrgico, luego no se hace sobre el altar.

Es cierto que la firma de un gran documento pontificio parece requerir de algún acto ceremonial que resalte la importancia de esa rúbrica. Pero esa es precisamente la diferencia entre lo protocolario y lo litúrgico.

Me parece muy bien que un documento de aprobación de un gran documento papal se haga firmando un pliego con bello arte caligráfico. Después, se le pueden añadir dos firmas de dos testigos. A eso se le puede añadir un sello metálico o de lacre.

Todo este proceso puede ser grabado con una cámara, cuidando todos los detalles del entorno. Sí, ciertamente, hay firmas que conviene que vayan acompañadas de un cierto protocolo eclesiástico.

No solo eso. Es una pena que un bonito pliego escrito a mano con un bonito sello se quede en un archivo. Pienso que habría que hacer dos copias de ese tipo de documentos. Uno para que se quede en el archivo y otro para que recorra las parroquias, para que los fieles puedan ver los detalles y el contenido del manuscrito, tocar el papel, apreciar el sello. No importa si se deteriora, hay una copia en el archivo. La copia segunda es para que pase de mano en mano y reciba un cierto nivel de deterioro.

Ya dije en su momento, que, cuando el rey de España abdicó, lo hizo firmando un papel normal salido de cualquier impresora. No es este, pero es semejante al que aparece en este link:

https://es.wikipedia.org/wiki/Abdicaci%C3%B3n_de_Juan_Carlos_I#/media/Archivo:Carta_abdicacion_Juan_Carlos_I.gif

Mientras que cuando abdicó la reina de Holanda, lo hizo con este documento:

https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/8/89/Akte_van_abdicatie_van_Koningin_Juliana_-_Deed_of_abdication_of_Queen_Juliana_%288637710944%29.jpg

Sí, los documentos eclesiásticos importantes convienen que sean solemnes en la forma. Pero mi opinión es que deben ser firmados fuera del templo. Y con el ministro de Dios sin estar revestido de ornamentos litúrgicos. Esa ha sido la tradición hasta ahora.

P. FORTEA

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